—Es todo lo que se sabe, Damon incluso se ha unido a los equipos de rescate —me cuenta, preocupada.
—Tranquila, todo va a estar bien, y los dos van a regresar a salvo —la consuelo.
—¡Ay Isabella!, Esme está inconsolable porque no haya estado entre los aparecidos.
—¿Se sabe por qué encontraron solo a unos?
—Al parecer tuvieron que saltar del avión para evitar estrellarse con él, y por eso es que cayeron en diferentes lugares.
—¡Tuvieron que saltar!, ¿Cómo así?, ¿en paracaídas? —la cuestiono.
—Supongo, ¡porque de lo contrario se estrellarían igual! —concluye.
—¡Tienes razón!, Alexander tiene que estar con bien, no le pudo pasar nada —le digo, olvidando que Patrick podría estar escuchándome.
—Así será, hay que tener fe.
—Así será, hay que tener fe, mañana cuando reanuden la búsqueda lo van a encontrar —trata de consolarme.
—¿Cómo que hasta mañana van a seguir buscando? —la cuestiono.
—La lluvia con viento han incrementado en la zona, y la oscuridad no permiten avanzar, según nos contó Damon.
—¡No puede ser Marian!, ¿y si está herido?, si necesita ayuda, ¿cómo podrá defenderse de la lluvia y del viento? —la cuestiono, recordando mi propia experiencia en esas condiciones, y sintiendo que el corazón, vuelve a ponérseme pequeñito.
—¡No te preocupes!, tan pronto como aclare el día, van a reanudar la búsqueda.
—Mantenme al tanto por favor —le pido colgando.
Me quedo un momento en la terraza, intentando serenarme, pero es por gusto, solo se cruzan por mi mente, ideas horrorosas de situaciones que Alexander podría estar viviendo en este momento. Al regresar a la sala, Patrick viene saliendo de su estudio, se le ve contrariado, pero no me reprocha por mi actitud de desolación.
Durante los próximos tres días aparecen los otros dos pasajeros, a pesar de que tienen varias lesiones, no son de gravedad, sin embargo, de Alexander y de Milton, no se sabe nada, y ya se ha comenzado a hablar de que posiblemente no se encuentren con vida.
Las condiciones del clima continúan sin cooperar, y dificultan la búsqueda, sin darme cuenta, a estas alturas parezco un zombi, he dormido poco y llorado mucho, a pesar de que me cuido de no hacerlo en presencia ni de los niños, ni de Patrick, quien como siempre se ha portado comprensivo.
Con intenciones de entretener a Esme, ayer después de almuerzo, le llevé a los niños y me quedé en su casa, por la tarde vino Patrick a traernos, y lo encontré hablando con Damon, y fue así que me di cuenta, qué desde un inicio había puesto gente de su equipo de seguridad, para que apoyaran en la búsqueda.
Cuando le di las gracias, no pude evitar llorar, definitivamente, este hombre es excepcional, como se lo dije a Alexander, aunque en estos momentos me pesa, haberlo enojado con ese comentario.
La primera noche de esos cinco días de incesable agonía, tuve una horrible pesadilla, miraba a Alexander desorientado, caminando sin llegar a un lugar en concreto, su cuerpo estaba lleno de heridas y moretones, de pronto lo miraba caer al rio, y por más que intenté ayudarlo no pude.
Desperté sofocada, sudando y llorando a mares, Patrick me consoló y aseguró que todo estaría bien, pero algo en mí me decía que no era cierto, esta vez todo cambiaría; las siguientes noches, opté por quedarme disimuladamente en la cama con los niños, me sentía una descarada, durmiendo en los brazos de un hombre, mientras lloraba por otro.
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El DESTINO Y SUS JUEGOS - ¿GANARÁ EL AMOR?
RomanceDespués de todo lo que han pasado Isabella y Alexander, ¿será posible que el destino les tenga preparada alguna jugada en donde vuelva a unir sus vidas? Y de ser así, ¿qué ocurrirá? 1. Será que ahora que Isabella es mamá y conoce el valor de un hijo...