Inspirada en la serie de televisión "THE WALKING DEAD"
Lizzie trata de buscar a su hija topándose en el camino a Rick y a su grupo. Sin saber las consecuencias que le esperan.
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Llegamos a Hilltop, una comunidad que consigue material para mi esposo. Bajo de la camioneta, nos pidió a Simon, su trabajador ordinario y a mi asistir siempre a esta expedición. Me siento culpable, miro a mi alrededor, esta comunidad se mantiene de pie con muchos suministros, los cuales la mitad van para el santuario. La gente tiene miedo y enojo al vernos ahí. Las personas a las que les paso enfrente me miran como si quisieran matarme.
Y como no, yo fui la responsable de una de las muertes de aquí. Cada sueño es atormentado por esa noche, despierto en la madrugada muy asustada. Intento cambiar lo que fue esa noche, en lo que se convirtió pero jamás lo podré hacer. Me siento condenada a ese día.
-¡Simón!- escucho la voz del líder, yo sé que finge mucho para intentar caerle bien a Simón y así poder acercarse más a mi esposo- ¡Oh, Lizzie, cariño! ¿Cómo están?
-¡Oh, Gregory!- Simón también le sigue la corriente, ambos fingen que se caen bien pero no es así- Veo que se han estado adaptando muy bien aquí.- el sujeto sube sus pantalones observando el lugar- Eso esta excelente.
-Bueno, hemos aprendido para quien trabajamos- el viejo sonríe señalando la mansión Barrington - Pasen, por favor.
Simón pone su palma en mi hombro empujándome levemente para que sea la primera en entrar, cuando lo hago, una pequeña sonrisa se forma en mis labios. Rápidamente la borro cuando Simón se pone delante de mí.
-¡Jesús!- exclama Simón entusiasta-
-Simón- lo saluda cortes, sé que lo odia- Lizzie...- le doy un asentimiento de cabeza, Gregory nos señala su oficina-
A ella entramos, Gregory, Simón, Jesús y yo. Los demás se quedan afuera mientras roban suministros. Me dejo caer al sofá, recargando mi brazo en el respaldo, con mi mano, subí un poco más mi vestido mostrando gran parte de mi muslo, mis piernas quedaban frente a Jesús quien al ver que lo estaba tentando giro la cabeza en dirección a Gregory y Simón, sin evitar sonreír a mi acto.
Los dos Líderes del momento, hablan sin parar, sobre los suministros y las leves intenciones de Gregory al querer acercarse más a mi esposo. Me encuentro sentada en el sillón que les da la espalda a Gregory y Simón, Jesús recarga su brazo en la chimenea frente a mi.
-Lizzie iré a revisar unas cosas- me llama Simón- Busca libros que puedan entrar a nuestra biblioteca- esa era mi tarea, mi esposo me había dejado en buscar algo que yo quisiera para llevarme a la biblioteca de nuestro santuario. Se que a Gregory le molesto, no tenía necesidad de verlo a la cara, que se metan con sus cosas en la oficina es lo que más odia.
La puerta se cierra detrás de ellos, dejándonos a Jesús y a mi, solos.
El sonido de la puerta es un código, las manos de Jesús aparecen en mi cintura que me atrae a sentarme de horcajadas encima de el. Nuestros labios se juntan desesperados por afecto.
