Capitulo 9

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*SUEÑO*


El jardín que me rodeaba era hermoso, los grandes árboles verdes bailaban al ritmo del suave viento y el sol brillaba en todo su resplandor. Unas rosas rojas adornaban el hermoso jardín, camine entre las hojas secas que estaban sobre el pasto, el sonido de su crujido resonaba en el aire, de pronto la silueta de un hombre se dibujo a lo lejos. Me acerque poco a poco a él , sus ojos azules brillaban como el sol.

—ven— me ofreció su mano y me acerco a él —confia en mi.

—¿Que haces?— dije sorprendida.

El se acercó mas a mi y me abrazo, su olor maravilloso me envolvió, levanto su mano y empezó a acariciar mi cabellera mientras rozaba sus labios con mi mejilla.

—deja de negarlo, te sientes atraída por mi— me susurro muy despacio.

—¿Que? No, yo solo...

—Milla, te gusto, acéptalo.

—¿y si es así? ¿que?– lo empuje fuerte —suéltame,  seguro eres igual que… 

—¿A quien? ¿a el? Solo soy yo, tienes que dejar de ser tan testaruda y conocerme mejor ¿o no quieres?

—yo… tengo miedo.

Se acercó nuevamente a mi y tomó mi rostro, lo acercó lentamente al suyo para besarme, de pronto la oscuridad invadió el hermoso jardín.

*FIN DEL SUEÑO*

M

i sueño con Taylor me había confundido mucho, si siento algo por él, pero no sabía que mi miedo era mas grande y que el temor de sufrir otra vez me estaba limitando, quiero conocer mas a Taylor, pero el temor me lo impedía. A la madre siguiente, Invite a mi amigo Alfredo a desayunar, tenía que hablar con él sobre el contrato que le ofrecía Taylor en las dos torres. Quedamos de vernos en el restaurante donde soliamos desayunar juntos. A las 8 y estabamos desayunando unos deliciosos hot cakes.

—¿Que no entras a las 8 a trabajar?– Alfredo bebia cafe mientras yo cortaba mi hot cakes.

—si, pero ayer me quede tiempo extra en el trabajo y Taylor me dio permiso de llegar un poco tarde hoy– suspiré –hablando de él, ¿cómo ves la propuesta que te hizo?– le dije tomando un poco de mi cafe.

—me encanta, es una muy buena propuesta ¿tu que piensas? ¿debo aceptarlo?— dijo sonriendo.

—si, acepta— lo mire fijamente –pero hazte del rogar, quiero mortificarlo un poco.

—¿Sabes? Nos conocemos hace años y se que te gusta, peleas con él para negar lo que sientes, aun no entiendo porque, pero tu te sientes atraída por él– me tomo de las manos –a nadie más que a mi me hace feliz ver que rehaces tu vida, pero ¿porque molestarlo?

—¡¿Que?! Claro que no– me solte de su agarre –¿De qué hablas?– rei nerviosa –ese hombre es un idiota.

No podía fingir frente a mi amigo, el me conocía muy bien, pero no quería admitir que sentía algo por Taylor, no estaba lista, mi corazón tenia miedo. Cuando Noel me engaño sentí que mi mundo se acababa, tarde demasiado en sanar las heridas de mi alma y de mi corazón. Abrirlo nuevamente a alguien, era demasiado riesgoso, no podria soportar otra desilusión.

—¿en serio? ¿un idiota?.

—si… el se cree el amo del universo, además dramatiza todo, no creo poder estar con una persona como el.

Por la cara de mi amigo, sabia perfectamente que no estaban creyendo una palabra de lo que estaba diciendo, pero no me importaba, no iba a admitir mis sentimientos por Taylor.

—¿ah sí?

—si claro, es muy desesperante y presumido.

—está bien ya no te dire nada mas, pero con el tiempo te diré “te lo dije” ya lo veras y aceptalo Taylor no es tan malo y lo sabes.

—¡Ay ya! Quieres callarte, si tanto te gusta hazte novio de él.

Alfredo se carcajeo tan fuerte que todas la mesas voltearon a vernos, yo estaba molesta por los comentarios de mi amigo y mas cuando lo vi burlándose de mí. Gracias a dios, lo que restó del desayuno, ya no hablamos de Taylor, mi amigo y yo nos dedicamos a platicar de nuestras familias y de los planes a futuro.

Terminé mi desayuno con Alfredo pasadas las nueve, tome un taxi y me fui directamente a mi trabajo, subí a mi piso y entre a la oficina, sobre mi escritorio estaba un sobre amarillo con mi nombre escrito, lo abrí y vi su contenido, eran las fotos de la sesión. Me puse a ver las fotos una por una, todas eran hermosas, Taylor tenía muy buen ojo para esto no podía negarlo, queria concentrarme en las fotos pero mi sueño y las palabras de Alfredo ocupaban mi mente. Ya no quería pensar en Taylor de esa manera, era mi jefe y nada mas, mi miedo a amar no me permitiría llegar mas lejos con él, por mas que lo desee. Una hora después ya tenía separadas las fotos que íbamos a ocupar, las metí en un sobre y se las lleve al diseñador para que empezara con los catálogos, toque la puerta de su oficina y al entrar  me tope con Taylor.

—buenos días– dije al entrar.

—pensé que Damián ya tenia las fotos y me dice que aun no le has traído nada– Taylor se veía algo molesto, estaba de pie al lado del diseñador con los brazos cruzados sobre el pecho.

—tranquilo ogro, estaba escogiendo las mejores– dije mientras levantaba las palmas de mis manos a la altura de mi pecho, como calmando a la bestia. –todo proceso creativo lleva su tiempo pero, ya están aquí– movi el sobre en el aire para que Taylor lo viera —ya puedes relajar esa cara y seguir con tu día laboral “jefe”– dije eso ultimo resaltando la palabra.

—hee, gracias...– Damián me miro sorprendido –ya casi termino el diseño solo falta colocar las fotos– se levanto de su escritorio y tomó el sobre.

—me lo mandas por correo cuando termines para checarlo y por favor, que las letras del encabezado no cubran los muebles, la vez pasada no lucian bien por las enormes letras.

—si claro Milla.

Salí de la oficina de Damián sin mirar atrás, me dirigí a mi oficina y me encerré en ella, no quería volver a toparme con Taylor. Me puse a trabajar en mis pendientes, toda la mañana estuve encerrada en mi oficina, a la hora de la comida me decidí a pedir algo a domicilio, no quería salir y encontrarme con Taylor, aquel sueño que había tenido con él me hacía sentir avergonzada, eso y las palabras de Alfredo ¿acaso será que si me gusta? cállate Mila, te estas volviendo loca, creo que me esta afectando trabajar tanto, aleje los pensamientos de Taylor de mi cabeza y continué con mi trabajo.

A las 5 en punto, justo cuando guardaba mis cosas para irme Taylor entro a mi oficina sin tocar.

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Claudia Franco 🫶🏼

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