Comenzamos a repartir los juguetes, aun tenia muchas dudas pero no quería que Luisa me viera como una chica entrometida. Los niños sonreían con los juguetes y comenzaron a abrirlos en el patio de la casa hogar, todos alcanzaron y además había cosas para los bebés y para los adolescentes.
—¿puedo ver a los bebés?– le pregunté a Luisa cuando terminamos de entregar los juguetes.
—si claro, sígueme.
Me llevo a un área más tranquila, los bebés estaban siendo alimentados por un par de enfermeras, ambas eran muy cariñosas y atentas. Muy despacio y sin hacer ruido, me acerque a uno de ellos, era un bebé de unos dos meses ya había terminado de comer y la enfermera lo tenía cargado en su hombro para que eructara. Me acerque a ella y le dije “puedo cargarlo” ella dijo que si con la cabeza y me dio al bebé, era tan pequeño, tan frágil y muy hermoso.
—¿cómo se llama?– dije con el bebe en brazos.
—no tiene nombre aun– me contento la enfermera –lo acaban de abandonar aquí mismo en las puertas de la casa hogar, hace algunos días.
—Dios, ¿quien pudo abandonar a este principe?– bese su mejilla –es como Apolo, el dios griego de la belleza masculina.
—si, tienes razón, este caballero es muy guapo.
—eres muy tierno.
—¿Como crees que deberia llamarse este galan?— dijo Luisa con una sonrisa.
—no lo se la verdad, ¿Que tal Lucas? Que significa "aquel que ilumina, brilla o resplandece" y este varoncito ilumina toda la habitación.
—me encanta, entonces Lucas sera.
Después de un rato regrese a las torres a trabajar, pero quería involucrarme más con la casa hogar, quería ayudar y hacer algo bueno. Mis padres me enseñaron que debemos agradecer lo que tenemos y ayudar a otras personas cada vez que tuviéramos oportunidad. Entre a mi oficina y encendí mi computadora, comos sabía que Taylor no estaba me sentía más relajada.
Pasaron los días y yo seguí yendo a la casa hogar, les daba clases de pintura una hora y después pasaba el rato con Lucas, ese niño me tenia loca de amor. Le cantaba y a veces, si llegaba más temprano, le daba de comer. Sus hermosas mejillas rosadas eran mi perdición.
El jueves Rafael me pidió que preparara unos folletos, quería que cambiara algunas cosas y después que los mandará imprimir, quería darme prisa para poder ir a ver a ese hermoso bebe que me tenía loca, termine antes de lo planeado y me fui a la casa hogar. Al llegar Luisa me recibió con los brazos abiertos como siempre, di mi clase como todos los dias puntualmente. Había olvidado que me gustaba mucho pintar, esta vez sentía que alguien me observaba pero mire a todos lados y no pude ver a nadie, cuando termine de dar mi clase inmediatamente me fui a ver a Lucas.
—hola mi amor ¿como estas?– dije al levantarlo de su cuna –cada día estás mas grande Lucas.
—ya comió Mila– dijo la enfermera que lo cuidaba –ahora solo debe dormir.
—yo lo duermo– no podía borrar la sonrisa de mi rostro.
—lo se– sonrió —el problema es que en el dia tambien quiere que lo duermas, te busca con la mirada– la enfermera empezo a recoger las cosas de Lucas.
—¿en serio?— dije con un nudo en la garganta.
—si nena, este bebe se esta acostumbrando a tu brazos y a tus cariños. Pero no te preocupes Mila, los bebes son asi, se encariñan con las personas que les dan mucho amor, eso es bueno para ellos mientras encuentran una familia.
—ojala pronto Lucas encuentre una dulce familia que lo quiera mucho.
—vas a ver que si.
La enfermera salió de los cuneros y yo me fui a sentar a una mesedora para dormir a Lucas, de nuevo sentí que alguien me observaba pero al buscar con la mirada no vea a nadie. Muy despacio comencé a cantarle al bebé, su mirada brillante estaba fija en mi rostro, una hermosa sonrisa brotó de sus labios, yo acariciaba su cabello rubio y sus mejillas. De la nada Lucas levantó su manita y tocó mi rostro, era tan pequeño que se le dificultaba hacerlo pero lo logró. En reacción a ese acto una pequeña lagrima rodo por mi mejilla.
*VIERNES*
La mañana estuvo muy cargada de trabajo, al parecer a la empresa le iba cada vez mejor y teníamos más trabajo. Rafael y yo nos pasamos la mañana buscando un lugar para unas fotografías, la idea que tenía Rafael era muy buena pero la fotografa no tanto, de hecho había dejado mucho que desear la última vez que acudimos a ella.
—deberías pedirle a Taylor que tome las fotos, me duele admitirlo pero tiene muy buena mano, recuerda el último trabajo– le dije a Rafael mientras buscábamos una locación.
—lo se, pero estoy corto de tiempo, además Taylor no tendría tiempo, todo este material debe estar listo para el lunes.
—pues es una lastima, ojala ahora haga un buen trabajo.
Me puse a ayudarle a Rafael, cuando por fin encontramos un lugar, mi otro jefe me pidió que le ayudara con la sesion de fotos. Nos llevó toda la mañana y casi media tarde para que las cosas quedaran como Rafael quería. Al terminar me fui a las dos torres nuevamente, tenía que editar algunas cosas y despues me iria a la casa hogar.
A las 4 en punto salí de mi trabajo, estaba feliz de haber terminado antes, tome un taxi en la calle y me dirigí a la casa hogar para ver a los niños, cuando llegué se me hizo extraño no ver a Luisa pero cómo iba más temprano que de costumbre, pensé que ella aun no me esperaba. Abrí la puerta y entré, al hacerlo un sonido familiar invadió mis oídos, no se porque pero caminé hacia donde provenía la música, cuando llegué al salón de música la puerta estaba abierta y pude ver a Taylor enseñando a tocar el piano a una niña como de 6 años, aquella imagen me causo mucha ternura, ya lo había visto tocar en el restaurante aquella vez que me invitó a comer pero verlo así con esa nena era algo de admirarse.
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.Claudia Franco 🫶🏼
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Nos Pertenecemos
Romancedos familias separadas por el odio fundado por los abuelos de la familia harán hasta lo imposible para impedir que dos de sus integrantes se amen con libertad, podra el odio hacia un apellido evitar que Milla y Taylor se amen? 03/10/2024