El ambiente del bar era increíble, las luces bailaban al ritmo de la música y la mayoría de los asistentes, se divertían sin parar. Alfredo y Samanta se levantaron para bailar un rato, yo me quede observando el lugar, ya había venido una vez para la grabación del comercial pero cuando estaba solo no se veía tan sorprendente. Un chico muy alto y de cabellera rizada se acercó a mi.
—Quieres bailar— el chico me mostró su perfecta dentadura blanca cuando me sonrió.
—no, lo siento, pero gracias.
—bueno, si cambias de opinión estoy en aquelle mesa– apunto al lado contrario de dónde estabamos nosotros.
—que amable, gracias.
El chico se alejo y volví a concentrarme en el diseño del bar, después de un rato Alfredo y Samanta volvieron.
—ven Mila, vamos a bailar.
Sonreí cuándo tome la mano de mi amigo, me levanté de la silla y me fui a bailar con él, Samanta se quedó cuidando nuestras bebidas. Alfredo era como el hermano que nunca tuve, lo queria mucho y me la pasaba bien a su lado.
—¿que querias decirme?— me grito mientras bailábamos.
—queria decirte que, tenías razon, amo a Taylor y yo pienso decírselo cuando lo vea— mi voz era un murmullo por el sonido de la música –estoy decidida a darme una nueva oportunidad.
—Mila, te conosco mas que nadie, ¿estas segura de lo que vas a hacer? Si haces esto no hay marcha atrás, debes de estar segura.
—si lo estoy.
—esa es mi chica, el es un buen hombre, he visto como te mira y se que siente lo mismo por ti.
—¿de verdad? No te voy a negar que tengo un poco de miedo, pero quiero saber si el siente lo mismo por mi. Taylor en tan poco tiempo se me fue metiendo hasta los huesos.
—tranquila… todo estara bien.
Pasadas las 12 de la noche, aún seguíamos en el bar, estábamos un poco tomados pero queríamos seguir disfrutando la noche ya que no salimos a menudo, es muy raro que los tres andemos de fiesta juntos. De pronto el teléfono de Alfredo comenzó a sonar, al contestar su rostro cambio de alegre a preocupado. Samanta y yo observamos atentas la conversación de Alfredo, al parecer algo no andaba bien.
—¿que pasa?— le pregunté cuando colgó la llamada.
—al parecer alguien entro a mi negocio, destrozaron todo. Tengo que irme– mi amigo se veía muy afectado.
—no pude ser Alfredo ¿te puedo ayudar en algo?
—no Mila tu sigue divirtiéndote, Samanta y yo nos tenemos que ir.
—me siento impotente amigo, quisiera poder ayudarte en algo.
—lo se Mila y lo apreció.
Alfredo beso mi mejilla, pago la cuenta y después él y Samanta tomaron sus cosas.
—por favor avisame de cualquier cosa— le dije mientras se marchaban.
—lo hare— mi amigo y su novia salieron con demasiada prisa del bar.
Me quede sola en la mesa, aún tenía algo de bebida en mi vaso, quería terminarla y después me iría. Voltee a ver el bar de nuevo y vi hacia arriba donde estaban las zonas VIP, me dio mucha curiosidad y me levanté de la mesa con mi tequila en mano, para ir a verlas mas de cerca, la zona VIP era la parte mas lujosa del bar.
Cuando llegue a la zona pude ver unos hermosos sillones rojos, obviamente eran más cómodos que las sillas de las mesas, recorrí el área con mi vista y me quede helada al ver en una de las áreas VIP a Taylor, estaba acompañado de sus hermanos, sus cuñada y la tipa que vi en su oficina la vez pasada. Pero qué hacía él con esa maldita bruja, el infeliz tiene novia y se besa conmigo. La furia invadió mi cuerpo, Taylor era igual a todos los hombres. Estaba harta de que los hombres me trataran como a una estupida. De pronto vi que la chica lo abrazó y comenzó a acercarse mucho a Taylor, iba a besarlo, no pude ver aquella imagen y voltee hacia lado.
Me tome el tequila que traía en mi mano y regrese a la planta baja, me tope con el chico que me había invitado a bailar y ahora yo lo invite. El chico aceptó y comenzamos a movernos en medio de la pista. d
Despues fui por mas tequilas, ya me sentía muy mareada pero no me importaba, volví a bailar con el sujeto cuando vi a Taylor observandome, comencé a coquetearle mas a mi pareja de baile para provocar a Taylor.Mi jefe no mostraba ninguna reacción, tal vez me equivoqué y Taylor no siente nada por mi Después de algunas canciones más, nuevamente volví a la barra por más tequila, cuando iba a llamar a cantinero Taylor me lo impidió.
—¿qué crees que haces? Prometiste que no volverías a beber– dijo serio.
—yo… no prometí… nada– empezaba a arrastrar las palabras al hablar.
—dejate de tonterias te llevare a tu casa– me quito el tequila que tenía en las manos.
—estas loco– le arrebate la bebida –me estoy divirtiendo como nunca antes. Además ¿dejarás a tu acompañante sola por llevarme a casa?
—¿A mi que?– empezó a reírse –ah claro, entiendo.
—déjame en paz y vete con ella– dije demasiado molesta.
—perfecto, entonces te dejo en paz.
Taylor regresó a su sala VIP y yo pedí otra bebida, me sentía tan estúpida al solo recordar que iba a decirle lo que sentía por él y solo era su burla. Las ganas de llorar eran tan grandes pero mi rabia era más, no iba a permitir que me viera derramar lágrimas por él. El chico con el que estaba bailando regreso por mi y me llevó de nuevo a la pista de baile, podía sentir la mirada penetrante de Taylor, pero no me importaba, queria demostrarle a mi jefe que el no significaba nada para mí y que podia tener al chico que quisiera.
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Claudia Franco 🫶🏼
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Nos Pertenecemos
Romancedos familias separadas por el odio fundado por los abuelos de la familia harán hasta lo imposible para impedir que dos de sus integrantes se amen con libertad, podra el odio hacia un apellido evitar que Milla y Taylor se amen? 03/10/2024