DOS SEMANAS DESPUÉS
Las dos semanas que pasaron Taylor se comporto algo “distante” conmigo, solo me buscaba para cosas de trabajo y nunca tocamos el tema de aquel beso, creo que él quería olvidarlo tanto como yo y muy dentro de mi se lo agradezco. No quería recordarlo y si fingía que no existió, para mi estaba perfecto.Un dia, casualmente, pase por la oficina de Taylor, tenía la puerta abierta y lo vi platicando muy agusto con una chica hermosa, nunca la había visto por las torres, ellos platicaban muy cómodamente cuando de repente ella tocó la barba de Taylor, una punzada de celos me invadió todo el cuerpo, quería entrar y tomar de los cabellos a aquella maldita mujer y sacarla de la oficina de Taylor gritandole que no debe tocarlo porque el es mio, pero lamentablemente no tengo nada que ver con Taylor y no tengo porque estar celosa, asi que seguí caminando para evitar ver aquella escena.
El viernes por la tarde, saliendo del trabajo, me fui a recoger el vestido que había comprado para la fiesta del sábado. Inconscientemente había escogido el que me quedaba mejor, no se si quería callarle la boca a Taylor por aquella vez que insulto mi forma de vestir, o lo que realmente quería era que él me viera muy hermosa.
Cuando llegue a la tienda la encargada se acercó a mí, su minifalda entallada le impedía caminar más rápido y su fragancia floral me impactó de pronto, me regaló una risa fingida y me pidió mi ticket para poder entregarme el vestido. Le entregue el papel amablemente y ella se perdió en una puerta que decia “mercancia por entregar” 10 minutos despues salio con mi vestido largo.
—aquí tienes ¿te puedo ayudar en algo más?– su voz chillona resonó en mis oidos.
—¿de casualidad sabes donde hay salón de belleza confiable?
—la verdad si te hace falta– murmuró.
—¿disculpa?– dije molesta –¿Que acabas de decir?
—lo que escuchaste, ese vestido es mucho para ti– se burló –con quien te acostaste para comprar un vestido tan caro.
Mis padres aun me enviaban dinero de sus ganancias en los negocios y aparte tenia mi salario, era obvio que podía comprarme cualquier cosa, pero no me gustaba derrochar el dinero de mis papás.
—te equivocas, yo soy mucho para este vestido y en cuanto al salon de belleza creo que tu lo necesitas mas que yo porque con esa cara– hice un gesto de desagrado —sabes, menos es mas, y tanto maquillaje hace que te veas super vieja.
—eres una estupida.
—y tu eres una triste vendedora que necesitas usa faldas super cortas y entalladas para llamar la atención de su jefe, no todas somos como tu, que se entregan a cualquiera a cambio de dinero o lujos– mire su cadena de oro –adios chica.
Salí de la tienda sin mirar atrás, esa estúpida chica me había puesto de mal humor, camine furiosa hasta que tome un taxi que me llevó directo a mi casa, al llegar deje el vestido colgado en mi closet, camine hacía la cocina y tomé una cerveza del refrigerador, la destape y me acomode en la sala para ver un poco de televisión. Toda la tarde me la pase desparramada en la sala, eran pocas las veces que podía descansar y no hacer nada, asi que disfrutaba estos momentos al máximo.
SABADO
El dia del evento me levanté a las 9 a.m., después de tomar un buen desayuno y acomodar la ropa y los accesorios que llevaría hoy, decidí que llevaría el cabello suelto, pero aun no encontraba un lugar donde peinarme, salí de casa y camine por las calles para buscar un salon de belleza, siempre que necesitaba peinado o maquillaje lo hacía yo misma pero esta ocacion queria quedar espectacular. Inconscientemente queria verme bien para mi jefe.
Después de caminar un largo rato, me encontré un salon de belleza pequeño, la chica que atendía el salon se encontraba sentada en la pequeña sala que usaba de recibidor. Cuando entre la chica me regaló una gran sonrisa.
—Buenos días, ¿en que puedo ayudarte?– se puso de pie rápidamente y me tendió su mano.
—buenos días— acepte su mano y le di un pequeño apreton –necesito que me ayudes a que mi cabello luzca genial para hoy en la noche, tengo un evento formal y necesito verme bien.
—Claro que si, ven siéntate– señaló una de las dos sillas giratorias que tenía el pequeño local.
–creo tuve suerte de que no tuvieras mucha gente.
–No amiga– bajo la mirada –casi nadie viene aquí, el salon de belleza del centro comercial que está a dos cuadras me quito toda la clientela– la chica se veia triste.
—oh lo siento tanto– me sentí mal por haber dicho aquellas palabras –a veces los negocios grandes perjudican a los mas pequeños.
—si lo se, tenia la esperanza de que eso no pasará y para mi mala suerte las personas que creía mis amigos se fueron con la competencia, hasta la que yo creía era mi mejor amiga.
—pues, cuenta con una cliente nueva, prometo visitarte a menudo. Soy Mila.
—un gusto Mila, mi nombre es Johanna y gracias por esto– me sonrió –y ¿que quieres que le haga a tu cabello?
Le dije detalladamente lo que me iba a poner y la idea que yo tenia, ella me escucho y me recomendó un maquillaje y peinado, ambas estuvimos de acuerdo y Johanna se puso a trabajar muy profesionalmente.
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Nos Pertenecemos
Romancedos familias separadas por el odio fundado por los abuelos de la familia harán hasta lo imposible para impedir que dos de sus integrantes se amen con libertad, podra el odio hacia un apellido evitar que Milla y Taylor se amen? 03/10/2024