Capitulo 8

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¿Que está haciendo? Checando mi ropa, calificando mi vestimenta, suspire muy bajo y movi las manos en forma exagerada, queria que dejara de ver mi vestido.

—hey, la vista aca arriba por favor

—Milla, te has vestido peor en otras ocasiones, además estarás sentada– sonrió –solo son unas fotos.

—pero no quiero que me tomes fotos, no soy modelo, ni soy guapa, ni tengo buen cuerpo.

—¿Quien hace dramas ahora? Tranquila estarás sentada y todo lo que acabas de decir es totalmente falso creeme, ademas ¿Que es lo peor que puede pasar? ¿o tienes miedo a una simple sesión de fotos?

—¡¿Que?! ¡¿Miedo yo?!— ¿pero qué le pasa a este hombre? ¿y porque me molesta que me rete de esa manera? Además que eso de que todo lo que dije es mentira, ¿Acaso le parezco atractiva? mi cabeza estaba hecha un lio. Lo odiaba pero al mismo tiempo me atrae y eso me confundía de una manera impresionante.

—No es necesario gritar– me miró desafiante –¿o quieres que te lo ordene? 

—lo que usted diga jefe— puse los ojos en blanco y camine hacia el banquillo del tocador.

De mala gana me senté, el muy estúpido empezó a dispararme con su cámara, estaba demasiado molesta para sonreír, Taylor seguía tomado fotografías, voltee hacia el espejo para ignorar a mi jefe y gracias a eso pude ver el hermoso reflejo de un hermoso árbol que estaba detrás de nosotros, los rayos del sol se colaban por sus ramas, esa imagen me hizo relajarme y sonreír un poco, era una imagen hermosa digna de admirar. Taylor seguia concentrado en su trabajo, poco a poco me empecé a relajar, mi jefe despegó la camara de su rostro y me sonrió, se veia muy sereno y había algo en su mirada que me fascinaba, le sonreí timida y baje un poco la cabeza avergonzada.

—listo— dijo con voz suave y dulce –creo que hay dos o tres fotos rescatables.

—por mi las puedes tirar a la basura– le di una sonrisa falsa.

Después de una larga jornada de trabajo mi estómago empezaba a quejarse por la falta de alimentos, nadie habia comido nada y eso me hacia sentir culpable porque todo este empezó porque a mi no me gustaron unas simples fotos. Gracias a dios, ya casi terminabamos la sesión, no podía negar que Taylor estaba haciendo un buen trabajo, se veia muy profesional, pero no lo iba a admitir delante de él, eso sería darle más alas. 

—¿tienes hambre?– se acercó a mí cuando terminamos con las fotografías de los sillones –creo que todos estamos cansados y con hambre.

—si y me siento culpable, todo esto fue mi culpa y hay que terminar antes de que se ponga el sol, lo bueno es que solo nos faltan los sillones.

—lo haremos cuando regresemos, ven te invito a comer— Taylor y yo caminamos hacia uno de los trailers que se usaba como camerino, saco su maleta y guardo su camara.

—¿Por qué la invitación a comer? 

Mi jefe suspiró exageradamente –¿necesitas explicación para todo? ¿no puedes aceptar y ya?– Taylor parecía frustrado, pero al mismo tiempo se estaba divirtiendo, algo dentro de mi me decia que a él le estaba pasando lo mismo que a mi.

—si fueras otra persona— me reí –que patetica debo de ser que no tengo citas, pero mi jefe me invita a comer.

—doña patetica, ¿vienes o no?– empezó a caminar. 

—te juro que esta invitación te saldra cara, tengo demasiada hambre— camine detrás de él.

Mi estomago exigía comida, mientras caminaba detras de mi jefe, pude ver como llegaba una camioneta con lo que parecía comida para todos. Taylor seguia caminado hacia su coche, pero yo no me queria quedar con la duda.

—¿Los demas pidieron comida?

—yo la pedí, no me iba a ir a comer y dejarlos a ellos con hambre.

—pero ¿En qué momento?

—cuando te estabas peleando con Denisse por la forma en que colocó las sillas del comedor.

—a quien se le ocurre ponerlas casi debajo de la mesa, asi no se lucen– me encogí de hombros –ademas no me estaba peleando.

Por fin llegamos a su coche, subimos en el y avanzó algunas calles dio, algunos giros y rápido llegamos a un pequeño restaurante, bajamos del auto y entramos. El lugar era pequeño pero muy elegante y cálido, Taylor me guió a una mesa. Cuando ya estábamos sentados una chica con uniforme impecable nos dio los menús. 

—señor Haden un placer tenerlo aqui 

—gracias– le dijo a la chica regalandole una enorme sonrisa, esta se retiró y nos pusimos a observar el menú.

Todo se veía tan apetitoso, creo que con los precios todo iba a estar exquisito, el restaurante no era gran, de era obvio que era muy lujoso. Minutos después de haber visto el menu, me decidí por carne con papas y sopa de champiñones, baje el menu y vi a Taylor aún indeciso. 

—cuando uno tiene hambre como lo que sea.

—¿ahora te molesta como escojo mi comida?

—nunca dije eso…

—menos mal– Taylor levantó la mano y llamó a la mesera.

La chica tomó nuestras órdenes y se retiró, Taylor se levantó de la mesa sin decir palabra, no le di importancia y me puse a observar el lugar, de pronto el sonido de un piano llamó mi atención, voltee a ver de donde provenía y quedé sorprendida cuando vi a Taylor tocando el piano. Me puse de pie y me acerque a él, este hombre me sorprendía cada dia mas, es inteligente, guapo y muy talentoso. La melodia me envolvía gratamente, era algo inexplicable, mi corazón se acelero como un niño cuando ve un juguete que siempre ha deseado. Minutos después terminó de tocar y me regaló una sonrisa.

—eres una caja llena de sorpresas. 

—hay muchas cosas que no conoces de mi, ven, ya sirvieron la comida. 

—lo que mas me sorprende es tu nivel de superioridad, te crees el mandamas del universo que puede tocar el piano del restaurante a la hora que te plazca sin que nadie le diga nada.

—eso es porque el restaurante es de mi familia— sonrió –asi que puedo hacer lo que quiera.

—ya...

—¿Algo mas que te moleste de mi?

—pues la verdad todo, pero pues tengo que aguantarte.

Taylor sonrió y tomo de la cintura con delicadeza y me guio a la mesa, después de una deliciosa comida y una plática sin ninguna discusión nos dirigimos de nuevo a donde hacíamos la sesión fotográfica, ya faltaba poco para terminar, Taylor tomo las ultimas fotos y después regresamos a la oficina, ya era tarde así que solo acomode algunas cosas y tome mi bolso para irme a casa. 

—¿ya te vas?– dijo parado en la puerta de mi oficina. 

—si, ha sido un dia largo y estoy cansada, recuerda que también tenemos pendiente el comercial del shampoo para el cabello.

—si lo se, mañana que llegues tendrás las nuevas fotos en tu escritorio para que armes el catalogo ¿te parece bien? 

—si perfecto, llegare más temprano para recuperar el tiempo, te prometo que mañana ya queda armado el catálogo.

—lo se Milla, confío en ti, hasta mañana entonces.

—gracias— sonreí por sus palabras –hasta mañana 

Salí de mi oficina y me fui directo a casa con las palabras de Taylor en mi cabeza "confío en ti", al llegar me fui directamente a la cama a descansar. 

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Claudia Franco 🫶🏼

Nos PertenecemosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora