SÁBADO EN LA NOCHE
Taylor prácticamente me obligó a ir a su habitación y ponerme un vestido que él mismo me había comprado para nuestra cita. No le veía el caso, yo solo quería quedarme en casa y acurrucarme a su lado viendo películas románticas, no necesitaba una cita, porque para mi, comer en la sala viendo televisión era lo mejor del planeta, lo único que me importaba era tenerlo a mi lado. A regañadientes, entre a la ducha y me di un refrescante baño, al salirme vi el vestido sobre la cama, era muy elegante, largo de color rojo y con coste de sirena. Era hermoso no lo podía negar, pero no entendía para qué tanta elegancia.
Me puse el vestido y me aplique un poco de maquillaje, peine mi cabello y me puse mis tacones, me di una última mirada en el espejo y cuando creí que ya estaba lista fui a la sala a buscar a Taylor, cuando lo vi estaba parado en medio de la sala con un hermoso traje negro, sonreír al verlo y me acerque a él muy despacio.
—¿me puedes decir a qué se debe tanta elegancia?— dije besando su mejilla.
—bueno— sonrió —quiero que este dia sea especial.
—corazon, todos los dias a tu lado son especiales para mi.
—para mi tambien— se acerco muy despacio y comenzó a besarme.
Salimos de la casa de Taylor y subimos a su coche, comenzó a avanzar por las calles de la cuidad, la noche estaba muy tranquila y había poca gente circulando. El viaje no fue largo, rápidamente llegamos a un restaurante y entramos en el. Pensé que nos sentariamos en algunas de las mesas pero Taylor me guió hasta un pasillo y después me hizo subir algunos escalones. Empezaba a cansarme con los tacones cuando Taylor por fin se detuvo enfrente de una puerta, se colocó frente a mi y me tomó de los hombros.
—¿Estás lista?— estaba emocionado, lo noté por su voz y su manos que se movian ansiosas en mis hombros.
Y de repente yo también me sentía emocionada, moví la cabeza en afirmación y Taylor se volteo hacia la puerta para abrirla, no podía ver que había detrás de la puerta porque el cuerpo de Taylor me cubría. Mi amado jefe me tomo de la cintura y me guió hasta que cruce la puerta, mi cara se quedó sorprendida al ver una mesa puesta para dos, pero eso no era todo, lo que me dejó sin aliento fueron las enredaderas adornadas con luces que adornaba un hermoso kiosko, los pétalos de rosas por todo el suelo y las velas colocadas en puntos estratégicos.
—¡Dios!— me lleve las manos al rostro —Esto es perfecto— no sabia que mas decir, Taylor me había dejado sin palabras.
—ven— tomó mi mano y me guió hasta la mesa.
Me senté en una de las silla mientras Taylor servía dos copas de vino, me dio una y se sentó frente a mi.
—quiero brindar por nosotros— alzó su copa —porque esto que sentimos no termine nunca y espero que me dejes hacerte feliz todos los días.
—tambien quiero lo mismo corazón– me dolían las mejillas de tanto sonreír —salud— alce mi copa.
Un mesero, que no se de donde salió, se acercó a nosotros y sirvió los platos. La comida se veía exquisita y sin dudarlo comencé a comer.
—¿cómo conseguiste que te rentaran la azotea?— dije mientras disfrutaba del pescado.
—el restaurante es de mi familia.
—es cierto, tu familia es dueña de varios restaurantes, como al que fuimos la otra vez, dónde tocaste el piano.
—asi es cielo, tenemos una cadena, son mas de 20 en todo el país.
De pronto recorde que Logan, también me habia llevado a uno de las restaurante de Taylor. Los 3 me han parecido elegantes y hermosos, aunque el primero era un poco mas sencillo no perdia la elegancia.
—vaya, contigo me saque la loteria, puedo dejar de trabajar entonces– reí ante mi broma, pero Taylor no.
—no me siento dueño de todo esto, siempre he querido hacer mi fortuna por mi mismo y no depender de la herencia de la familia.
—y lo haras, eres un hombre inteligente y trabajador– me sentí mal por mi comentario tan fuera de lugar, asi que decidí distraerlo –cuentame la historia de los restaurantes.
—mi abuelo los fundó hace muchos años y cuando quiso expandir más sus opciones de negocio compro las dos torres. El y mi abuela trabajaron mucho por varios años hasta que los restaurantes prosperaron— empezó a comer.
—mi abuelo era médico y mi padre lo fue hace algunos años hasta que se alejó de la medicina y se hizo cargo de las farmacias de mi abuelo, él quería que siguiera sus pasos pero no me gusta la medicina.
—y te hiciste editora.
—mi abuelo siempre fue muy recatado y conservador así que mi padre se hizo igual, a mi me gustaba más salir, tener amigos e ir a fiestas y si estudiaba medicina no iba a poder hacer nada de eso, siempre me gusto divertirme, sanamente claro, hasta que conocí a…— me quede callada.
—¿Tu ex novio?
—pense que Noel era el hombre con el que compartiría mi vida, pero él muy desgraciado se acostaba con otra mientras salía conmigo, eso me destrozo el corazon— Taylor se quedó en silencio y pensativo, tome su mano por encima de la mesa y la acaricie —pero tú curaste mis heridas y uniste los pedazos de mi corazón y por eso te amo.
—Mila, lo mismo me paso contigo, pensé que jamas volvería amar y tu me enseñaste que estaba equivocado y no solo eso, te amo intensamente mas de lo que llegue a imaginar.
Taylor beso mi mano, me sonrió y siguió comiendo. Estábamos siendo sinceros el uno al otro para que nuestra relación fuera más fuerte y estrecha. Sabíamos muy pocas cosas de nosotros que esta conversación se basaría en lo que desconocemos el uno del otro.
Cuando terminamos de comer, Taylor tomó su celular y empezó a buscar algo en él, de pronto un suave sonido envolvió mis oídos, Taylor se levantó de la mesa y me tendió su mano, la tome sin ninguna duda y comenzamos a bailar.
—gracias por esta noche— recargue mi cabeza en su pecho —pense que no lo necesitaba, pero me equivoqué, es la mejor cita que he tenido.
—te amo cielo— beso mi cabeza.
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Claudia Franco 🫶🏼
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Nos Pertenecemos
Romancedos familias separadas por el odio fundado por los abuelos de la familia harán hasta lo imposible para impedir que dos de sus integrantes se amen con libertad, podra el odio hacia un apellido evitar que Milla y Taylor se amen? 03/10/2024