Jennifer me había caido muy bien, no soy de muchas amistades, pero en realidad me gustaría llegar a ser amiga de ella. Parecía una muchacha trabajadora y muy dulce y creo que tenemos algunas cosas en común. Su salón era algo pequeño, pero se sentía que era un lugar rodeado de amor y orgullo.
—tu solo relajate– dijo la chica mientras empezaba a trabajar con mi cabello.
Hice lo que Jennifer me dijo, me recargue en la silla y cerré los ojos, comenzó a lavarme el cabello y continuo con los tratamientos, después de casi hora y media me volteo hacia donde estaba el espejo y pude ver el resultado final, el cabello me habia quedado super suave, manejable y peinado para la ocasión, al ver mi reflejo en el espejo me quede con la boca abierta.
—¡oh por dios! Eres sensacional, jamas habia visto mi cabello así, está hermoso.
—¿te gusta?— parecía satisfecha con su trabajo.
—No solo me gusta, me encanta, jamas volvere a ir a otro lugar, te lo juro.
—gracias– sonrió –¿tienes un evento? También puedo arreglarte las uñas.
—si por favor.
Después de las 5 de la tarde regrese a casa, ya estaba prácticamente lista solo faltaba colocarme el vestido, tome algo de fruta del refrigerador y comencé a picar, tenía demasiada hambre pero no quería comer tanto, ademas que los nervios no me dejaban, asi que solo comí algo de fruta.
A las 7:50 estaba parada frente al espejo observando mi cuerpo de arriba abajo, mis piernas temblaban y un escalofrío recorría mi piel, no se porque estaba tan nerviosa. El vestido era negro, largo con una abertura en la pierna, de pronto senti que estaba demasiado arreglada, era un evento formal, pero yo solo soy una empleada. Suspire resisganda, ya estaba montada en el vestido y no tenia otra cosa que ponerme.
El sonido de la puerta hizo que diera un pequeño brinco del susto, caminé despacio hacia ella, cuando la abri vi a Taylor parado muy elegante con un traje negro, se quedó observandome con la boca entreabierta, yo tampoco podía dejar de mirarlo se veía perfectamente guapo. Después de algunos minutos Taylor por fin pronunció algunas palabras.
—no puedo negar que te ves muy bien– entro a mi departamento.
—gracias, tu igual, te vez muy bien.
—solo te falta algo– se cruzó de brazos y yo suspiré, era obvio que iba a decir algun chisme o alguna ofensa, lo mire directamente a los ojos espero su insulto.
—ok, ¿Me vas a decir que es?
—esto— saco del bolsillo de su pantalón un cajita pequeña, la abrió y en ella estaba una hermoso collar de oro blanco, abrí mucho los ojos, mientras el se colocaba a mi espalda, movió mi cabello a un lado y colocó el collar. Yo no podia moverme y me habia quedado sin palabras, cuando por fin termino de colocarme el collar se puso frente a mi y me sonrió –mucho mejor.
—pero, yo no...
No me dejo hablar, me tomó del brazo y me guió a la salida de mi departamento, como pude tome mi bolsa. Llegamos a su coche y salimos rumbo al evento, todo el camino permanecimos en silencio, pero no era un silencio incomodo era más como un silencio tranquilizante. Yo no podía dejar de tocarme el collar, estaba hermoso y me había encantado, pero no sabía si era un regalo o un préstamo. Cuando llegamos al lugar donde sería el evento ya había algunas personas, Taylor me ayudo a bajar del coche, me volvió a tomar del brazo y caminamos hacia la entrada. En la puerta principal estaba Diego uno de los gerentes de Go, nos dio la bienvenida y estrechó nuestras manos.
—gracias por acompañarnos señor Haden– voltio a verme –luce muy bien señorita Mila ¿cuánto tiempo llevan saliendo?
—¿Que?– dije nerviosa –No…
—tenemos poco tiempo– sonrió –¿te molesta si vamos a nuestros lugares? mi novia tiene un poco de sed.
—no es molestia, pasen.
Voltee a ver a Taylor molesta y él solo me sonrió, me guió hasta una mesa donde estaban dos hombres con sus respectivas parejas, Taylor llegó y comenzó a saludar.
—Mila, ellos son mis hermanos, George y Jack– les tendí la mano –y ellas son sus esposas Nicol y Kate– me acerque a ellas y las salude de beso.
—un gusto en conocerlos.
Mi jefe y yo nos sentamos con ellos, Taylor levantó la mano y le habló al mesero, cuando este llego Taylor pidió unas bebidas para él y para mi. Me sorprendió mucho la amabilidad y la caballerosidad que estaba manejando, me gustaba que se portara asi conmigo pero al mismo tiempo me hacía sentir muy nerviosa. Llego el mesero con las bebidas y tome la mía inmediatamente.
El lugar era impresionante, la recepción se estaba llevando acabo en uno de los hoteles más lujos de la cuidad. La decoración era todo blanco y celeste, la cristaleria fina brillaba en todo su resplandor en las mesas y la luces tenues y las velas le daban un toque romantico al lugar.
Taylor platicaba con sus hermanos y yo platicaba con las esposas, el evento comenzó y el dueño de Go nos dio la bienvenida. Casi después de una hora Taylor se levantó de la mesa y me invitó a bailar, accedí rápidamente, la gente nos observaba caminar rumbo a la pista.
—¿te diviertes?— por primera vez en mucho tiempo, mi jefe se veia realmente feliz, relajado y amable, muy amable.
—si claro.
—espera que pruebes la comida, la revista siempre elige los mejores platillos.
—no lo dudo, Taylor...
—Dime.
—¿Que es esto?– toque el collar.
—un collar— sonrió –¿No los conocías?
—si– puse los ojos en blanco –pero ¿Porqué lo tengo yo?
—es un regalo.
—es muy lindo, gracias.
—no tienes que agradecer, lo vi y pensé en ti, eso fue todo.
Pensó en mi, mi corazón se acelero y mis piernas empezaron a temblar.
—¿tus hermanos llevan mucho tiempo casados?– quería cambiar de tema.
—más o menos, Gio tiene como 10 años y...
—¿Gio?— alce una ceja confundida.
—Perdón, George, en casa le decimos Gio– volvió a sonreír –Jack tiene menos, apenas cumplirá 4.
—sus esposas son muy agradables.
—si, son unas execelentes cuñadas.
Después de bailar nos volvimos a sentar en la mesa, pedí más bebidas, ya que hacían que me sintiera menos nerviosa. La noche siguió avanzando y yo me sentí cada vez más relajada, Taylor se seguía comportando de lo más caballeroso conmigo y eso me desconcertaba mucho porque me hacía sentir como nadie, era como si tuviéramos nuestra primera cita, algo que me emocionaba demasiado, además el recuerdo de aquel beso aún rondaba por mi cabeza, no quería alejarlo y deseaba con todo mi corazón que se volviera a repetir.
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Claudia Franco 🫶🏼
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Nos Pertenecemos
Romancedos familias separadas por el odio fundado por los abuelos de la familia harán hasta lo imposible para impedir que dos de sus integrantes se amen con libertad, podra el odio hacia un apellido evitar que Milla y Taylor se amen? 03/10/2024