Me quede de pie frente a la puerta de la oficina de Taylor, no podía creer la conexión y la excitación que sentia cuando estaba con el, no podia explicarlo, pero era algo muy grande. Camine hacia mi oficina muy despacio, tenía sentimientos encontrados, no quería verme débil delante de Taylor pero tampoco queria que me viera como una mujer problemática, ahora que sabía que era el dueño de la empresa y que lo tendría que ver a diario no me desagradaba mucho la idea, todo lo contrario. Mi corazón quería tenerlo cerca siempre, pero mi cabeza quería molestarlo, alterarlo, llevarlo a su límite y descubrir lo que es capaz de hacer este hombre.
Mas tarde, ya en mi oficina, me concentré en los folletos que me había dado Rafael y me puse a trabajar en ellos, estaba muy cansada y tenía mucha hambre, pero no importaba, quería acabar el trabajo. A las 4 en punto ya estaban listos los catálogos de Go, Sonia, una de las asistentes de producción, me había llamado para avisarme que ya estaban impresos, rápidamente le di la buena noticia a Rafael y me fui a la Torre Roja para ayudar a empaquetar todo y que estuvieran listos para las 7 de la mañana, había muy pocos empleados trabajando en el empaquetado, asi que varios de oficina nos unimos para ayudar.
—¿cuánto falta Sonia?– dijo Taylor entrando al área de empaquetado, miró a su alrededor y me vio empaquetando folletos, por primera vez me regalo una sonrisa sincera.
—aun falta, pero las manos extras nos están ayudando mucho– me señaló a mi y a otras chicas que estabamos ayudando.
Taylor se acercó a un lado de mi me miro alzando una ceja, se quito la camisa y se puso a empaquetar el también. No pude evitar sonreír, el era el dueño, no tenía necesidad de estar el mismo empaquetando, pero aun asi lo estaba haciendo.
—pense que tu salida era a las 5– dijo sin mirarme.
—lo es, pero las horas extras no le caen mal a nadie y mi jefe las paga muy bien. Además no soy de las que huyen del trabajo.
—es muy obvio.
—¿En serio estas empaquetando?– dije sorprendida –ensuciaras tu ropa y por lo que recuerdo odias eso.
—tiene que estar todo listo para las 7 de la mañana ¿no?
—si…
—entonces cállate y ponte a empacar.
De nuevo, me regalo una sonrisa, era hermosa, sus dientes perfectamente alineados y blancos se asomaban de entre sus labios, su barba de varios días lo hacía ver más varonil y sus lunares luchaban para no perderse entre sus cabellos faciales. Le regresé la sonrisa y movió la cabeza apuntando hacia las cajas, se quedó a mi lado y seguimos empaquetando.
*1934*
Hace unos días me enteré que el sábado es la boda de él que creía mi mejor amigo y la mujer que más he amado en este mundo, tengo tanto dolor en mi corazón, que me siento muerto en vida. Tengo más de tres meses ahogado en alcohol, solo quiero morirme y dejar de sentir todo este dolor que cada dia crece y crece, jamas voy a superar esta traición.
El viernes en la madrugada me metí al mismo bar de siempre a seguir embriagandome, el lugar era asqueroso y el olor a cigarro y alcohol se impregnada en la ropa, me senté en la barra y pedí una botella, el cantinero me miró con sus cejas erguidas y me paso la botella, la destape y bebí directamente del pico.
Los hombres que se encontraban ahí no tenían muy buen aspecto, todos estaban ebrios y lanzaban ofensas a cualquiera que pasara por su lado. Una chica, mesera del lugar, se acercó a una de las mesas y comenzó a limpiarla, un sujeto de mal aspecto tocó el glúteo de la chica ella lanzó un pequeño grito y le pidió al sujeto que no la tocara, el hombre ebrio se puso de pie y la sujetó por los brazos.
—no te pongas necia niña, solo quiero darte cariño.
—por favor señor, déjeme, no me haga daño– la chica estaba muy asustada.
—¡sueltala!— dije molesto.
—tu no te metas si no quieres acabar muerto
—¿Crees que te tengo miedo? no importa lo que hagas conmigo pero a ella dejala en paz– me baje del banquillo y camine hacia ellos.
—eres hombre muerto– el hombre me vio desafiante, mientras yo caminaba hacia donde estaban ellos.
El sujeto soltó a la chica y caminó hacia mí, me tomó de la solapa de mi chamarra y me lanzo hacia una mesa, caí tan fuerte que esta se quebró y me golpee contra el piso, el sujeto comenzó a patearme después vi como otros hombre me lo quitaban de encima y lo sacaron del lugar, la chica que había defendido me ayudó a ponerme de pie.
—¿Quieres que te maten?– ella me miraba preocupada y sus ojos estaban hinchados por tantas lágrimas.
—la verdad ya me da igual– me toque el labio con el pulgar y vi mi sangre –este dolor no es nada a comparación del dolor de mi corazón.
—no creo que haya un problema tan grande para desear la muerte.
—mi mejor amigo se casará con la chica que amo– ella me ayudó a sentarme en una de las mesas.
—¿y eso es todo?, el hombre que yo amaba resultó que le gustaban los hombres, me mintió por más de dos años y huyo con su mejor amigo.
—¿En serio?– no pude evitar sonreír –Es increíble.
Otra de las chicas le trajo un botiquín de primeros auxilios y empezó a curar mis heridas. Sus manos eran suaves y su sonrisa era muy bonita.
—gracias ¿me puedes decir tu nombre?
—Jessica, pero dime Jessy mucho gusto en conocerte.
—Clarke Haden.
—no quiero ser grosera pero– bajo la mirada apenada –¿ese es el motivo por el que vienes a embriagarte todos los días?
—asi duele menos Jessy, ademas es la única manera en la que puedo dormir.
—lo siento mucho Clarke, pero la verdad asi duele mas, te puedo dar un consejo– bajo la mirada apenada –distraerte en otra cosa, pon un negocio o si ya lo tienes dedícate a él.
—tengo una cadena de restaurantes, mis padres me los dejaron de herencia, de hecho los he descuidado estos últimos meses.
—lo ves— sonrió —a eso me refiero, sigue tu vida, vuelve a tus restaurantes, enamorate otra vez de la vida, sal de este hoyo.
La cara de la chica era tan linda, su sonrisa iluminaba sus hermosos ojos color miel, le sonreí en agradecimiento. Ese bar tampoco era lugar para una mujer tan hermosa como Jessy, asi que decidí ofrecerle trabajo.
—¿Quieres ir a trabajar conmigo?– dije de pronto.
—¿Que? ¿Yo?
—este no es un lugar para una chica como tú y además necesito una amiga ¿Que dices?
—si— dijo emocionada —seria un honor Clarke, me ire a trabajar contigo.
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.Claudia Franco 🫶🏼
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Nos Pertenecemos
Romancedos familias separadas por el odio fundado por los abuelos de la familia harán hasta lo imposible para impedir que dos de sus integrantes se amen con libertad, podra el odio hacia un apellido evitar que Milla y Taylor se amen? 03/10/2024