dos familias separadas por el odio fundado por los abuelos de la familia harán hasta lo imposible para impedir que dos de sus integrantes se amen con libertad, podra el odio hacia un apellido evitar que Milla y Taylor se amen?
03/10/2024
Nuestras miradas se cruzaron, el molesto y yo cansada de su arrebato de celos, habiamos pasado unos dias maravillosos y ahora se habia arruinado todo. Cerre mis ojos y tome un poco de aire, tenía que alejarme de él para que se calmara la situación, ambos estamos molestos y no quiero decir algo que lo lastime.
—te amo Tay— dije ya mas calmada –pero ahora no quiero estar a tu lado, déjame irme, mañana hablamos.
Taylor asintió con la cabeza un poco triste, me soltó el brazo, se acerco a mi y pego su frente con la mia, unos segundos después la beso y me dejo que me marchara. Salí de su casa y tomé un taxi rumbo a la mía, me sentía algo triste, pero yo sabia que esto lo ibamos a solucionar, nuestra historia no iba a terminar aqui. Al llegar a mi casa, no pude evitar sentirme muy sola, solo llevaba unos minutos alejada de Taylor y ya empezaba a extrañar su calor. Me refugie en mi cama y me oculte bajo las sábanas, cerré los ojos decidida a dormirme.
A la mañana siguiente me desperté confundida, estaba sola, sin las caricias ni el calor de mi amado jefe. Me levanté sin ganas y entre a la ducha, cuando salí me seque y me puse un pantalón de mezclilla, una playera gris y mis cómodos tenis. Salí a la cocina a preparar el desayuno cuando tocaron el timbre, abrí la puerta y lo vi parado frente a mi.
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—te extrañé anoche— su voz era suave, llevaba unos jeans negros, una playera blanca y una camisa de cuadros azules abierta, su cabellera rubia aún estaba húmeda y su barba había desaparecido.
—¿ah sí?— también lo extrañe a morir, pero mi orgullo no me dejaba decírselo.
—sí cielo, lo siento, me comporte como un idiota— se acercó y me abrazo, yo aproveche y me empape de su aroma —te invito a desayunar.
—me gustaba— toque su rostro, donde antes estaba su barba –¿Porque la afeitaste?
—no se, no pense que te gustara.
—vamos a desayunar, pero tu pagas– me solté de su abrazo.
—cómo debe ser.
Me puse un delgado suéter y tome mi bolso, salimos de casa y ambos subimos al auto de Taylor y este lo encendió para adentrarse en las calles de Nueva York. Encendí la radio y la voz de Lady Ga Ga sonó en todo el coche.
—¿Te gusta Lady Ga Ga?— dijo sonriendo —no parece mucho tu estilo.
—me gustan algunas canciones pero no soy fan, ademas canta muy bien.
—si tu lo dices.
—oh perdón señor “don experto en música”— recalque las comillas con las manos y comence a reir.
—¿Quieres pelear otra vez?— dijo sonriendo.
—no estoy pelando, tu haces que me sulfure, eres el culpable de mis cambios de humor— dije tratando de no morirme de la risa.
—Mila— su sonrisa se borro y se puso serio —yo quería preguntarte– su mirada permanecía al frente.
—¿Que pasa?— dije asustada y empezaba a ponerme algo nerviosa, ¿Que era tan importante que no podía articular bien sus palabras?.
—no quiero que me lo tomes a mal y tampoco quiero que pienses que te estoy presionando, pero… ¿Irías a la boda de mi prima conmigo? Quiero aprovechar el evento para presentarte con mis padres.
—Oh Tay— me interrumpió antes de que pudiera seguir hablando.
—piensalo, es dentro de dos semanas, si quieres aun no me respondas, solo piensalo. Pero en serio me agradaría mucho que fueras conmigo.
—está bien— sonreí ante la forma de Taylor al proponerme ir con él a la boda de su prima, jamas lo habia visto tan nervioso, ni cuando me pidió que me mudara con él.
—gracias cielo, ojala y decidas acompañarme, para lo seria un honor, quiero presumirles a mi novia a toda la familia.
—eres un tonto— le tocó con una mano su rubia cabellera —dije esta bien refiriéndome a que si voy contigo.
—¿En serio?— dijo con una gran sonrisa de felicidad.
—si— le di un pequeño beso en la mejilla.
—gracias cielo, esto es importante para mi.
—lo se, lo pude notar— le regalé una sonrisa.
Después de desayunar unos deliciosos hot cakes y algo de fruta, decidimos ir a caminar a un parque cerca de donde habíamos desayunado, caminamos hasta llegar a una enorme fuente, nos sentamos en la orilla de esta y el viento nos rociaba una fresca briza de agua.
—ahora seré yo la que te pida algo a ti— dije metiendo un poco la mano al agua.
—dime— Taylor acomodo un mechón de pelo detras de mi oreja.
—Alfredo esté teniendo problemas desde que le robaron todo su equipo, su negocio se vino abajo– lo mire avergonzada, este era un favor muy grande —¿crees que podrías asociarte con el, asi el recuperara su negocio y tu lo tendras como técnico de las imprentas?
—yo ya le había ofrecido trabajo y el nunca me llamo— beso mi mejilla.
—eso es culpa mía— baje la mirada –le dije que se hiciera el difícil contigo.
—¿Porque?— se quedó sorprendido antes mis palabras, pero no pudo evitar dibujar una sonrisa en sus labios.
—solo quería fastidiarte— sonreí avergonzada.
—sí claro— me tomo del rostro y empezó a besarme suavemente, yo le seguí feliz el beso, cuando estuvo satisfecho me solto —dile que venga el lunes a las torres para que hablemos, a ver qué podemos hacer.
—gracias— lo bese nuevamente.
Sin darme cuenta Taylor también había sumergido una mano en el agua y cuando lo bese tomó una poca con su mano y la colocó en mi cuello, di un pequeño brinco al sentir la fría agua que corría por mi cuello hasta llegar a mi pecho.
—eres un…
Metió la mano otra vez y comenzó a salpicarme, rápidamente hice lo mismo pero el se alejo antes de que pudiera alcanzarlo y mojarlo.
—me las pagaras…
La sonrisa de Taylor era más grande de lo habitual y le brillaban los ojos de alegria, queria enojarme con él, pero aquella imagen hacia derretir mi corazón.
