𝐾𝑎𝑜𝑟𝑢|| La última de las mujeres Uchiha, sin duda toda una princesa cuyo fuego no pueda dominar. A pesar de que quedo sola no deja de sonreír.
𝑆𝑎𝑠𝑢𝑘𝑒|| El último Uchiha de su clan, un chico con corazón de hielo. Tiene un objetivo y es ven...
━─━────༺༻────━─━ ¡La Geisha! ¡Kaoru en peligro! ━─━────༺༻────━─━
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UNA BELLA Y HERMOSA JOVEN BAILA CON ELEGANCIA Y CON SUAVIDAD MOVIA MARAVILLOSAMENTE LOS ABANICOS EN SUS MANOS. A lo lejos el señor feudal miraba con lujuria a la mujer que bailaba con una elegancia fantástica. El señor feudal miraba con deseo aquella joven vestida de geisha, el hombre deseaba, pedía a grito poseer a la joven mujer. Ella sería su mayor logro, una mujer más para colección. El señor feudal tenía fama de mujeriego, de acostar con mujeres de cualquier tipo, sin importar sus estatus, desde la mejor alcurnia hasta sirvientas y prostitutas.
Cuando la joven terminó su baile fue aplaudida calurosamente por el publico, la joven hizo una reverencia en señal de gracias y comenzó a retirar se a su camerino para cambiar con ropa más comoda. El señor feudal que miraba detalladamente por dónde se iba por aquella mujer. Para cuando ya no estaba, el hombre llamo a uno de sus sirvientes para susurrar le al oído. Este comprendió y asintió salió en busca de la mujer. Tocó la puerta y escucho un adelante. El sirviente del señor feudal miro a la joven. Una belleza única que hipnotiza.
─¿Señor?. ─hablo dulcemente la geisha haciendo quehacer Enel hombre se embobará con su belleza cautivadora─. ¿Que desea?.
─Mi amo y señor de estás tierras desea que vaya al castillo. Usted será la nueva señora. ─la geisha quedó sorprendida. Ella siendo la esposa del señor feudal─. Empaque sus cosas.
─Me halaga señor. Pero...soy una geisha. No soy candidata a una esposa para su señor. ─decía la geisha con mirada suplicante─. Por favor debería...
─No digas tonterías, Noriko. ─decía la mujer mayor, encargada de las geishas─. Se que solo tienes días de a ver te convertido en geisha, pero, se trata de nuestro señor feudal, uno de los mejores clientes. Si el señor feudal pagara por ella no me negare.
─¡Señora Aome!.
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