Capitulo 19

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(*18)


Perspectiva de Christian Grey.

Ambos nos quedamos detenidos delante de la puerta cerrada de madera, no decimos nada solamente miramos con mucho deseo la puerta que nos conducirá a vivir una noche llena de pasión, una noche donde nos dedicaremos a amar cada centímetro de nuestros cuerpos desnudos, donde recuperaremos una vez más el tiempo perdido que estuvimos separados... Una noche donde expresaremos nuestro amor, nuestra devoción...

Me quito el abrigo dejándolo reposar sobre el piso, Ana repite mi acción quedando ambos con nuestros brazos desnudos... Como quisiera ver ya todo su cuerpo desnudo, bueno mi polla apoya eso.

La respiración de Ana se agita un poco cuando paso mis dedos por su delicada y suave piel de su brazo, un calor tremendo crece por nuestros cuerpos ante estás simples caricias, ambos nos miramos fijamente a los ojos viendo como el deseo comienza a dilatar nuestras pupilas, la respiración de Ana cada vez es más errática, mi polla al igual que sus pequeños vellos que hay en su brazo se han puesto de punta.

Trago saliva conforme siento como mi entrepierna se comienza a apretar con cada caricia que le hago a mi dulce novia, cada roce se pone más y más duro hasta hacer casi imposible moverme sin reventar mi bóxer... Creo que estoy siendo exagerado pero con lo que despierta mi diosa de ojos azules en mi jodido cuerpo no me sorprendería que pudiera mi polla hacerle un agujero a la delicada tela de mi bóxer buscando la libertad que no le ofrezco aún.... Me es muy incomodo estar con este ajustado bóxer y mucho peor es tener un pantalón de chándal pues hace que en esa parte de mi cuerpo este muy caliente.

Nuestras respiraciones se entremezclan, ambos ahora estamos agitados y aún seguimos en las afueras del cuarto, Ana aprieta los muslos señal de que le estoy poniendo húmeda tanto como mi erección pues comienzo a sentir que ya está saliendo un poco de líquido pre – seminal... Ana ahoga un gemido en el momento que mi mano se acerca tentadoramente a sus senos, se quedan quietas ahí perfectamente encajadas las palmas de mis manos en sus deliciosos senos, es el paraíso sentir está parte de su cuerpo, pero sería mucho mejor si estuviera sin el vestido.

Estamos en completa oscuridad pues no hemos prendido las luces del callejón... Me quedo perdido en sus ojos azules que alumbran la penumbra al igual que alumbro mi alma, mi vida, mi existencia desde el día que la conocí, me acerco lentamente a sus labios... Quiero morderlos, besarlos, follarlos, quiero escucharla gemir, gemir y gemir como si el mañana no existiera... Pero me contengo pues aún quiero disfrutar más tiempo de estás caricias que le doy a sus senos que aunque aún no están desprotegidos puedo sentir la tibieza que emanan sus dos grandes melones...

Las manos de Ana que habían permanecido en un segundo plano aparecen de la nada y comienzan a acariciar mis brazos lentamente, sus delicados dedos hacen que mis vellos sean ahora los que se pongan de punta... Nadie dice nada pues no hace falta ya con estás tiernas y excitantes caricias nos demostramos lo mucho que nos amamos... Cuanto nos extrañamos en estos meses que estuvimos separados con ganas de tener estas caricias nuevamente en nuestros cuerpos y no sólo en nuestras mentes como un recuerdo difuso, opaco.

Las palabras sobran al igual que las prendas de vestir en este momento.

A ambos se nos escapan un gruñido a la par cuando nuestras manos invaden nuestros cuerpos, las mías acarician ya sus erectos senos por debajo del vestido lentamente mientras que las de ella acarician la punta de mi polla que está completamente dura y ese lugar donde se encuentra acariciando está muy caliente por la excesiva ropa que llevo... Jodida la hora en que subí con el bóxer y pantalón, ambos debimos venir desnudos pues ahora tenemos una barrera de ropa que eliminar... Pero que disfrutare haciendo.

Las Sombras de Grey IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora