Capitulo 60

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Perspectiva de Anastasia Steele.

Un suspiro se me escapa, un suspiro cansado luego de terminar de revisar todos los papeles que me han llegado, todos los manuscritos de nuevos escritores que desean publicar algún libro. Sí pensé que trabajar sería más fácil que estudiar estaba completamente equivocada, ahora prefiero volver a estar sentada escuchando clases sin ninguna preocupación ni tener que tomar decisiones, y es mucho más difícil cuando eres directora de una editorial y muchísimo más difícil es cuando mi jefe es mi novio, futuro esposo y padre de mi hijo y que no me deja trabajar en paz pues a cada hora alguien de seguridad me viene interrumpiendo para traerme un vaso de agua o para solo asegurarse que estoy bien, como si me fuera desmayar acá. Ni siquiera porque hablo por teléfono c cada media hora con él calma el excesivo control que ejerce en la vida.

En su vida.

En mi vida.

En la vida de mi bebé.

Doy un sorbo a mi vaso de agua tratando de quitarme el mal sabor de boca de la pizza que ingerí la noche de ayer, pizza recontra horrible, el sol de este día y que ingresa por la gran ventana de mi oficina da directamente a las numerosas plantas artificiales que hay delante de mi escritorio de madera, plantas que otorga más vida al lugar y que están por debajo de un enorme cuadro donde aparecemos Christian y yo vestidos de traje de vestir color blanco, siempre él con trajes ajustados que no deja nada a la imaginación. Él acariciando mi vientre aún no tan abultado, para ese entonces. Mirándome como el tesoro más grande de la vida besando mi cuello.

Esa foto que ha sido tomada para un revista de negocios.

La pareja más importante de Estados Unidos.

Luego de dejar el vaso ya sin agua me pongo a teclear en mi computador portátil que es de un color gris y que tiene en la parte trasera el logo de la empresa de Christian y por debajo mi apellido. GREY STEELE suena extremadamente bien y según los diseñadores que me han ayudado en todo lo de la editorial dicen que le da un toque más especial al lugar, los dos apellido en cada computador hace que el lugar se vea mucho mejor. Este era mi sueño, tener mi propia editorial y al fin lo he conseguido aunque ha sido con ayuda de Christian pero sin o con su ayuda le estaré agradecida pues sin él creo que no estaría acá.

Remarco con mis dedos la letra s en el teclado, lo presiono fuertemente hasta que logra aparecer en la página de Word, se han malogrado algunas teclas pues me las paso escribiendo la mayor parte del tiempo, relatos cortos que nunca publicaré, que se quedarán en las hojas de Word pues son un poco fuertes donde relato los encuentros sexuales que tengo con mi fogoso futuro marido. Tendré que comprar otros equipos de computo para remodelarlo.

Mientras escribo, de reojo observo los manuscritos que me han llegado, los manuscritos que solo demuestras el éxito de la editorial, manuscritos que descansan sobre una mesa de madera muy parecida al que tiene Christian y al lado de la ecografía, la ecografía de mi bebe.

En estos momentos entiendo las sabias palabras que Javier le dijo a Christian la primera vez de su cita, palabras que él me conto al observar cuadros de su hijo en su consultorio, ver aquella ecografía enmarcada, aquella simple ecografía que Christian tiene tanto en su oficina como en todas partes de la Escala, me demuestra, me da fuerzas para poder salir adelante al acordarme porque es lo que lucho, porque me paso quemándome las pestañas revisando manuscritos tras manuscritos, porque las huellas de mis dedos prácticamente han desparecido de tanto digitar, pues aparte de que lo hago por mí misma, para demostrar al mundo que las mujeres podemos ser exitosas en este mundo que lamentablemente hay más trabajos para hombres...

Las Sombras de Grey IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora