Capitulo 51

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Nota importante al final.


Perspectiva de Anastasia Steele.

Un fuerte aire sepulcral azota mi rostro, que de pronto se ha puesto pálido, moviendo mi cabello a su vaivén como si se tratase de un péndulo, un aire que trae consigo un intenso olor a muerte... ¿Cómo sabes cómo huele la muerte? Me grita mi subconsciente luego de despertarse de su estado de shock –poniéndose de pie pues había caído desmayada luego de los últimos sucesos- haciendo que me dé cuenta de mis tan errados pensamientos que no tienen ningún tipo de lógica, no tengo ni idea como huele la muerte eso es cierto pero si la muerte tuviera un olor sería este, bueno supongo que el aire trae un olor a todo menos a muerte y solamente es mi mente un poco en blanco y en completo shock por tener el cuerpo de mi amigo en mis brazos, cuerpo que está mucho más pálido de lo normal con sus labios un poco resecos y con leves moretones en la blanca piel de su pecho que se deja ver por la bata que no cubre enteramente sus pectorales, pectorales que suben y bajan conforme respira lentamente. Tal vez solamente mi mente busca una salida desesperadamente para que la idea de que él esta muerto no sea tan chocante y dolorosa pero sencillamente es demasiado tarde.

-No. –suelto en un sonido desgarrador que retumba en este pasillo mientras me abrazo a él como si mi vida dependiera de él, me aferro a su cuerpo que respira levemente dándome la señal de que aún sigue con vida, que aún ese pequeño hilo que lo mantiene en este mundo sigue un poco intacto pero está siendo cortado lentamente por una cuchilla que representa la hambrienta muerte, mi alma se encuentra igual, siendo sostenida por un delgado hilo que mantiene mi poca cordura.- No me puedes dejar, demonios, no me puedes dejar en este puto mundo. –mi voz suena muy desgastada quizás por las lágrimas que se cuelan por mis pestañas.- Por favor. –grito dejando que su cabeza repose en mi regazo, su cabello rubio se mezcla con la blancura de mi bata haciendo un perfecto contraste mientras mis manos se queda quietas en sus hombros apegando su cuerpo lo máximo posible hacia mí, su lenta respiración otorga un poco de calma pero desesperación también pues cada vez el aire que expulsa su cuerpo sale más pausado, haciendo que esos cortos segundos que no siento su respiración sean eternos ya que en esos segundos puede su vida terminar.- Por favor Damian, tú tienes que conquistar el frío corazón de Rodrigo, tienes que ser feliz con él. –reparto besos de una manera desesperada en su cabello rubio un poco húmedo por el sudor, pero no me importa, simplemente aspiro su aroma mientras lagrimas destructivas siguen rondando por mis mejillas un poco sucias por el polvo que el viento también trae.- Tú tienes que decirle que le amas. Yo no soy la indicada, eso no me corresponde a mí. –reprimo un nuevo sollozo conforme, con cada segundo que pasa, me destruyo más.

De reojo observo como Gabriel le da unos cuantos golpes más a Jack que yace inconsciente en el piso del término de este pasillo y raramente tiene una burlona sonrisa, pero no les prestó mucha atención pues ahora mientras me abrazo más a mi amigo y lágrimas siguen formando más surcos en mis mejillas llegando a su fin en mis resecos labios, aquella pistola que está al lado de la mano de Damian parece muy atractiva, demasiado atractiva, nunca se me había cruzado en la cabeza matar a alguien, siempre he criticado a las personas que toman la justicia con sus propias manos pero ahora llego a un punto en que entiendo los modos de actuar de aquellas personas, entiendo ahora que me encuentro en una situación parecida y me entran unas ganas tremendas de hace dos disparos con esa pistola en dirección al lugar donde se encuentran esas personas. Las personas responsables de que el rubio de ojos hipnotizadores ahora se encuentre prácticamente al borde de la muerte y de que yo por mi estado de shock simplemente no pueda hacer más que llorar como una completa patética.

-Por favor, Damian, no podré salir adelante sin ti, tenemos que graduarnos juntos. –pronuncio para eliminar estos instintos asesinos que son guiados por la adrenalina que recién ahora hace su fantástica aparición provocando un impulso de moverme pero antes, cuando en realidad necesitaba actuar sencillamente me dejo fría, estática.- Tú tienes que ser el padrino de mi matrimonio. Con Piero tienes que organizar mi despedida de soltera, hasta dejaré que contraten a los mejores y más guapos strippers del país. –le doy un beso en su cabeza mientras me acurruco más en él dejando que mi espalda repose en la pared, mi alma poco a poco se vuelve más oscura y tengo un poco claro que si salgo de acá, si llego a salir de este lugar ya no seré las misma, estás lagrimas que ruedan por mis mejillas como ríos que bajan por montañas a toda velocidad, son lagrimas de la muerte.... La muerte de mi amigo no –pues aún tengo esperanzas de que siga vivo- si no la muerte mía, la muerte de aquella niña tonta que si bien paso cosas difíciles en la vida pudo superarlas al lado de aquel hombre que es el amor de su vida, pero ahora simplemente ese hombre no está, no está para susurrarme la puta mentira de que mañana será otro día, no está para hacerme creer en una ilusión.

Las Sombras de Grey IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora