Lean la nota del final.
Perspectiva de Christian Grey.
Me alejo a regañadientes del agarre de Ana, está profundamente dormida con todo su cuerpo hace solo segundos enrollado en el mío, se remueve un poco cuando deja de sentir mi presencia y el calor que mi cuerpo semidesnudo profesa.
Me acomodo en la ranura de la cama suspirando por un momento alejando la pesadilla que acabo de tener de mi mente... Ella me volvía a deja, suspiro pasando las manos por mi cabello convenciéndome que solo fue una pesadilla y que ella no se ira de mi lado nunca más, no lo permitiré.
Miro el reloj digital que reposa en la mesita de noche que tiene unos números clarsos y luminosos color verde marcando las cinco y media de la madrugada.
Me pongo de pie y descalzo camino hasta el armario lo más silencioso que puedo para no despertar a Ana, me detengo delante del mueble de madera fina y abriéndolo saco un pantalón de deporte color negro junto con un polo del mismo color.
Me quito mi pantalón de pijama viendo a mi dulce novia dormir plácidamente lejos de todos los problemas que aquejan en mi mente, lejos de todas mis mentiras.... Cuando me quedo en bóxer observo mi mirada se poza en una parte que la cortina roja ha dejado descubierto permitiéndome ver como las lluvias caen y hacen un pequeño ruido al chocar con los grandes ventanales de nuestro cuarto... Al parecer este horrible clima nos acompañara por un largo tiempo, me meto en el pantalón de deporte y de un rápido movimiento me pongo el polo que se ajusta perfectamente a mi cuerpo remarcando mi fisionomía.
Camino por el frio piso de madera nuevamente descalzo, saco una casaca con capucha color gris y también me lo coloco, un reproductor musical de última generación que se encuentra al lado del reloj va parar en el bolsillo de la casaca para que no se moje cuando salga a correr, le doy un casto beso a Ana en la frente aspirando su embriagador aroma, mi nariz acaricia su sedosos cabello y me quedo detenido ahí un momento disfrutando la sensación.- Te amo nena.- dicho esas simples palabras que alejan por completo aquella pesadilla salgo de la habitación, dejando sola a mi novia en el cuarto iluminado por una lámpara que encendí para que no se quede en la completa oscuridad.
Ya en la cocina me pongo las medias y zapatillas que llevaba en mano, los audífonos color blanco cuelgan por la abertura de La casaca entre mi cuello y mi cara, la capucha cubre casi todo mi rostro, abro el refrigerador que ya está completamente equipado con todo lo necesita una casa, todo lo más saludable posible, pues nuevamente Sophie ha vuelto a vivir acá y ricitos de oro no puede comer cualquier cosa.
Pienso por un momento beberme el jugo de naranja que Gail ha preparado la noche anterior pero no quiero morirme de una hipotermia, ya suficiente tengo con este dolor de cabeza que aún no he podido atenderme con un doctor, así que rápidamente retiro esa tonta idea de mi cabeza, camino ante la penumbra de mi gran departamento hasta el ascensor, todo está en absoluto silencio pues las personas aún duermen, las personas aun están soñando cosas magnificas... Todas menos yo.
Presiono la tecla del botón cuando estoy dentro del ascensor para salir a correr bajo la lluvia, me encanta hacer eso, que mis pies me guíen conforme gotas de lluvia mojan mi rostro, hacen que me relaje un poco luego de estos días tan agitados que he tenido... Y joder aún no le he podido contar a Ana nada.
El ascensor extrañamente se detiene en un piso debajo del mío, en el piso donde aquel hombre ha venido a vivir hace 5 días; las puertas se abren lentamente para dejar ver una mirada de color miel posada en mi cuerpo, la ropa de deporte que lleva puesto remarca perfectamente sus grandes músculos, me sonríe amigablemente conforme ingresa al ascensor, yo trato de devolverle la sonrisa evitando que las imágenes de él y Ana invadan mi mente.
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Las Sombras de Grey II
FanfictionContinuación de LAS SOMBRAS DE GREY ... Si no la has leído no podrás entender. Luego de los últimos acontecimientos en Las Sombras de Grey muchas cosas han cambiado... Algunas para bien, otras para mal, pues todo no puede ser color de rosa...