El bar estaba abarrotado, la familia Newgate ya había tomado el lugar; menos mal, le había avisado a Ace antes de ir allí.
—¡Marco! ¡Ya estamos aquí! —gritó Thatch al verlo entrar.
Marco fue recibido por todos, abrazado también. Izo se acercó y le dio una cerveza.
No tuvo tiempo de sentarse antes de que todo el mundo lo bombardeara con preguntas. Todos querían que supiera cómo le iba en su nuevo trabajo, si le gustaba la ciudad, si sus compañeros le habían recibido con agrado. Finalmente dejó su abrigo en una silla y se sentó, esperando que nadie le hiciera más preguntas.
Por supuesto, Thatch tuvo que abrir su bocaza: "Entonces, ¿tienen mujeres hermosas allí?"
"Paja", reprendió Marco.
—¿Qué? Estoy pensando en ti, ha pasado demasiado tiempo sin ti —continuó su hermano.
Izo, que llegaba con una nueva ronda de cervezas para todos, suspiró al escuchar lo que decía Thatch. "Cariño, Marco te lo habría dicho, si no fueras un maldito acosador".
"¿Qué me habría dicho?"
Izo suspiró de nuevo y le hizo un gesto a Marco: "Míralo, encontró a alguien".
Marco permaneció en silencio mientras Thatch lo miraba fijamente.
"¿Qué? No parecía diferente de lo habitual", afirmó.
Izo puso los ojos en blanco con exasperación. "Primero mire su rostro, tenía esa mirada soñadora que tenía siempre cuando estaba enamorado. Segundo, las dificultades que tuvimos para ponernos en contacto con él, aunque normalmente era él quien nos acosaba..."
Thatch lo cortó "Podría tener amigos". Marco murmuró que nunca había acosado a su familia.
Izo continuó: "Si se tratara de amigos, nos lo habría dicho, pero no dijo nada. Así que no quería que nos entrometiéramos en ello. Y tercero, su camiseta".
"¿Qué le pasa a mi camiseta?" preguntó Marco.
"Marco, cariño, tú no llevas camiseta. Y estoy bastante segura de que nunca comprarías una camiseta que diga 'He sido heterosexual durante los últimos 29 años. Pero ya sabes, siempre hay un mañana'".
—Izo, era… —Marco se detuvo cuando sintió que su teléfono vibraba en su bolsillo. Tomó su teléfono para mirar el mensaje—. ¡Hola, guapo! Estoy estacionado. ¿Estás listo? ;)
Marco sonrió y le respondió con el texto tonto: "¿Contigo? Siempre".
—¿Viste a Thatch? Te lo dije, estaba enamorado. —Izo señaló la sonrisa que lucía Marco.
Marco suspiró. "Tienes razón, yoi. He estado con alguien estos últimos dos meses. Se lo dije a papá, pero no a ti porque quería sorprenderte conociéndolo".
"¡MARCO, ESTOY TAN FELIZ POR TI!", gritó Thatch, llamando la atención de sus numerosos hermanos o primos en el bar. "¡VIEJO PERRO! ¿CUÁNDO VAS A CONOCERLA?"
Detrás de ellos algunos le preguntaban a Marco si tenía novia.
Marco escuchó que se abría la puerta, le sonrió a Thatch y simplemente dijo: "Ahora mismo".
Thatch (y todos) se giraron hacia la puerta, solo para ver cabello negro, ojos grises, pecas y claramente un hombre.
Marco sonrió cuando vio a Ace sonrojarse frente a todos mirándolo. Se puso de pie y caminó hacia Ace. Izo jadeó detrás de él, pero Marco continuó avanzando. Cuando llegó a su altura, tomó a Ace por la cintura. Y lo besó. No lo besó con lengua, pero solo porque su familia estaba allí.
Ace sonrió en sus labios, puso sus brazos alrededor del cuello de Marco, mientras las manos de Marco fueron a su cabello para profundizar el beso.
Se separaron sólo unos milímetros y sólo porque necesitaban respirar.
—Hola, guapo —dijo Ace sonriendo, con las mejillas sonrojadas por el beso.
—Hola, cariño —respondió Marco, besando los labios hinchados de su amante—. ¿Cómo estuvo tu día?
—Mmmm, mejor ahora.
—Me gusta su camisa —comentó Izo, mientras Thatch se quedaba con la boca abierta.
En la parte posterior de la camiseta de Marco se podía leer la frase: "¡Oh, mierda! ¡Es mañana!", escrita con letras mayúsculas de arcoíris.
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