---Título: El Vínculo que Nunca se Rompe
Era una tarde tranquila en el mar, el sol comenzaba a ponerse, tiñendo el cielo de colores cálidos. Uta se encontraba sobre la cubierta de la Melodía del Mar, mirando al horizonte con una sonrisa melancólica. Había viajado por incontables islas y conocido a miles de personas, pero había algo en su corazón que siempre la hacía regresar a un recuerdo: sus años con los hermanos D, esos chicos que nunca olvidaría. Luffy, Ace y Sabo, los tres jóvenes que, aunque no por sangre, eran su familia.
Cuando Uta era una niña, había pasado un tiempo con ellos, compartiendo risas y sueños mientras vivían en una isla lejos de las luces del mundo. Luffy, el hermano pequeño que siempre estaba buscando la próxima gran aventura, Ace, el mayor, decidido y protector, y Sabo, el hermano intermedio, lleno de ideales y pasión. Juntos formaban un vínculo tan fuerte que Uta, aunque más grande que ellos, siempre se había sentido como la hermana mayor que debía protegerlos.
Hoy, ese sentimiento de nostalgia era más fuerte que nunca. Tras las tragedias que los separaron, las vidas de los tres hermanos D tomaron caminos muy diferentes. Uta, sin embargo, siempre los había tenido en su mente. Luffy había encontrado su propio camino como pirata, persiguiendo el sueño de ser el Rey de los Piratas; Ace había muerto en una batalla épica, pero su legado aún perduraba, y Sabo... bueno, Sabo había encontrado su propio camino tras su resurrección, luchando por lo que creía.
Pero ahora, Uta sentía que el destino le traía una última oportunidad para reunirlos a todos. Algo dentro de ella le decía que debía regresar al lugar donde todo había comenzado: la isla donde se había criado con ellos. Quería revivir los días en los que no había tragedia, solo amigos, sueños y una promesa. Si bien el paso del tiempo había cambiado a todos, no había forma de que el lazo entre ellos se rompiera.
Mientras tanto, en otra parte del mar, Luffy estaba en su barco, la Going Merry, riendo con sus amigos y recordando a su hermana. Aunque había pasado tanto tiempo desde que se separaron, en el fondo siempre había considerado a Uta su hermana mayor. Recordaba los días en los que cantaban juntos, cuando él aún soñaba con ser el Rey de los Piratas. Sentía en su corazón que, si ella estuviera cerca, su viaje sería mucho más alegre.
Luffy miró al cielo y sonrió.
—Un día, vamos a reunirnos todos de nuevo, lo sé.
La misma promesa la compartía Sabo. Aunque las responsabilidades que tenía en la Revolución lo mantenían ocupado, su corazón nunca olvidó aquellos días. Recordaba las risas de los tres hermanos, y cómo Uta los protegía, siempre asegurándose de que no se metieran en problemas.
Ace, aunque no estaba físicamente presente, siempre estuvo en sus corazones. Sabo sabía que su hermano mayor siempre estaría con ellos en espíritu, guiándolos en cada paso.
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Finalmente, el destino hizo que los cuatro se reunieran en una isla, una vez más. Luffy llegó al lugar y, al ver a Uta en la orilla, sus ojos se llenaron de lágrimas. Uta, con su risa brillante, corrió hacia él, y el abrazo que compartieron fue todo lo que ambos necesitaban. Aunque el tiempo había pasado, y aunque muchas cosas habían cambiado, el amor y el lazo entre ellos nunca se había roto.
Sabo llegó poco después, y el reencuentro entre él y Uta fue igualmente emotivo. Aunque Ace ya no podía estar allí físicamente, su presencia se sentía en todos, y Uta, al mirar al cielo, sintió que su hermano mayor aún los cuidaba, incluso desde lejos.
Juntos, los cuatro compartieron historias, risas y canciones. Uta les cantó una melodía que había compuesto en honor a los tres hermanos, una canción sobre la promesa de nunca separarse, sin importar el destino que les aguardara. Al final, Uta sabía que aunque sus caminos como piratas eran diferentes, el lazo que los unía era indestructible.
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