Todoroki Shouto sabe que no debería estar aquí.
Pero sus hermanos están con sus amigos, su madre salió a hacer recados y su padre lo dejó para ir a patrullar, dejando a Shouto solo en una casa grande y vacía y sin nada que hacer.
Se supone que debería estar en casa practicando su don.
Pero la casa está vacía y no hay nadie que regrese durante unas horas más y Shouto descubre que el bosque, a solo media hora de distancia, es un lugar tranquilo. El aire es fresco y puro y el sol que se cuela por debajo de las hojas tiene la temperatura perfecta con la cantidad justa de luz para un día como este. La hierba cruje bajo sus pies mientras camina por el mismo camino que ha recorrido durante el primer mes; lo que lo lleva a la única persona con la que no le importa estar.
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Shouto conoció a Ace por accidente.
No quiere estar en casa. La casa está vacía, algo que no ocurre con mucha frecuencia, pero se siente solo y Shouto se aburre, y cuando se aburre, intenta no aburrirse. Explorar no es aburrido, así que Shouto explora. Es una de esas raras libertades que tiene.
Explora su patio trasero, las calles cercanas a su casa y todos los lugares intermedios hasta que llega a una zona boscosa no muy cerca de su casa, pero tampoco muy lejos.
Había estado en el bosque antes, pero cada vez que estaba allí estaba vacío, aunque no tan vacío como su casa. Había estado allí antes. Su padre lo había llevado allí para entrenar una vez y antes de que apareciera su don, Touya lo llevaba allí y pasaban el día jugando en cualquiera de los pequeños claros.
Fue allí donde conoció a Ace.
Ace, que parecía muerto, y Shouto, que lo empujó con la punta de su zapato (solo para asegurarse) antes de abrir un ojo adormilado y asustar a Shouto, sacándole el corazón (y un poco, un poco, de fuego) de dentro. Ace fue educado y lo ayudó a calmarse de una manera que ningún otro adulto en su vida había intentado hacer jamás.
Ace que tiene ojos como los de Shouto.
Es así como Shouto llega a conocer a Ace.
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La escuela siempre le ha enseñado a Shouto que, aunque la mayoría de la población nace con un don, es casi imposible encontrar a alguien con el mismo. Debido a que los dones están en constante mutación y cambio para formar nuevas habilidades más únicas, es una posibilidad rara, una en un millón, encontrar a alguien con un don similar al tuyo.
Pero luego Shouto conoció a Ace y el quirk de Ace es como el de su padre y es un poco menos que imposible.
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Ace es aterrador en el sentido de que su quirk es tan aterrador como similar al del padre de Shouto.
Ace es fuerte y sus llamas arden con intensidad y brillo como las de su padre. Shouto descubre rápidamente que ahí es donde terminan las similitudes.
Ace es amable y le da suaves empujoncitos mientras le enseña a Shouto, no necesariamente sobre su don, sino también sobre los bosques que los rodean: los árboles, los animales, el clima, todo.
Ace también entiende la aversión de Shouto hacia la mitad de fuego de su quirk, y aunque constantemente le dice a Shouto que debería aprender a controlar mejor sus llamas, nunca lo presiona.
Ni una sola vez ha presionado, discutido o peleado con Shouto sobre el uso de su otra mitad, o sobre el uso de su fuego.
Ni una sola vez.
Le dirá a Shouto que es mejor si puede controlarlo, no tiene que dominarlo.
No necesita usarlo, dirá Ace, sólo necesita controlarlo.
