Mónica y Vanesa, aunque en distintos lugares, navegaban una tempestad interna que las desbordaba, cada una lidiando con sus propias dudas y tragedias.
Mónica llegó a la oficina de la psicóloga con el corazón lleno de preguntas. Sentía que sus pensamientos eran como una maraña de hilos entrelazados, cada uno representando un miedo, un deseo, una duda. ¿Era amor lo que sentía por Vanesa? ¿O era simplemente un profundo agradecimiento por haber sido su refugio en tiempos oscuros? Necesitaba respuestas, pero, sobre todo, necesitaba encontrar paz.
La psicóloga, una mujer de ojos cálidos y sonrisa amable, la invitó a sentarse.
—Mónica, ¿cómo has estado? —preguntó la terapeuta con tono suave.
Mónica exhaló largamente antes de responder, como si liberara una carga.
—He estado… confusa. Vanesa me confesó sus sentimientos hace unos días y, aunque sé que siento algo especial por ella, no sé si es amor… o si es simplemente gratitud. Mi vida ha sido un caos en los últimos años, y ella fue mi ancla en medio de la tormenta.
La terapeuta asintió, escuchando con atención.
—Es natural sentir esa mezcla de emociones, Mónica. A veces, el amor puede nacer del agradecimiento, pero también puede ser algo más. Lo importante es darte el tiempo para explorar esos sentimientos sin presiones. Este es tu momento, un momento de libertad y de autodescubrimiento.
Mónica asintió, asimilando las palabras de la terapeuta como si fueran un bálsamo para sus dudas.
—Eso es lo que me asusta… el tiempo. Siento que si dejo pasar demasiado, podría perderla, pero al mismo tiempo no quiero apresurarme. Después de lo que pasé, me cuesta confiar en el amor… —dijo, su voz apagada.
La terapeuta le sonrió, como quien entiende las complejidades del corazón humano.
—El amor no se mide en tiempo, Mónica, sino en lo que despierta en nosotras. Puede que en este proceso encuentres que el amor que sientes por Vanesa es profundo y real, o quizás descubras que necesitas algo diferente. Lo importante es que te sientas libre para explorar, para conocerte sin miedo.
Mónica cerró los ojos, sintiendo una paz creciente al escuchar las palabras de la psicóloga. Sabía que el camino hacia sus propias respuestas no sería fácil, pero la perspectiva de la libertad y el autodescubrimiento le brindaba un nuevo sentido de esperanza.
Mientras Mónica navegaba sus propias dudas, en otro punto de la ciudad, Vanesa recibía la peor noticia que podía imaginar. Su clienta, Rafaela, había desaparecido. Rafaela había estado en medio de un caso complejo contra su marido, un hombre violento y peligroso. La desaparición de ambos solo podía significar una cosa, y en lo profundo de su corazón, Vanesa ya sabía que Rafaela no volvería con vida. El peso de la responsabilidad y la culpa la abrumaban, hundiéndola en una oscuridad de la que sentía que no podría salir.
Decidió ahogar sus penas en un bar de Málaga, buscando en el alcohol un consuelo que sabía que no encontraría. Mientras bebía, el mundo a su alrededor se difuminaba, y solo quedaba el dolor de haber fallado a alguien que confió en ella.
Fue en ese estado, vulnerable y perdida, que Javier la encontró. La observó a distancia, esperando el momento oportuno para acercarse, como un lobo acechando a su presa.
Cuando Vanesa se tambaleó hacia la salida, Javier la siguió sin ser visto, y en un pasillo oscuro del bar, se acercó por detrás. Vanesa nunca vio el primer golpe venir. Sintió un dolor punzante en su cabeza y luego, la oscuridad total.
El teléfono de Mónica vibró en el silencio de la noche, rompiendo la tranquilidad momentánea que había encontrado tras su última sesión de terapia. Al ver el número desconocido en la pantalla, sintió una punzada de preocupación. La voz al otro lado de la línea era profesional, pero llena de una gravedad que le heló el corazón.
—¿Es usted Mónica? —preguntó la operadora con tono solemne—. Lamentamos molestarla a esta hora, pero está registrada como contacto de emergencia de la paciente Vanesa Martin. Ella ha sido víctima de un brutal ataque y está en el hospital. Tuvieron que operarla por varias costillas rotas y una quebradura en su maxilar.
Esas palabras bastaron para que el mundo de Mónica se tambaleara. Sin preguntar más, llamo a la niñera de las niñas, las cuales cuidaban a Pía y Sara mientras ella estaba en la universidad, una vez que llegó, tomó su bolso y salió rumbo al hospital, sus pensamientos inundados de imágenes difusas, temores oscuros, preguntas sin respuesta.
Cuando llegó, fue recibida por el aroma estéril de los pasillos, el murmullo bajo del personal médico, y una enfermera que la condujo al área de terapia intensiva.
Al entrar a la habitación, el impacto fue casi insoportable. Vanesa, la mujer fuerte que había sido su soporte, y que siempre le mostraba una mirada cargada de calidez y ternura, yacía ahora entre cables y tubos, su rostro desfigurado y cubierto de hinchazones y heridas saturadas. Aquella escena era casi irreal; el contraste entre esa figura devastada y el recuerdo de la mujer vivaz que conocía se clavó en su pecho.
Mónica se acercó lentamente, cada paso sintiéndose como si cruzara un abismo, hasta quedar al lado de la cama. Allí, viendo a Vanesa tan frágil, algo en su interior se quebró. La tomó de la mano con delicadeza, apenas tocándola, como si un contacto más fuerte pudiera romperla.
—Vanesa… —murmuró, sus palabras ahogadas en lágrimas contenidas.
Era una mezcla de impotencia, de rabia, de dolor puro y profundo. Vanesa no merecía esto; nadie merecía semejante brutalidad. Pensó en lo mucho que había luchado por proteger a otros, en la valentía con la que enfrentaba la oscuridad ajena, y ahora esa misma oscuridad había cobrado su precio.
Mónica no pudo evitar las lágrimas, su mente fragmentada entre recuerdos y miedos. Sabía que Vanesa podía escucharla en algún lugar de su inconsciencia, y aunque sus palabras fueran apenas un susurro quebrado, deseaba que le llegaran.
—Estoy aquí, Vanesa… no te voy a dejar sola.
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Flor🌹
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Confianza en el Abismo.
FanfictionConfianza en el Abismo relata la historia de un mundo alternativo donde Vanesa Martín es una abogada feminista y defensora de los derechos humanos, y Mónica Carrillo, una madre atrapada en una relación abusiva. Vanesa, marcada por su propio pasado d...