Capítulo 33

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Emma

Sin entender nada, camino a la par de Lucas. La vena de su frente late rápidamente, y al instante compruebo que algo no va bien. El rostro de Liam al salir cuando yo iba entrando me dejó pensando y muy confundida, y ahora, al ver a Lucas de esa forma, sé que definitivamente algo no está bien.

Caminamos deprisa, el silencio se vuelve pesado entre nosotros. La brisa fresca acaricia mi rostro, pero no puede disipar la tensión que se siente en el aire. A mi alrededor, los árboles susurran con cada ráfaga, como si también ellos percibieran la angustia que nos envuelve.

Tras unos 20 minutos de marcha, llegamos a un lugar que se asemeja a un campo abierto. La hierba es alta y ondulante, y el aroma terroso del suelo húmedo llena mis pulmones. Lucas suelta mi mano y comienza a caminar de un lado a otro, frustrado. Su expresión es una mezcla de rabia y desesperación; de repente, suelta una palabrota que resuena en el silencio.

—Lucas, cálmate —le digo mientras me acerco lentamente—. ¿Qué sucede?

—Déjame en paz —sus palabras son crudas y fuertes; en cuestión de segundos se da cuenta del impacto de su tono.

—Perdóname yo... —su voz tiembla, y su mirada arrepentida hace que mi corazón se encoja. Es imposible enojarme con él cuando está tan vulnerable y destrozado. La tristeza en sus ojos brilla como un faro en la oscuridad.

Agarro su mano y, con lentitud, lo llevo hasta uno de los bancos del parque, que está casi desierto en esta tarde nublada. Nos sentamos y, al ver su mirada perdida, lo acerco hasta que se acuesta en mi regazo. Acaricio su pelo lentamente, dejando que los mechones negro azabache se alboroten entre mis dedos.

—Mi vida está patas arriba, Emma... —su voz suena ronca y quebrada.

Sigo acariciando su cabello, sintiendo cómo el silencio pesado nos envuelve. Agradezco cuando finalmente decide desahogarse.

—Me fui de casa. Discutí con mis padres, y mi madre...

Cierra los ojos y me doy cuenta de que el verdadero problema radica en su madre. Una punzada de preocupación me atraviesa el pecho.

—¿Tu madre está bien? —pregunto, sintiendo la inquietud en mi voz. Verlo tan roto y destrozado hace que mi corazón se quiebre también.

—Ella está genial...

—¿Entonces qué sucedió?

—Mi madre y el padre de Liam... ellos... —suelta un suspiro profundo, incapaz de pronunciar las palabras —Tienen una relación y por su culpa murió la madre de Liam.

Mi boca se abre ligeramente mientras la sorpresa me inunda. ¿Realmente la madre de Lucas hizo eso?

Durante el tiempo que llevo conociendo a Liam, he visto cuán profundamente ha sufrido; su mirada es igual de vacía que la mía. Sé que ha enfrentado muchas dificultades en terapia. Debe ser un golpe devastador saber que la madre de tu mejor amigo es responsable de la muerte de tu propia madre, especialmente cuando ambas familias han compartido toda su vida, prácticamente criándose juntos.

Mientras Lucas sigue hablando, sacando todo lo que lleva dentro, no puedo evitar sentir una mezcla de tristeza y empatía por él.

—Por todos estos años nos han engañado a todos. ¿Sabías que consideraba a mi madre una mujer débil y que ha sufrido por culpa de mi padre? Resulta que solo estuvo jugando con todos nosotros toda nuestra vida; disfrutó mientras Liam no ha hecho más que desgarrarse por dentro. ¿Sabes qué es tener una madre así?

Sabiendo que tengo que decir algo para consolarlo, le hablo sin dejar de acariciar su pelo desordenado por mis dedos.

—Todos nos equivocamos alguna vez en la vida...

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