Resoplé frustrada, mientras que en mi cabeza se formaba un cúmulo de sensaciones apoteósicas, por un lado Martin no actuaba de la manera más correcta, pero también era cierto que yo tampoco lo hacía, y sabía que en el fondo se preocupaba por mí y sé que le miento, por orgullo o dignidad, soy así y no pretendo cambiar.
Fui a trabajar como ya era costumbre, los señores de la casa acababan de llegar de su viaje, junto con sus dos hijos.
―Encantada de conocerte, Aria. ― dijo la señora llamada Emma, a pesar de tener los cincuenta y tantos, se conservaba demasiado bien.
―Ahora te vamos a indicar unas sencillas reglas, tu horario es de 7 de la tarde hasta las 12 de la noche, ¿Entendido? ―asentí― Tu sueldo es de 1.500 dólares esperamos que sea suficiente―me quedé sin respiración en la cafetería no ganaba ni la tercera parte y volví a asentir como una chica buena. ―He visto que tienes ¿Una hija? ―preguntó dudosa Emma.
―No señora, es mi hermanastra, mi madre no puede hacerse cargo de ella y por ello la cuido yo. ―Porque la odia, porque está constantemente borracha y a veces se queda catatónica.
―Puedes traerla siempre que se comporte.
Me presentaron a sus hijos Elisabeth de ocho años, pelirroja, ojos azules y piel pálida. Y luego estaba su hermano Finn de 17 años, alto, los mismos ojos que su hermana de pelo castaño y sí estaba demasiado bueno, la camiseta gris invitaba a las fantasías más perversas.
Llegamos a casa pasada la hora de cenar y me puse muy contenta al ver a mi madre levantada, pero esa sonrisa pronto desapareció al verla con una botella de Vodka. Miré mi cartera y como era de esperar faltaba dinero.
― ¿A esto vamos a volver? ―pregunté― ¿Sabes lo que tengo que soportar para que te lo gastes en alcohol?
―Soy mayorcita―respondió, con voz pastosa. Asentí irónica.
―Eso dice tu DNI pero tus acciones muestran lo contrario. ―Me descalcé, mis pies estaban hinchados, la casa era demasiado grande, y me senté en el sofá.
Llamé a Lily para preguntar que quería de cenar, sugerí cereales y me respondió.
―Tata cúrratelo más―bufé divertida.
―No sé cómo puedes cuidar a esa niña es la causante de que esta familia se haya ido al trasto―dijo tan tranquila, revolviendo sus manos en el suéter como era costumbre.
―A la niña no la metas en esto. La culpa la habéis tenido vosotros por no saber afrontar las situaciones en la que la vida os ha puesto― Enfada es el único adjetivo que me describe en estos momentos.
―Puto engendro del demonio―refunfuñó.
―Si vas a seguir así, retírate a tu cuarto―cerré mis ojos, esto era insoportable.
―Aria soy tu madre.
― ¿Del uno al 10 cuánto crees que me importa? Ese derecho lo perdiste hace mucho, y de verdad quiero ayudarte pero me lo pones muy difícil ―suspiré.
―No me voy a ir porque esta es mi casa―reí a carcajadas.
― ¿Y quién la paga? ―pregunté
―No sé qué harás para conseguirlo, seguro que te la andas de regalada ―conté hasta trescientos mil o algo así y agarré la botella y grité.
―FUERAAA―y por fin se marchó.
De camino a la cocina, mi menté pasaba por un colapso que explotó, empezó con unas simples lágrimas, y a estas le continuaron más y más.
La situación me superaba, mi madre cada vez ponía menos de su parte, los trabajos, que me dejan sin energía alguna, la casa, cuidar de Lily, no poder disfrutar como lo haría una chica de casi 16 años, y luego está Martijn que no sé si me ayuda a salir de este pozo tan oscuro o por el contrario me hunde más en él,
Cuando nos fuimos a dormir aún pensaba en las palabras de mi madre, creía que yo era una PUTA, si me lo dijese otra persona, no sé, alguien ajeno a mi familia pasaría, no hago caso de esas cosas pero de ella, que me dio la vida, jamás imagine esto.
Al día siguiente a medio día, después de trabajar, recoger a Lily de las actividades de verano, y arreglar a mamá recibí una visita.
Abrí la puerta y ahí estaba el con esos ojos azules, esa mirada que hipnotizaba y por no hablar de esa cara de niño bueno, pero de bueno era bastante hijo de puta No sabía muy bien cómo comportarme con Martijn, no somos NADA y tampoco tengo muy claro si quiero algo más en esta situación sería complicarlo todo aún más.
―Tú de nuevo―expresé con una sonrisa.
―Siempre regreso aun me pregunto por qué―me encogí de hombros y le dejé pasar― ¿Estás....―preguntó dubitativo ―ocupada?
―La borracha duerme, Lily está arriba y no tengo nada que hacer por ahora ¿Qué tramas Garristen? ―puse mis manos en jarras
―Podríais venir a comer, luego si tienes que hacer recados te regreso a la casa
― ¿Tengo que cocinar? ―pregunté con un puchero de esos que usaba yo para pedir cosas a mi madre.
―Me temo que sí, pero prometo recompensarte―Miedo me daba,.
Cuando llegamos Martin le susurró algo a Lily y ésta se fue al salón.
―Que poder de convicción―asintió frunciendo el ceño. La verdad es que tenía buena mano con los niños a mi Lily me chantajeaba más, mucho más.― Quería que estuviésemos a solas― su rostro se tornó serio.
―Suelta por esa boquita― hice ademán con mi mano.
―Estoy preocupado, no sé dónde te metes, desapareces, no hablas conmigo como hacías antes, algo te está pasando.
―Martin es complicado, y aunque pienses que es un novio o algo así te aseguro que no lo es, tengo ya demasiados problemas como para añadir uno más a la lista.
―Aria últimamente usas ese término mucho, si no confías es mi, no podré aliviar esos problemas― hizo comillas en el aire.
―Creo que tú, a veces, lo complicas aún más.
― ¿Y eso?― preguntó
―Lo sabes perfectamente ― me levanté de las escaleras en las que había estado sentada todo este tiempo, aguantando esas ganas de ponerme en pie, ya sabéis esa estúpida manía.
Sonreí inconscientemente, desde esta posición era más alta que él y podía apreciar su perfecto rostro ¿Perfecto? ¿Aria que pasa por tu cabeza? Ya lo ves como un adonis. Me reproché a mí misma.
Martijn se acercó a mí y me besó, cerré los ojos, y sentí que volvía acercarse, pero no me besó sino que posó sus labios en mi oreja.
― ¿Pequeña, qué voy hacer contigo? ― Me encogí de hombros y lo miré. Le di un beso fugar y me encaminé a la cocina, al ver que él no me seguía, giré mi cuerpo.
―La comida por desgracia no se va hacer sola―rodó los ojos, divertido.
La verdad es que no tengo excusa, solo queda decir que espero que os guste que no me hagáis brujería por retrasarme tanto, que la semana que viene espero tener otro listo y lo de siempre votad y comentad.
See you
#DE PARTE DE UNA BORDE
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~Kiss Me~Martin Garrix
FanfictionDecir que no te vas a enamorar nunca, es como decir que nunca vas a sonreír por mucho que intentes impedirlo, siempre llega alguien que lo consigue.