Porque el sexo sí vende.
¿Cuántas veces hemos escuchado a familiares, amigos o personas decir que las películas son aburridas y que lo único que muestran para ser entretenidas es sexo? ¿Cuántas veces hemos oído que el sexo es malo? ¿Cuántas veces hemos sentido que el sexo es algo impuesto y no propio?
Son preguntas que más de uno respondería diciendo que, en muchas ocasiones, sí se ha sentido así. Y en cuanto a la última pregunta, es tan personal que no pido que la compartas, pero sí que la medites.
¿Qué es el sexo?
El sexo es un acto que los seres humanos realizan para experimentar placer. Aunque se suele decir que tiene como fin principal perpetuar la especie, no creo que sea el único objetivo. Discúlpenme, pero las felaciones no están diseñadas para traer más humanos al mundo.El sexo ha sido una representación constante a lo largo de la historia de la humanidad, algunas veces con ideas un tanto retorcidas y otras con una belleza indiscutible. Por ejemplo, las esculturas de la Antigua Grecia celebraban los cuerpos desnudos y la unión como una forma de conexión y admiración por la naturaleza humana. Esto demuestra que el sexo no es malo, pero sí es un recurso que vende.
El sexo vende.
Más allá del tabú, el sexo vende porque, incluso dejando de lado la pornografía, en películas, series o libros representa el acto que consume el último eslabón al que una pareja puede llegar. Nos sorprende, por ejemplo, ver en la pantalla al chico del bar acostándose con la chica del martini doble. No se conocían, no buscaban perpetuar la especie; simplemente disfrutaron un placer único: el sexo.¿Nos sorprende el sexo? Sí. ¿Vende por morbo, como la pornografía? No siempre. El sexo vende porque evoca lo que realmente significa: conexión, vulnerabilidad, emoción, deseo.
Es verdad, es excitante, pero también es una expresión artística. No gritamos de emoción al ver a Marta y Fina intimar por sus intenciones sexuales, o sí en parte, sino porque entendemos el lenguaje emocional detrás de la escena. Que ellas tengan una relación sexual, significa que llegaron al "último eslabón" de su relación. No hay nada más íntimo que darse placer mutuamente desnudas en una misma cama. Hay más cosas, claro, por ejemplo vivir en una misma casa, casarse, pero todo se reduce la intimidad, y eso es el sexo. Los actores no solo están "representando" un acto físico; están creando arte. La desnudez se convierte en el lienzo, y el sexo es parte de la narrativa, no solo un recurso superficial.
El sexo vende porque es arte. Y eso, lejos de ser banal, es profundamente humano. Porque el sexo sí vende.
***
Fina besó con suavidad su cuello y suspiró al sentir las manos de Marta recorrer sus piernas por debajo del agua. Fina jaló su labio mientras se aferraba firmemente a su cuello y hombros.
Tomó el borde del tirante de su sujetador y comenzó a deslizarlo por su piel mojada. Marta, rápidamente, abrió los ojos y, con una sonrisa, tomó su mano.
—¿Me vas a desnudar? ¿Aquí? Alguien podría vernos, Fina —susurró Marta, sorprendida.
—No nos va a ver nadie —insistió Fina, besando su mandíbula—. ¿No te fascina la idea de tocarnos sin ropa? Solo con el agua entre nosotras... —preguntó con tono grave, mientras mordía su labio—. Me muero por tocarte... y porque me toques.
Marta vio oscurecerse la mirada de Fina y, sin poder resistirse, la besó ferozmente, tomándola del cuello. Fina no aflojó; al contrario, comenzó a responder con más intensidad, arañando la espalda de Marta. Rápidamente, Marta desabrochó el sujetador con dificultad bajo el agua y lo sacó. Entre risas ahogadas y besos apasionados, Fina lo lanzó hacia la orilla del río.
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Toledo, 1958.
FanfictionEn 1958, Fina Valero, con el esfuerzo de su padre, se traslada a Barcelona a los 18 años para estudiar Finanzas y Contabilidad. Diez años después, regresa a su pueblo natal sin entusiasmo, obedeciendo la solicitud de su padre, con la intención de qu...