Capítulo 1

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-Anne, ¿ya tienes tus maletas listas? El carro del aeropuerto ya llegó-me dice mi papá asomándose por la puerta de mi cuarto.

-Todo listo -digo señalando mis maletas con una sonrisa mientras me paro.

Mi papá entra a mi cuarto y me da un abrazo. Siento como una lágrima llega hasta mi hombro. Se aparta de mí.

-Te vamos a extrañar -me dice sonriendo con los ojos llorosos.

-Solo es un mes -digo tratando de tranquilizarlo.

-Mes y medio -me corrige, y da un paso atrás para recoger la primera maleta -vamos, ya están esperando. Tu madre está ansiosa. -dice mientras agarra con la otra mano la segunda maleta y sale de mi cuarto.

Yo ya contaba los días para que hoy, 10 de julio llegara. Creo que escapar un rato de esta ciudad sin mis padres estaría bien, solo es un mes y medio... después de haber vivido dieciocho en esta casa.

Doy un último vistazo para asegurarme de que nada me falta y me despido de mi cuarto. Salgo de el, y me encuentro con mi madre subiendo las escaleras junto con el chofer para llevar las maletas al coche. Entran a mi cuarto y el chofer agarra dos más, solo falta una. La agarro y bajo las escaleras detrás del hombre alto.

Mi padre recargado en el coche se levanta cuando me ve cargando la maleta con esfuerzo, y me ayuda a subirla en la cajuela abierta. Siento un alivio en mis brazos cuando me ayuda, pesa mucho esa maleta con mis cosas adentro.

Ya todas mis maletas están adentro y listas para irse a Berlin, yo también lo estoy. Me siento emocionada, no conozco Berlín, y hace mucho tiempo que no veo a la familia Larsen. Mis papas se ven nerviosos, actúan como si me fuera un año, aunque saben que estaré bien cuidada con la familia Larsen.

-Cariño, te cuidas mucho, por favor -me dice mi madre saliendo de la casa.

-Si -digo con la voz más aguda que tengo. Se acerca a mí y me abraza, hasta que mi padre interrumpe.

-Bueno, Emma, amor -dice papa tocándole el hombro -mi turno -anuncia, y mama se aparta de mí. Papá me abraza con fuerzas y me suelta -Lista -me dice tomándome la cara con sus dos manos -anda.

-Los quiero, los extrañare. Les marco cuando llegue-les digo subiéndome al carro. El chofer ya está lista en su asiento. Veo a mis dos padres sonriendo viéndome con lágrimas. Cierro la puerta, y bajo el vidrio -un mes y medio, adiós -digo sonriendo y arranca el coche.

No me siento triste, estoy muy feliz, y ya quiero llegar. Berlín... está perfecto, hay muchas cosas que conocer, aparte de ser una ciudad increíble. A mis dieciocho años de edad que he vivido siempre en Alemania, y no conozco la capital, vaya.

Aparte, hace años que no veo a Parker Larsen y su esposa Natalie, ¿Cómo estarán? No conozco a ni uno de sus dos hijos, mi hermano me contaba mucho acerca de Derek y de su hermano Caleb, no sé muy bien como son, pero mi hermano, Paul se llevaba de maravilla con ellos. Espero sean amables, que pasaré un mes y medio con ellos. No me preocupo de Parker, ni de Natalie, ellos son muy amables, y siempre lo han sido con mi familia.

Al llegar al aeropuerto, me bajo y se acerca un señor y me ayuda con las maletas. Nos dirigimos a la sala, y se regresa a su trabajo.

Ya dentro de la sala no hace tanto frio, aún así, saco un suéter ligero morado, y me lo pongo. Veo la hora, 13:00, falta una hora para que salga el vuelo. Veo una librería en la esquina a unos metros de mí, y decido entrar. Hay una gran variedad de libros, camino hasta el fondo, y agarro uno que me llama mucho la atención, y decido llevármelo para leer mientras espero, o en el vuelo. Regreso al asiento de la sala y comienzo a leer. Para cuando termino de leer el capítulo 25, ya están pidiendo que aborden todos al vuelo hacia Berlín ¡Que emoción!

Al abordar, me toca del lado de la ventanilla. Me acomodo y saco mi libro para continuar leyendo. Cada vez me voy acercando más Berlín. Caigo dormida con el libro pesado en las manos. Hasta que me despierta la aeromoza, anunciando que hemos llegado a nuestro destino.

Aún así, no me arrepientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora