Capitulo 9

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Cuando me termino mi croissant y mi café, decido quedarme un rato más para disfrutar el ambiente. Hoy voy a salir a conocer algún lugar, no le he preguntado a Parker que puedo hacer, pero hoy lo hago. Ya debo de empezar a hacer mi papel de turista en Berlín. Tal vez Derek sepa de algún lugar interesante, pero no, a él no le voy a preguntar, no quiero pensar en él. No lo logro, no dejo de pensar en que me compró un algodón de azúcar ayer. Hasta ahorita me acuerdo de su respuesta a mi pregunta, se me había olvidado. Lo que me pone a pensar que me dijo que pelea. Ya tiene más sentido, sus nudillos están lastimados porque pelea y entrena Artes marciales mixtas, claro, por eso tiene tan marcado sus bíceps y abdomen.

Pago mi desayuno y empiezo a caminar a la casa, paso por un lugar donde se rentan bicicletas y pienso que sería buena idea rentar una e ir a pasear, aun así prefiero preguntarle a Parker que puedo hacer hoy. Cuando escucho una motocicleta pararse a mi lado izquierdo, volteo y claro... es Derek. Solo de verlo me siento sonrojada.

-Preciosa ¿Por qué estas caminando sola en la calle? Sabes que con lo bien que se te ven los pantalones de yoga te podrían robar- me giña un ojo- te voy a robar, súbete.

- ¿A la moto? no- estoy colorada- Yo voy a la casa.

-Yo también, muñeca. Anda, súbete- insiste.

Mi hermano Paul tenía una moto, mi madre nunca me dejó subir en ella.

-Nunca me he subido a una moto- sonrío tratando de ser coqueta.

Por alguna razón siento emoción de estar en una moto porque 1) Nunca lo he hecho, 2) Tengo libertad desde que estoy sola en Berlín y debo aprovechar, 3) Estaría cerca de Derek, 4) ¿me acaba de llamar muñeca? Lindo, lindo.

-Eres muy linda cuando te ruborizas- me sonrojo más- y más cuando es por mí- me guiña el ojo.

¿Por qué es así conmigo?

Sin pensarlo, digo:

-Ya, está bien ¿Qué hago?

-Súbete atrás de mí, y me abrazas- Su mirada de nuevo, me encanta.

Hago justamente lo que me indica. Abrazarlo es lo mejor, siento su abdomen fuerte.

- Perfecto- arranca.

Me gusta esta sensación de estar en una moto... con él.

Llegamos a la casa y no estaciona la moto en el garaje, se queda afuera en la calle. Intento bajarme pero no me deja.

- ¿Qué es exactamente lo que planeas hacer en la casa? - pregunta.

-Quería preguntarle a tu papá de algún lugar que pueda visitar hoy- contesto inocente.

-Ah, no. Yo te llevo, yo sé dónde- dice y arranca.

Antes de que pueda detenerlo ya estamos en otra calle.

-Espera- me ignora- ¿a dónde vamos?

Aún así, no me arrepientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora