Mi igual (Draco Malfoy)

Capítulo 2: Su misma mirada aterradora.

Alessia sonriendo se quitó el sombrero y lo dejó en su lugar para que terminen la ceremonia, antes de caminar hacía el que sería su nuevo hogar. Al llegar a la gran mesa con una bandera verde encima, inspeccionó todos los asientos en busca de uno libre, para poco después encontrarlo junto a los de primer año...

Al tan solo sentarse comenzaron a felicitarla, y saludarla, por los fríos que pudieran ser las serpientes, era una nueva integrante de su casa, la cual hasta ahora para su preferencia era una sangre limpia...

— ¿No eres algo mayor para estar en primer año? —preguntó un chico de unos once años, mientras todos en algún momento comenzaban a comer, por lo que no se quedó atrás y tomó algo de su plato antes de responder.

—No voy en primero, voy en cuarto— respondió antes de comenzar a comer, llamando la atención de los que serían sus nuevos compañeros de cuarto curso.

— ¿Por qué viniste hasta ahora? —preguntó uno de ellos, Blaise Zabini.

—Estudiaba en casa— respondió sin prestarle atención—. Además mi padre es profesor de aquí por lo que no hubo ningún inconveniente— explicó como si nada llamando aún más la curiosidad de sus compañeros, los cuales por estar pendiente a sus cosas, no escucharon el apellido de su nueva compañera, lo que hacía que todos se preguntaran quien sería su padre...

Pero antes de que pudiera alguno preguntar algo, Albus llamó la atención de todos, cuando al parecer todos habían terminado de comer, excepto ella, por no prestar mucha atención.

— ¡Bien! —dijo Dumbledore, sonriéndoles a todos—. Ahora que todos estamos bien comidos, debo una vez más rogar vuestra atención mientras os comunico algunas noticias:

»El señor Filch, el conserje, me ha pedido que os comunique que la lista de objetos prohibidos en el castillo se ha visto incrementada este año con la inclusión de los yoyós gritadores, los discos voladores con colmillos y los bumeranes-porrazo. La lista completa comprende ya cuatrocientos treinta y siete artículos, según creo, y puede consultarse en la conserjería del señor Filch.

La boca de Dumbledore se crispó un poco en las comisuras. Luego prosiguió:

—Como cada año, quiero recordaros que el bosque que está dentro de los terrenos del castillo es una zona prohibida a los estudiantes. Otro tanto ocurre con el pueblo de Hogsmeade para todos los alumnos de primero y de segundo. »Es también mi doloroso deber informaros de que la Copa de Quidditch no se celebrará este curso.

Muchos se quedaron sorprendido por esto, incluido Harry Potter, el buscador de Gryffindor. Aunque a Alessia no le dio menor importancia, nunca la había gustado el Quidditch, y era mejor si no habría torneo ese año...

—Esto se debe a un acontecimiento que dará comienzo en octubre y continuará a lo largo de todo el curso, acaparando una gran parte del tiempo y la energía de los profesores... pero estoy seguro de que lo disfrutaréis enormemente. Tengo el gran placer de anunciar que este año en Hogwarts...

Pero en aquel momento se escuchó un trueno ensordecedor, y las puertas del Gran Comedor se abrieron de golpe. En la puerta apareció un hombre que se apoyaba en un largo bastón y se cubría con una capa negra de viaje. Todas las cabezas en el Gran Comedor se volvieron para observar al extraño, repentinamente iluminado por el resplandor de un rayo que apareció en el techo. Se bajó la capucha, sacudió una larga melena en parte cana y en parte negra, y caminó hacia la mesa de los profesores.

Un sordo golpe repitió cada uno de sus pasos por el Gran Comedor. Llegó a un extremo de la mesa de los profesores, se volvió a la derecha y fue cojeando pesadamente hacia Dumbledore.