Mi igual (Draco Malfoy)

Capítulo 38: Primer recuerdo.

Al ser pociones su última clase del día, y ya que no tenía más deberes, Alessia aprovechó el resto de este para practicar los hechizos que había leído en el verano. Como al parecer Malfoy no tenía nada más que buscar ese día sobre su misión, le hizo compañía a la pelinegra, cuando ella salió a fuera del castillo para practicar.

- ¿Dónde se supone que aprendiste a hacer eso? -preguntó Draco acostado en la grama mientras Alessia lanzaba el décimo nuevo hechizo que ya dominaba.

- De un libro que estudian los aurores durante los tres años de formación- respondió antes de lanzar un hechizo sin hablar y salir una explosión de su varita, por lo que sonrió-. Pienso ser una cuando acabe todo... -soltó como si nada sabiendo a que ella se refería.

- ¿Piensas ser una auror? -preguntó incrédulamente mientras se sentaba antes de mirarla.

-Sí, es una de las pocas cosas interesantes que hacer- respondió antes de salir un rayo negro de su varita, que correspondía al onceavo hechizo.

- Si esto alguna vez termina, ¿no crees que sería mejor ser algo menos arriesgado? -preguntó algo preocupado por lo que Alex dejó de hacer hechizos y lo miró con suma incredulidad.

- No realmente, ¿A que más podías dedicar mi vida? -soltó caminando hacia él, y sentarse a su lado. Sintiéndose algo extraña, nunca habían hablado de lo que pasaría si Voldemort era alguna vez derrotado y tendrían que vivir su vida normal.

- A la casa, a mí y a nuestros hijos- respondió sin ella esperárselo, por lo que ni siquiera reaccionó-. No me gustaría tener que estar siempre preocupado de alguna vez no llegues viva a casa...-continúo haciéndola palidecer aún más.

- No estás hablando en serio...-apenas pudo decir pero él solo sonrió-. ¿Piensas que me case contigo si todo acaba?

-Aunque no acabe- respondió antes de darle un corto beso, sin esperar respuesta por su parte-. Tengo que averiguar una cosa...-soltó cambiando de tema al ver que ella no decía nada, y levantarse-. ¿Nos vemos más tarde? -preguntó con miedo de que ella saliera huyendo o peor que le lanzará una maldición, sin embargo solo le sonrió.

- Claro- respondió antes de él caminar hacía el castillo, dejándola pensando en miles de cosas. Las cuales nunca se habían permitido pensar con todos los problemas que ya tenía.

Como ya casi estaba anocheciendo, Alessia aún sumida en sus pensamientos caminó hacía el despacho del director, para ver que tendría que decirle. Como no sería la primera vez que ella lo frecuenta, nadie hizo preguntas cuando la vio caminar a su despacho.

- Gaseosas ácidas- dijo Alex al llegar a la gárgola y esta correrse de un salto; la pared detrás de ella se deslizó y se reveló una escalera de piedra en espiral en movimiento, en la que se paró, y fue llevada en suave círculos hasta la puerta con la aldaba de bronce que daba a la oficina de Dumbledore.

Sin dudar tocó la puerta, y entró.

- Buenas noche Albus- le dijo Alessia al entrar y este sonreírle.

-Buenas noches Alex, ¿Qué tal el primer día de clases? -le preguntó con extraño interés.

- Normal, aunque no veo porque vengo a clases, si al final quiere que vaya con Voldemort- respondió siendo algo hostil, haciendo solo que Albus se riera.

- Sería sospechoso si dejaras de asistir a clases de repente- se limitó a explicar-. ¿Has estado estudiando los libros que te mande? -preguntó con sumo interés.

- Si, todos, y antes de venir los he estado practicando- respondió sentándose al frente del escritorio del director.

- ¿Alguien te ha escuchado? -preguntó mirándola con cierta preocupación.