Capítulo 8: Defendiendo a Potter.

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Al terminar de dar por hecho que los cuatros competirían, la conversación terminó en dictar cual sería la primera prueba.

—La primera prueba está pensada para medir vuestro coraje —les explicó a Alessia, Harry, Fleur y Krum—, así que no os vamos a decir en qué consiste. El coraje para afrontar lo desconocido es una cualidad muy importante en un mago, muy importante...

»La primera prueba se llevará a cabo el veinticuatro de noviembre, ante los demás estudiantes y el tribunal.

»A los campeones no les está permitido solicitar ni aceptar ayuda de ningún tipo por parte de sus profesores para llevar a cabo las pruebas del Torneo. Harán frente al primero de los retos armados sólo con su varita. Cuando la primera prueba haya dado fin, recibirán información sobre la segunda. Debido a que el Torneo exige una gran dedicación a los campeones, éstos quedarán exentos de los exámenes de fin de año.

El señor Crouch se volvió hacia Dumbledore.

—Eso es todo, ¿no, Albus?

—Creo que sí —respondió Dumbledore, que observaba al señor Crouch con algo de preocupación—. ¿Estás seguro de que no quieres pasar la noche en Hogwarts, Barty?

—No, Dumbledore, tengo que volver al Ministerio—contestó el señor Crouch—. Es un momento muy difícil, tenemos mucho trabajo. He dejado a cargo al joven Weatherby... Es muy entusiasta; a decir verdad, quizá sea demasiado entusiasta...

—Al menos tomarás algo de beber antes de irte... —insistió Dumbledore.

—Vamos, Barty. ¡Yo me voy a quedar! —dijo Bagman muy animado—. Ahora es en Hogwarts donde ocurren las cosas, ya lo sabes. ¡Es mucho más emocionante que la oficina!

—Creo que no, Ludo —contestó Crouch, con algo de su sempiterna impaciencia.

—Profesor Karkarov, Madame Maxime, ¿una bebida antes de que nos retiremos a descansar? —ofreció Dumbledore.

Pero Madame Maxime ya le había pasado a Fleur un brazo por los hombros y la sacaba rápidamente de la sala. Harry las oyó hablar muy rápido en francés al salir al Gran Comedor. Karkarov le hizo a Krum una seña, y ellos también salieron, aunque en silencio.

—Harry, Alex, os recomiendo que subáis a los dormitorios —les dijo Dumbledore, sonriéndoles, aunque solo era una fachada, Alessia sabía que aún había un regaño bastante grande para ella—. Estoy seguro de que las casas de Slytherin y Gryffindor os aguardan para celebrarlo con vosotros, y no estaría bien privarlas de esta excelente excusa para armar jaleo.

Dicho esto y aprovechando que no la regañaría delante de Harry, Lugo y Crouch, se apresuró a ir a la sala común de Slytherin...

— ¿Pusiste tu nombre en el cáliz? —le preguntó Alessia con emoción de que a alguien se le haya ocurrido burla la línea de edad que había puesto Dumbledore.

—No— se limitó a responder.

—Vamos Potter, nadie lo sabrá— le dijo burlonamente pero la expresión sería se mantenía en su rostro.

—No lo hice, ¿acaso tu si lo hiciste? —preguntó como si nada aunque realmente no le importaba la respuesta.

—Cuando todos dormían—respondió con entusiasmo—, sabía que el cáliz me elegiría...

— Tienes un ego casi tan grande como Malfoy— soltó él riendo pero a ella no le causó gracia.

—Tengo trece años Potter y estoy en el mismo curso que tú, sin contar que recién ahora entró a Hogwarts, y soy una de las mejores estudiantes, así que no soy egocéntrica solo digo hechos. Tengo el mismo conocimiento que cualquiera de sexto año...—soltó molesta por su insulto para luego apresurar el paso—. Pero sobre todo no le tengo miedo a esto, pero yo que tú, si lo tendría— casi le gritó antes de correr hacía las mazmorras.

Mi igual (Draco Malfoy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora