Capítulo 3: Debo aprender ese hechizo...

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Como era de esperarse, al entrar a su recamara, ya había instaladas tres chicas hablando alegremente, sin ni siquiera notar que la pelinegra habría entrado, aunque a Alex ni le importó. Fue directo a la cama que quedaba vacía, en la cual ya estaban sus cosas, incluida su pijama para dormir esa noche.

Sin aún se notada por sus compañeras cambió su uniforme con magia por la pijama, para luego colocar la varita debajo de su almohada, la cual colocaba ahí por precaución, si alguien trataba de atacarle durmiendo no lo contaría. Y con ese pensamiento se quedó dormida...

Gracias a Snape y su rigurosa educación que le había impuesto a Alessia, se despertó faltando minutos para las 6am, como todos los días, encontrándose por supuesto con sus compañeras aun durmiendo. Sin perder tiempo ni importarle que estas se quedaran durmiendo el día completo, salió de la cama, directo al baño a asearse y vestirse para ir al comedor a desayunar antes de tomar su primera clase en Hogwarts.

Lista para tomar sus clases, las cuales esperaba que no fueran tan tediosas como resultaron ser sus compañeros, caminó hacía la sala común para ir al comedor, encontrándose con pocos estudiantes apenas despiertos, entre ellos al rubio peliteñido como lo había llamado, hablando alegremente con dos de tipos robustos, hasta que la vio.

Sin querer buscarse problemas en su primer día de clase, Alex caminó deprisa para ni chocarse con este, pero su plan fue truncado al él correr hacía ella, seguro para desquitarse de lo de ayer.

- Soy Draco Malfoy- se presentó extrañamente en vez de insultarla o atacarla, por lo que rió.

-No recuerdo habértelo preguntado- soltó ella cruzándose de brazo, haciendo que sus amigos robusto se mostraran molestos-. Así que si me permites, tengo cosas más importantes que hacer...

- Nadie me habla así- dijo molesto sosteniéndola por el brazo para que no se escapara, y los "gorilas" que tenía de amigos se pusieron detrás de ella.

- Felicidades, ya encontraste quien sí- soltó quitándose la mano de él de encima con rabia, odiaba que la tocaran, al menos que fuera Albus o Snape. Al hacerlo intentó largarse de allí, pero sus dos gorilas le impidieron el paso-. Desmaius, Desmaius- le dijo a los dos gorilas al sacar la varita, y ambos caer al suelo-. Deberías pelear tus batallas, Malfoy- se burló antes de irse como tenía pensado al comedor, sin darse cuenta que todos en la sala común habían presenciado aquello.

El camino al comedor fue fácil para ella de encontrar, a pesar de no haber pisado antes la escuela, encontrándose seguro por su pequeño retraso, a más estudiantes de lo que esperaba. Como era obvio, fue directo a sentarse en una de las mesas de Slytherin, antes de que apareciera delante de ella su desayuno, avena, y un vaso con jugo de calabaza, justo lo que desayunaba en su casa.

Seguro obra de mi padre, pensó.

No tardó mucho tiempo antes de que el comedor terminara de llenarse, incluida su mesa, por estudiantes de diferentes cursos, que hablaban en voz baja y de vez en cuando la miraban. No había paso un solo día completo, y ya había llamado la atención. Y sin esperárselo, el rubio peliteñido se sentó a su lado, pero esta vez sin sus dos gorilas.

- ¿Cómo te llamas? -preguntó con interés haciendo reír a Alessia, este chico era o muy terco o masoquista , pensó. Aunque la verdad que no sabía, era que había llamado su atención, nadie en su primer año retaría a un Malfoy sin pensarlo, y menos alguien de su propia casa.

- Estoy pensando en lanzarte un Obliviate, a ver si me olvidas y me dejas en paz- soltó ignorando su pregunta, y llamando la atención de sus compañeras. Pero antes de que dijera algo, una lechuza con una bolsa de dulces llegó al hombro del rubio.

Mi igual (Draco Malfoy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora