El secreto de Prim

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- ¿CÓMO QUE NO PUEDO COMPRAR EL TERRENO?

Los gritos de su madre lo despiertan, se pasa la mano por su cara y después por su cabello para despeinárselo un poco, se incorpora un poco y se da cuenta que a su lado ve a Madge durmiendo, lo extraño es que no tiene nada que le cubra la parte de su espalda.

Levanta las sabanas y se da cuenta que él tampoco tiene su ropa puesta. Mira la pieza y ve algunas de sus prendas tiradas por todos lados. ¿Qué... acaso él y ella hicieron... estuvieron?. No, no puede ser, lo último que él recordaba era que habían estado conversando, ella incluso había llorado sobre su hombro y luego... nada.

Los gritos constantes de su madre lo hacen vestirse rápidamente, Madge empieza a despertarse, se mueve un poco hasta que por fin abre los ojos.

- ¿Qué pasa?

- No tengo idea. ¿Qué rayos paso?

- ¿Dé qué hablas?

- No recuerdo que nosotros hayamos... tenido nada.

- Por favor Peeta no me salgas con eso.

- Hablo en serio. Recuerdo que estábamos conversando y después nada, todo se volvió oscuro.

- No puedo creerlo... ¿no recuerdas que nos dimos un beso?

- Heee.... No.

- Bueno nos dimos un beso y las cosas empezaron a pasar por si solas. Estuvimos juntos Peeta, ¿cómo puedes olvidarlo?

Los gritos de su madre hacen que salga de la pieza - ¿Qué pasa?

- Tu madre está como una loca, parece que no puede comprar un terreno que tenía visto desde hace tiempo porque dieron una oferta de 1500 y ella sólo ofrecía 700.- Le explica Johanna, quien estaba con los brazos cruzados viendo como su tía peleaba por el teléfono.

- ¿Terrenos de qué?- Finge Peeta.

- No lo sé. Y tampoco sé quién es el comprador, sólo sé que la llamaron para decirle que el terreno había sido vendido y que muchas gracias.

- ¿Por qué grita tu madre?- Madge sale de la pieza de Peeta terminando de acomodar sus ropas, Johanna lo mira con cara de "¿quisiste lo que creo que hiciste?", Peeta sólo se encoge de hombros. - ¿Todo bien?

- Sabes que Madge, son temas familiares y hasta donde yo sé tú no eres parte de la familia. Así que por favor, la puerta es grande y conoces la salida.

- ¿Disculpa?

- En otras palabras: te estoy echando, ¡fuera, vete!

Madge la mira con odio, toma su bolso y sale de la casa. Peeta al ver la cara de Johanna empieza a explicarme lo que recuerda antes de que despertara.- Luego... la veo ahí a mi lado desnuda, restos de ropa esparcidos por todos lados. ¡No sé qué paso!

- ¡Te drogo!. No hay otra explicación. Son recién las 12 de la tarde, no has tomado alcohol como para olvidarte de haberte acostado con esa loca. Esa idiota con tal de retenerte es capaz de hacer cualquier cosa.

- ¿Drogarme?, por favor Johanna. Sé que Madge es una histérica, una loca impulsiva pero de ahí a que me drogue para acostarse conmigo me parece un poco.... No lo sé... demasiado.

- ¿Entonces por qué no te acuerdas?

- Seguramente aún tengo mi cabeza delicada por el golpe. Es todo. Iré a la cocina a comer algo, tengo un poco de hambre.

Peeta baja las escaleras para ir a las cocinas, Johanna se queda pensando. ¿Acaso esa bruja sería capaz de drogar a su primo para que esté se acostara con ella?... sabe que está loca, pero de ahí a cometer algo así.

La gorda mas bella del mundo. (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora