Capítulo 14

182 13 0
                                    

Y Matt tenia razón. Era lunes, y se supone que debería estar en la universidad, pero en vez de eso estaba en mi cama, tapada muerta de frió, con una caja de pañuelos descartables en mi mesita de noche. "Eso te pasa por salir a correr debajo de la lluvia" me diría mi madre si estuviera aquí cuidándome como solía hacerlo. No me había dado cuenta lo mucho que la extrañaba, con mi cabeza siempre ocupada pensando en Jimmy.
No veo la hora de ir a casa a visitarla y a mi padre y a mis hermanos. Pero debía concentrarme en mis estudios, al menos hasta que encuentre un lugar en mi agenda universitaria para viajar.
Me reía con lo que sucedía en la tele. Estaba realmente agradecida con la visita de Matt, necesitaba hablar con alguien, y las palabras que el me había dicho me levantaron mucho el animo. Ahora sentía un poco mas de esperanza una pequeña chispa, porque un amigo estaba conmigo y me apoyaba.
Mi celular sonó y las mariposas en mi estomago aletearon de felicidad.
Tenia un mensaje de mi lindo baterista.
Jimmy: Hola pequeña ¿como te sientes?
Mucho mejor ahora que me hablaste Jimmy.
__: ¿Como estas Sullivan? n.n ...Enferma
Jimmy: Lo se, Matt nos dijo que te resfriaste
__: Me recuperare pronto y estaré ahí molestándolos dentro de poco
Jimmy: Eso espero n.n
Estaba por ponerme a saltar de felicidad sobre mi cama. La sonrisa en mi rostro era enorme.
__: me necesitan para sobrevivir e.e
Jimmy: Claro que si pequeña... (? Por cierto, en una hora estoy en tu departamento.
Me sobresalte.
__: ¿Que? Pero aun falta una materia mas luego del almuerzo
Jimmy: Voy a faltar jejeje
Mi corazón latía con fuerza.
__: Que irresponsable eres grandulon. Te espero n.n
Me levante desesperada y corrí a ordenar un poco mi departamento. Luego entre a la ducha y me puse unas calzas y una sudadera enorme. Seque mi cabello y me puse un poco de perfume, lo que me hizo estornudar mas.
Me puse nerviosa cuando sonó el interphone.
- ¿Ho-ola?
- Soy yo pequeña, Jimmy.
- A-adelante. Le abrí la puerta principal del edificio.
Conté hasta diez antes de abrir la puerta de mi departamento.
- ¿Que onda Sullivan?- le sonreí.
Guapísimo como siempre, traía una caja de pizza.
- ¿Como estas? - beso mi mejilla y fue a dejar la caja sobre la isla de la cocina. Lo seguí, se volteo y me abrazo. Extrañaba sus abrazos y esa sensación de plenitud que me causaban.
- Voy a contagiarte mis germenes grandulon.
- Mejor. Yo también quiero faltar- se rió y me quede embobada mirándolo - traje comida.
Tome unos platos, vasos y comimos juntos en la cocina, riendo y hablando de la vida. Olvide todo lo que sufrí los días anteriores, porque el estaba conmigo, se fue de la universidad para venir a verme y la estábamos pasando genial.
Como me gustaría pasar el resto de mi vida así, solo tu y yo, el resto no importa cuando tu estás aquí a mi lado James, porque te amo, y duele no poder mirarte a los ojos y decírtelo.
Terminamos de comer y sobraron algunas porciones de pizza que guarde en el refrigerador, esa era nuestra típica comida. Con los chicos vivíamos de pizza y hamburguesas, pero ninguno de ellos engordaba jamás. Pero yo notaba que empezaba a hacerlo.
- Estoy engordando James, ¿por qué me traes pizza?- me toqué la barriga.
- Deja eso - se rió - estás genial, bonita, y no eres gorda.
Mi corazón latió fuerte, tenía ganas de tirarme encima de él. Que bien me hacía sentir con esas palabras, con un simple cumplido suyo yo me sentía la mujer mas divina del mundo.
- Gracias - dije sonriendo.
Me guiño el ojo, se levantó y se fue a la sala. Yo aproveche para llevar los platos y vasos a la mesada, lavarlos y sacarlos. De pronto escuché que mi piano empezó a sonar. Terminé mi trabajo en la cocina y fui a la sala para encontrarlo a él, sentado y concentrado tocando una melodía hermosa. Me senté en un sillón y solo lo observé, detenidamente hasta que termino. Madre mía Sullivan, eres tan perfecto. Las mariposas en mi estómago bailaban lentamente al ritmo de la melodía que el tocaba. Inconscientemente cerré mis ojos y dejé que la música me transporte a un lugar, donde él y yo estábamos juntos. Ese lugar se llamaba felicidad.
La música se detuvo y abrí mis ojos. El me miró sonriente.
- Eso fue hermoso - le dije casi sin voz.
- Gracias - se rascó la cabeza - he estado trabajando mucho en el piano también.
- Eres muy bueno.- el solo me sonrió.
De repente comencé a estornudar. Casi había olvidado que estaba enferma y comencé a sentir mucho frío.
- Deberías hacer reposo ¿no crees?
No quiero que te vallas.
- Eh... si, eso creo - me desesperé un poco - ¿vas a irte?
- Claro que no, vine para cuidarte pequeña - dijo sonriendo. Se levanto y fue a la cocina a poner agua a calentar.
Festejé para mis adentros e hice un pequeño bailecito cuando quedé sola en la sala. Mi lindo baterista se iba a quedar a cuidarme, se preocupaba por mi.
Fui al baño y me miré en el espejo, estaba radiante como para estar enferma y todo se debía a él. Lavé mis dientes y refresqué un poco mi rostro, cuando terminé con mis necesidades fui a mi habitación y me metí en mi cama bajo las tibias frazadas. Encendí el televisor mientras me preguntaba que estaba haciendo Jimmy en la cocina, y luego de unos minutos apareció por la puerta. Traía una bandera en las manos.
- Un té para la enfermita - se acercó y lo apoyó cuidadosamente sobre mis muslos.
- ¡Gracias grandulón! - miré la bandeja, había una taza de té caliente, un pequeño tarro de azucar y una cuchara - no debiste.
- La pequeña no puede hacerlo sola - me dijo burlón haciendo un globo con la goma de mascar en su boca y lo fulminé con la mirada a pesar de que tenía ganas de abrazarlo fuerte.
Fue al otro lado de mi cama y se sentó a mi lado. Miramos juntos Los Simpsons, en ese canal que solían darlos a toda hora y se levantó para devolver la bandeja a la cocina cuando terminé de tomar el mejor té del mundo, hecho por el hombre mas dulce del mundo.
- No tienes que cuidarme Jimmy, debes tener cosas mas importantes para hacer - le dije cuando volvió a mi habitación - algún ensayo de la banda, tarea de la universidad...
- Oye, si quieres que me vaya solo dímelo - se rió mientras volvía a sentarse en mi cama.
No, eso no. Créeme que no quiero eso.
- Claro que no tonto, solo no quiero que te sientas obligado a cuidarme - encogí los hombres - ya sabes...
- Pequeña - me miró serio a los ojos y mi corazón de paralizó - Si yo vine, es porque quise hacerlo realmente. No me importaría faltar a clases para cuidarte.
Madre mía, Sullivan, no hagas que mi ilusione de esta manera. Es muy cruel de tu parte. Las mariposas en mi estómago se multiplicaban cuando el me hablaba de esa manera.
- Gracias - logre decir conteniendo las ganas de gritar de felicidad.
- De nada- sonrió, tan lindo como siempre - ahora con permiso... - se levanto de mi cama y lo mire confundida, luego abrió las sabanas, se quitó los zapatos y la chaqueta y se metió en la cama conmigo. Mi corazón comenzó a latir rápidamente que sentía que iba a morir de la alegría. Acomodó su cabeza en las almohadas e instintivamente apoyé mi cabeza en su hombro, necesitaba hacerlo, estar cerca de él. Pensé que lo incomodé cuando se movió, pero en vez de alejarse pasó su brazo por detrás de mis hombros y me acercó a él. Lo abracé por la cintura y él bajó su brazo hasta la mía. Entonces acomodé mi rostro sobre su hombro. Su delicioso perfume me inundaba como si las mariposas en mi estómago lo necesitaran para vivir. Quisiera congelar ese momento para siempre y vivir en el eternamente. El hombre de mi vida, y yo acostados, juntos y abrazados, mirando Los Simpsons. Me reí en mi mente ¿qué podría ser mejor? Claro... que él sintiera un poco de lo que yo siento.
- Oye Jimmy...
- ¿Mmm? - dijo mirando la tele y mascando el chicle de menta, tan hermoso.
- ¿Has vuelto con Nicole verdad?
Dejó de masticar y giró su rostro para mirarme dudoso.
- ¿Por qué lo dices?
- Bueno... veras, el grupo de chat de nosotros- comenzaba a sentir un dolor agudo al recordar - y en la fiesta, estabas besándola... supuse que...tu sabes.
- No - negó con la cabeza - no volví y tampoco volveré con ella. Ya no siento nada por Nicole, me costó realmente, pero gracias a los consejos que tu y los muchachos me dieron finalmente pude terminar de abrir mis ojos y reaccionar. Ella no es para mí. -dijo serio, casi triste. Sentí un alivio escuchar eso de él, pero el dolor de saber que se acostó con ella aun estaba presente. Y tal vez lo esté para siempre.
- Pero la llevaste a tu casa Jimmy...- dije con un tono que sonó a un reproche.
- Oye, ya suenas como celosa ¿sabes? - me dijo burlón y me sonroje inmediatamente. No, por favor no me descubras.
- N-no, no. Solo que no quiero que después andes mal porque te hace sufrir Sullivan - dije intentando safarme y el se rió.
- Lo sé, lo sé. Te dije que hago estupideces cuando estoy ebrio, y a eso me refería. No volverá a pasar, admito que fue una buena noche, porque...
- Oye, oye, trata de omitir los detalles ¿quieres? - dije y el se rió, pero realmente me dolía recordarlo. Y recordar también que no recuerda ese beso que me dio y cree que fue una estupidez.
- ¿Y que hay de ese...? - me preguntó y lo mire confundida, no tenía idea de que me estaba hablando.
- ¿De quién?- dije bostezando, tenia sueño, estaba tan relajada a su lado.
- Ese... que te sacó a bailar.
Seguía sin saber, pero luego recordé a ese chico que quiso besarme en la fiesta, aquel que me sacó a bailar y luego me hizo arrepentirme de haber dejado a Jimmy solo.
- ¡Aaaah! - los ojos se me cerraban- nada, bailamos, quiso besarme, y no lo dejé - creo haber visto que una media sonrisa se esbozo en el rostro de mi lindo baterista- luego me fui y... tengo sueño Jimmy.
Acarició mi cabello con la otra mano, la que no estaba en mi cintura. Se sentía tan bien.
- Duerme pequeña...- me respondió suavemente y mis párpados me pesaban mientras las mariposas seguían volando dentro de mí, sonreí antes de quedarme profundamente dormida.
Luego abrí mis ojos, mire la hora en el televisor. Creí que era muy tarde, pero eran recién las cuatro. Seguía abrazada a Jimmy, y sonreí al verlo profundamente dormido. Parecía un angelito. Tan lindo, tan perfecto. Suavemente me acerqué a su rostro tratando de que no se despertara, deje suavemente un beso en su mejilla en su perfecta piel y me alejé, pero necesitaba mas. Esta vez me acerqué a sus labios y una descarga eléctrica me recorrió cuando toqué mis labios con los suyos. Fue un pequeño beso, un simple roce, pero me hizo sentir tan bien. Porque a diferencia de la primera vez que nos besamos, esta vez yo tenía bien claro que lo amaba, y daría lo que fuera porque él sintiera lo mismo. Sonreí y volví a apoyar mi cabeza en su hombro, y me dispuse a imaginar qué se sentiría estar todos los días así, con el hombre de mi vida... mi lindo baterista.
Minutos después Jimmy se despertó y me miró.
- ¿Cómo te sientes? - me dijo medio dormido.
- ¿Mucho mejor, y tu? Parece que dormiste mas que yo.
Sonrió sin abrir los ojos.
- Yo fui quien se levantó temprano hoy.
- Yo soy la que está enferma - me reí.
- Eh... Cállate - dijo cuando ya no sabía que decir y ambos nos reímos.
Estuvimos riendo un poco más, hablando de las cosas que hablamos siempre, burlándonos de nuestros profesores, hablándo de cosas de la tele, de los chicos, de nuestras infancias, etc. Solo lo necesitaba a él para sentirme completa, pero el no iba a quedarse para siempre.
- Bueno pequeña - se sentó y comenzó a ponerse las zapatillas y la chaqueta - creo que ya te he molestado lo suficiente hoy.
- ¿Te vas?- trate de disimular la tristeza en mi voz.
- Síp - se levantó y caminó hacia mí desde el otro lado de la cama y se sentó en el borde - ¿Cuídate sí? Te quiero ver mañana en la clase. Los chicos te mandan saludos, y trata de contestar los mensajes que te dejan, porque se preocupan por tí - recordé que nunca les contesté por qué me fui de la fiesta en el grupo de chat y me sentí culpable -... y yo también - aaaaw Jimmy.
- Lo siento.
Me sonrió y besó mi mejilla.
- Adiós pequeña.
Salió de mi habitación y luego se escuchó cerrar la puerta de mi departamento.
- Adiós mi Jimmy - dije sonriendo.

__________________________________
Sigan dejandole sus mensajes, ella ve todo lo que comentan Emoticón smile

FictionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora