Sonreí inconscientemente. Luego fui a la heladera y tomé dos porciones de pizza y las metí en el microondas. Encendí el televisor, puse Los Simpsons para acompañar mi almuerzo y me serví soda en el vaso que uso Jimmy. Bebí un trago y me reí de lo que sucedía en la pantalla, pero de repente se me vino a la cabeza una imagen de Jimmy, abrazándome, no le di importancia y me concentré en terminar mi almuerzo.
No tenía mucho para hacer hoy, así que decidí ordenar mi departamento y hacer un poco de limpieza. Puse el disco que me regaló Jimmy y la guitarra de Kurt Cobain empezó a sonar en mi equipo de música. Estaba de buen humor, no se porqué, pero así me encontraba últimamente, tal vez era porque pasaría una noche con mis amigos. Subí el volumen alto y comencé a cantar a todo pulmón sin miedo a que el portero del edificio viniera a pedirme silencio. Ordené mi habitación, limpié y cuando terminé encendí el televisor de mi pieza y me recosté, pero se me cerraron los ojos.
Cuando me desperté, miré mi celular y eran las seis de la tarde, lo conecte porque tenía batería baja y fui a la cocina a prepararme un vaso de leche con galletas de chocolate. Si seguía comiendo así Jimmy debería llevarme rodando a la universidad, me reí sola de imaginar esa situación. Como sea, terminé la merienda y fui a la ducha. Me puse cremas, desodorante, seque mi cabello y lo alisé. Elegí para esta noche una pollera roja a cuadros, medias negras hasta arriba de las rodillas, borsegos negros, una remera blanca estampada y una chaqueta arriba. Mire el reloj, y faltaba media hora para que Zacky y Jimmy vengan por mí, así que tome mi maquillaje y delinee mis ojos con negro, ruboricé un poco mis mejillas con colorado y me apliqué brillo labial.
El interphone sonó minutos después.
- ¿Si?
- Queremos cerveza porfavor –dijo Zacky desde la planta baja y me reí.
- No hay mas, lo siento.
- ¡Ebria! –reconocí la voz de Jimmy
- ¡Callate Sullivan! – le reproché y me reí.
Les abrí y entraron buscando desesperadamente las cervezas. Bajamos a la planta baja cargando las bolsas de comida y cajas de bebidas que compramos con Jimmy. Subimos todo al auto y a los veinte minutos Zacky estacionó el auto en su garage.
- ¿Que ondaaaa? – dije entrando a la sala grande de la casa de Zacky por la puerta con una caja de cerveza.
- ¡Eh! Llego la rockera – dijo Matt abriendo los brazos como para abrazarme pero en vez de eso fue directo a tomar la caja antes de que se me caiga.
- Borracho – lo fulminé con la mirada y besó mi mejilla, luego fue a guardar las bebidas al refrigerador.
- ¿Cómo estas cantante?- dijo Brian y me abrazó.
- Bien, ¿y el señor Haner?
- Estoy genial – sonrió.
- Me refería a tu padre – me fulminó con la mirada y Johnny llego burlándose de Brian. – Mentira Gates, sabes que tu eres mejor- lo abracé y el se rió.
- ¿Qué onda niña? – me dijo Johnny abrazándome.
- Tengo algo para ti – saque del bolsillo de mi chaqueta una pua de metal de las que les gustan a Johnny, pero tenía grabada el logo de Megadeth.
- Graciaaaas- se quedó mirándola como un niño a un juguete nuevo.
Salimos al patio trasero. Era grande y había una piscina y mucho césped, pero como era de noche, Zacky fue a buscar un foco de luz, de esos que se conectan a electricidad. Matt y Johnny encendían el fuego de la parilla para preparar las hamburguesas. Brian y Zacky estaban sentados conectando sus amplificadores y guitarras, yo fui a encender el equipo de equipo de música y puse un disco de Black Sabbath. Minutos después Matt y yo estábamos cantando a todo pulmón, mientras los chicos nos acompañaban tocando los riffs de guitarra con la música que sonaba de fondo.
- Tal vez deberías grabar una canción con nosotros – me dijo Matt y fruncí el ceño- cantas bien- me sonrió y bebió un sorbo de cerveza.
- No soy lo suficientemente ebria para cantar con Avenged Sevenfold – le quité el vaso de la mano y tomé un trago.
- Ya veremos –me dijo riendo.
- ¡La comida!- gritó Zacky y llegó con un plato de hamburguesas, se veían sabrosas, y el hambre me estaba matando.
Nos sentamos en la mesa de jardín. Johnny fue a buscar sodas para acompañar la comida y pasamos un par de horas ahí, comiendo, charlando, escuchando música y riendo de algunas anécdotas.
Cuando salí del baño, los chicos habían corrido la mesa ratona de la sala de estar y habían puesto un colchón grande sobre la alfombra en frente del televisor. Brian y Johnny se acostaron en el mirando hacia la pantalla, mientras Zacky ponía una película de terror en el reproductor de DVD y apagaba la luz. <<Oh, no>> pensé, odio las películas de terror, y las empecé a odiar mas desde que vivo sola en mi departamento. Matt trajo una gran cantidad de cervezas, las puso sobre la mesa ratona, tomó una y se recostó mirando hacia el televisor en un sillón que estaba alado del colchón.- Todos los que se emborrachen deberán limpiar su desorden mañana- dijo Zacky recostándose en el colchón a lado de Johnny.
- Ustedes tres - dijo Jimmy a los que estaban en el colchón, tomando una cerveza de la mesita- no se pongan cariñosos, recuerden que no estan solos.
- Déjanos en paz - le respondió Brian abrazando a Johnny.
- Hay una mujer aquí -dije entrando.Jimmy estaba medio recostado sobre el sillón que estaba enfrentado al televisor. Me acerqué y me senté a su lado, apoyé mi cabeza en su pecho y el me abrazó, sentía esa sensación otra vez, me sentía perfectamente. Podía sentir su perfume, ese que tanto me gusta, estaba tan cómoda y tan plena cuando la película comenzó.
Los chicos no estaban prestando mucha atención a la película, tampoco yo. Estában tomando demasiado alcohol, yo también estaba bebiendo cervezas, pero yo seguía consciente de mis acciones, bueno un poco. Estábamos que estallábamos de la risa, decían cosas sin sentido, se reían de las caras monstruosas de los fantásmas que aparecían en la película, mientras las botellas vacías de alcohol se acumulaban, hasta que se acabaron.
- ¿Dónde están las demás Zacky? - le pregunté evitando mirar la pantalla.
- ¿Eh? ah... - se levantó del colchón, se tambaleó y se callo de cara al suelo.
Jimmy y Matt, que eran los únicos que seguían despiertos, pero aún ebrios estallaron de la risa.
- Olvidalo borrachín- me levanté y riendo sali de la oscura sala, y fui hacia la solitaria cocina.Encendí la luz de la cocina rápidamente ya que el pasillo que la conectaba con la sala también estaba oscuro, y la película que estábamos viendo no me ayudaba.
Saqué el celular de mi bolsillo y miré la hora. Eran las 3:40 am, los chicos estaban mas ebrios que nunca, y yo no estaba en todos mis sentidos. No sé como amaneceríamos mañana. Abrí el refrigerador, tomé cuatro botellas de cerveza y las apoyé en la mesa de la cocina. Cuando cerré el refrigerador me volteé y me asusté. Jimmy estaba parado en la puerta de la cocina.
- ¡Dios! ¿Acaso quieres matarme? - me tapé el rostro con las manos y luego lo miré.
El solo sonrió con una mirada pícara y se acercó lentamente tambaleando a mi, si que estaba ebrio.
- ¿Te sientes bien? - le dije riendo divertida por la forma en que apenas caminaba.
Luego llegó a mi y me abrazó de repente.- ¿estas cariñoso Sullivan?- pregunté sorprendida y riendo. Le devolví el abrazo.
Esos abrazos que él me daba. No me importaba nada, podría ser la unica sobreviviente de una guerra, y el podría hacerme feliz con solo envolverme en sus brazos. Me causaba una sensación única tenerlo tan cerca mío, sentir su perfume.
El corazón me comenzó a latir mas rápido cuando su rostro se levantó de mi hombro, y suavemente rozó su mejilla con la mía. No sé que me sucedía, si el exceso de alcohol estaba afectándome, pero cerré mis ojos. Sentí su perfume otra vez y actué de forma inesperada. Moví mi rostro y besé suavemente su mejilla, tan lentamente. Se sentía tan bien. Luego el se movió. Alejó un poco su mejilla de la mía y me miró a los ojos. Mi corazón se detuvo cuando lo miré. Esos ojos, celestes, eran tan hermosos. Su piel pálida, su cabello oscuro y lacio. Su boca, su piercing debajo del labio. Esos labios, se veían tan suaves, tan... ¿Qué me estaba pasando? Esto no esta bien, por Dios. De repente, levantó una mano y la puso en mi mejilla, comenzó a acariciar mi labio inferior con su pulgar. << No Jimmy, no sigas>> pensé <<por favor, no>> pero una gran parte de mi quería que siga. Se acercó peligrosamente a mí. Miré su boca y luego, simplemente cerré mis ojos. Sus labios se posaron sobre los míos y me paralicé. Esa sensación en mi estómago se expandió a cada parte de mi cuerpo, seguía sin entender que me pasaba, sabía que no debía pasar, sin embargo por algún motivo esa sensación en mi estómago, no quería que él se detuviera. Su mano derecha estaba en mi cintura, y la otra seguía en mi mejilla. Atrapó mi labio inferior con los suyos, suavemente. Luego hizo lo mismo con el superior. Esto se me estaba yendo de las manos, pero la sensación del estómago, o tal vez el alcohol tomó control de mí. Envolví mis brazos alrededor de su cuello y moví mis labios también. Sus labios, eran suaves, y el solo rozarlos me quemaba por dentro. El beso comenzaba a profundizarse, nuestras bocas se abrieron para darle paso a nuestras lenguas, que se rozaban con suavidad. Era tan... delicioso, sabía a cerveza. Sentía su respiración en mi rostro, su piercing rozaba con mi pera, y con mi labio inferior. Su pelo lacio rozaba en mi rostro. Todo era tan sabroso. Tan perfecto.
Nos separamos suavemente. Nos miramos a los ojos y yo volví a paralizarme, el me sonrió pícaro, acarició por ultima vez mi mejilla con su pulgar y se fue de la cocina tambaleando.
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Fiction
FanfictionHay recuerdos tan fuertes, que se quedan contigo toda tu vida. Hay momentos tan importantes, que sin quererlo, te transforman para siempre. Hay personas que te marcan tanto, que siguen contigo toda tu vida, incluso si nunca las vuelves a ver. Tengo...