Capítulo 31

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- Prometo venir mas seguido a visitarlos, como sea, me buscaré un empleo. - dije abrazando a Rose.
- Vamos a extrañarte hermanita - me respondió con voz de bebé.
- Cuídate hija, no dudes llamarme si quieres hablar - dijo mamá con voz triste.

La azafata anunció mi vuelo con Destino a California por los altos parlantes.

Volví a abrazar por última vez a mamá, Rose, y a Ben, pero lastimosamente no a papá porque se encontraba trabajando.

- Los amo. ¡Adiós! - cargué mi nueva guitarra al hombro y arrastré mis maletas.Los voy a extrañar tanto, y me siento tan mal por no haber podido disfrutar al cien por ciento mi estadía en casa. Pero sé que volveré a verlos, mas pronto de lo que tardé en venir todo este tiempo.  

Cuando la azafata chequeó que mis pasajes estén correctos subí al avión y me acomodé en mi asiento. Suspiré.
Realmente no sé que será de mi al regresar a casa. Muero por ver a mis amigos, este mes lejos de ellos, sin sus chistes, sin su compañía, y sin su música me había hecho extrañarlos mas que nunca. Pero... ¿Cómo voy a reprimir mis ganas de ver a Jimmy? Mi plan de olvidarle no tuvo éxito. Porque a diferencia del mes anterior a mi viaje a Minnesota, el había desistido de intentar hablar conmigo durante toda mi estadía lejos de California. Y me invadía la duda y la curiosidad ¿cómo estará él?

 Luego de un par de horas, a las 19:00 de la tarde el cielo estaba oscuro y mi avión aterrizó en el aeropuerto de California. Cuando los ayudantes bajaron mis pertenencias del avión, me las entregaron y entré a encontrarme con ellos.

 - ¡Heeeeeeeeeeeeeeeeey! - gritó Val al verme y corrió a abrazarme.
- ¡Holaaaa! - le dije alegre y le correspondí.
- Aaaaaaaaaah, ¡te extrañé tanto! ¡Mírate, sigues tan sexy!
- Ay, aquí no Val, espera a que lleguemos a casa. - bromeé. Y después lo ví al fortachón mirándonos como si estuviéramos locas. - ¡Matt! - grité y me tiré en sus reconfortantes brazos.
- ¿Qué onda rockerita? - me abrazó y levantó con facilidad, me giró y luego volvío a dejarme en el piso dejándome mareada. - ¿Cómo has estado?
- Bien - mentí. - ¿Vamos a casa?

 Asintieron y caminamos hasta afuera cargando mis pertenencias para subirlas al precioso auto de Matt. Comenzamos a hablar hasta que minutos mas tarde Matt estacionó el auto frente a mi edificio.
Entramos, saludé al portero quién me preguntó cómo había estado mi viaje, y luego subimos hasta mi departamento.

- Al fín en casa. - sonreí al abrir la puerta.
- Juro que todo está en su lugar. - bromeó Val entrando con el fortachón y la fulminé con la mirada. Ella rió y se sentó junto a Matt en el sofá.
Cargué agua del grifo en un vaso y encendí el televisor. Me senté en el otro sillón a cambiar de canal y apareció en la imagen un concierto de rock.
- ¿Y cómo han estado los chicos?
... No hubo respuesta. Me volteé a ver que pasaba, Valary y Matt estaban besándose. Abrí bien mis ojos y comencé a parpadear como una idiota confundida.
- Naaaa, no es posible. - negué con la cabeza cuando me miraron.
- ¡Sí! - gritó Val emocionada y Matt empezó a reír.
- ¿Y cómo no me dijeron? - Comencé a reír de alegría, tomé un almohadón y se los lancé. - ¿desde cuándo?
- Una semana después de que te fuiste. Estuve reflexionando mucho sobre todo lo que hablamos y Matt me invitó a un parque de diversiones. Entonces... decidí que era el momento.
- Se llevó una gran sorpresa, porque la razón por la cual la invité al parque era para confesarle que la amaba, después de tantos años. - besó la mejilla de Val. Luego ella lo miró a los ojos y se besaron tiernamente por un momento.
Sonreí al verlos y bajé mi mirada al suelo cuando el rostro de mi Jimmy apareció en mis pensamientos. Esto me traía tanta melancolía. Lo que daría por revivir esos momentos, pero siempre volvía ese dolor al recordar que no sucedería. Porque el ya no me pertenece, y por mas dolor que sienta, por mucho que muera extrañándolo, debo recordarme que estará mejor sin mí.

 - Bien - me levanté - realmente estoy muy feliz por ustedes, y aunque deben contarme muchas cosas, voy a tomar un baño. Pórtense bien, no quiero cochinadas en mi departamento - bromeé.
- Prepárate, hoy duermes en mi casa. - me dijo Val.
- ¿Por qué? - pregunté confundida.
- Porque ha pasado un mes desde que no pasamos una buena noche de amigas, y esta vez, será en mi casa - me guiñó el ojo.
- Esta bien. - sonreí, y fui a llevar mis maletas a mi habitación.

 Comencé a guardar mi ropa del viaje en el armario. Elegí una linda remera y unos jeans para ir a casa de Val y cerré la puerta, algo de arriba del ropero me cayó en la cabeza.
- Auch - me quejé y me entristecí al abrir los ojos y verlo. Lo tomé entre mis manos y tuve que respirar profundo. Ahí estaba, lleno de polvo luego de dos meses bien escondido de mi vista. Mi peluche en forma de pato, el que me regaló Jimmy: Jimmy Jr.
Recuerdo mis palabras ese día antes de que todo se termine. "Este será nuestro primer hijo". Y Jimmy si va a tener un hijo, pero con una mujer que sí es digna de él.
Guardé al pato nuevamente en su lugar. Y fuí al baño a neutralizar el dolor con una ducha caliente.
Cuando ya me encontraba lista, me puse el perfume, tomé mi bolso y bajamos hasta el auto. Matt y Val charlaban y yo me conecté los auriculares por un momento, pero cuando nos detuvimos no fue en casa de Val, si no del fortachón.
- ¿Qué hacemos aquí? - pregunté confundida cuando nos bajamos.
- Yo... olvidé algo aquí. - dijo Matt de forma sospechosa. - ¿Puedes abrir? - me dió las llaves.
Lo miré extrañada y las tomé. Luego subí los escalones y me siguieron. Abrí la puerta, y las luces estaban apagadas.
- No veo nada. - busqué un interrumptor en la pared y prendí la luz.
- ¡SORPRESA! - me gritaron en la cara Johnny, Brian y Zacky.
Pegué un grito y me volteé para salir corriendo, pero Brian me detuvo con un abrazo.

 - ¡Idiotas! - les grité y me tapé la cara.
- ¡Feliz Cumpleaños! - me respondió Johnny y todos, incluidos Matt y Valary se me tiraron encima. Yo solo empecé a reírme alegre de volver a verlos.
- Ya han pasado unos tres días. - dije riendo.
- Pues esta será tu segunda fiesta. - me aclaró Zacky y me dió una botella de licor en la mano.
- Así si me gusta. - dije examinando la botella.
Nos acomodamos en los sillones y Matt puso a reproducir un cd de Guns n' Roses.
- Los he extrañado mucho. No saben cuando falta me hacían.
- También se notaba tu ausencia aquí. - me dijo Zacky abrazándome.
- ¿Cómo fue el viaje? ¿Algún día nos presentarás a tu hermana? - bromeó Johnny.
- No, no lo creo enano. - bebí un sorbo del delicioso licor - Fue lindo, extrañaba a mi familia y pude pasar tiempo con ellos. Prometí que iría a verlos mas seguido.
- ¿Puedo acompañarte la próxima vez? - preguntó Johnny.
- ¡Que nó te presentaré a mi hermana! - nos reímos todos. - Y... ¿cómo han estado ustedes? ¿Cómo ha venido la grabación del disco?
- Bien... bueno, la mayoría de nosotros. - me respondió Brian y sé por quien lo decía.
- ¿Acaso el... le sucedió algo malo? ¿Se... encuentra bien? - pregunté con todas las ansias y el miedo del mundo. Luego de un mes fuera necesitaba noticias suyas.
- El no ha sido lo mismo desde los últimos meses. - comenzó a explicarme Matt - No solo su estado de animo, el ha intentado mostrarse bien pero lo conocemos y sabemos que el no se siente así. El siempre ha sido un maestro de la composición y ahora desde hace tiempo que perdió la inspiración. Las ganas que tenía de hacer música, todo. Es como si no fuera lo mismo que antes.
Miré el suelo con tristeza y avergonzada. Me sentía culpable porque por mi culpa se veía afectado el trabajo de toda la banda, tal como Jimmy lo había predicho cuando yo comencé a entablar un lazo con Jason, el idiota del que me rescató esa noche que nos declaramos. Pero por otro lado sabía que si los chicos me decían que Jimmy ha estado genial porque ya se había olvidado de mí, por mas que sé que eso es lo que debería suceder, me dolería demasiado. Porque yo aún sigo pensando en él cada día hasta antes de dormirme, deseando poder volver el tiempo atrás y suplicarle que no se acueste con esa mujer. Haberle dicho esa noche lo mucho que lo amaba y lo difícil que sería mi vida sin el, tal como lo es ahora.
Los chicos seguían hablando mientras yo me hundía en mis pensamientos, pero el sonido del timbre nos detuvo a todos.

 - Qué extraño... ¿quién será? - preguntó Matt, y se levantó. Abrió la puerta y puso una cara de desesperación. - Eh... ¿Qué-que onda, hermano? - dijo nervioso y todos lo miramos extrañados hasta que la persona que estaba en la puerta entró.
- Genial. Fuimos a casa de Haner, y luego del gnomo pero no encontramos a nadie y... - se volteó mientras se quitaba la chaqueta y observó a los chicos - ¿Qué es esto una reunión privada y no nos invitaron? - luego dirigió la mirada al otro lado de la sala y me encontró a mí.
Su expresión cambió y de repente dejó de hablar. Madre mía, casi me pongo a llorar ahí mismo. Otra vez sus ojos sobre los míos, por primera vez desde que tuve que terminar con él. Todo desapareció, solo eramos nosotros dos mirándonos. Y esto no era un sueño.
- Hola chicos - apareció ella detrás de él. Esa bellísima mujer rubia de cabello largo. Su hermosa panza de embarazada estaba enorme y parecía que iba a estallar en cualquier momento. Su mirada se encontró también con la mía. - __ - dijo con esa sonrisa hipócrita muy característica de ella.
- Nicole - sonreí de la misma manera. Era muy difícil tener que recordarme que debo respetar a esa mujer que me arrebató todo. Pero ella es la compañera de Jimmy, y tengo que aprender a respetarla porque van a tener un hijo juntos.
- Hace tiempo que no te vemos, ¿por qué no nos avisaron nada? - preguntó a los chicos. Ninguno respondió nada y el ambiente se tornó incómodo. Volví a mirar a Jimmy y tuve que fingir que no me producía absolutamente nada verlo ahí, tan perfecto, con esa sudadera negra de Megadeth y pantalones oscuros. El me miró nuevamente y bajé mi mirada al suelo. - Ven mi amor, vamos a sentarnos - le dijo Nicole a Jimmy y lo llevó de la mano a sentarse desgraciadamente a mi lado.
Me paralicé cuando Jimmy se sentó a mi lado en el sofá. Luego ella pidió permiso y me acerqué mas a Zacky para que ella se siente entre Jimmy y yo.
Los chicos notaron que no me sentía nada bien. Se notaba que estaban apenados porque mi bienvenida y celebración de cumpleaños se había echado a perder ahora que la fuente de mi dolor estaba aquí a mi lado.
- Bueno, como estábamos hablando del álbum - comenzó a contarme Brian - Necesitamos a una vocalista femenina que nos haga los coros para una canción en que hemos estado trabajando. Tu eres una gran cantante ¿Podrías ayudarnos?
- Claro - dije sin prestar mucha atención a lo que me estaban diciendo.
- "Gunslinger" - me dijo Zacky.
- ¿Qué?
- La canción, se llama "Gunslinger". Te encantará, ya lo verás.
- Ah, sí. - sonreí - estoy segura que sí.
Miré disimuladamente hacia mi lado y Nicole estaba besando la mejilla de Jimmy. Luego apoyó su cabeza en su hombro. Intenté reprimir todo el dolor que eso me causaba. Algo demasiado imposible. Solo quiero levantarme e irme de aquí.

De repente en el disco que estaba reproduciendose, comenzó a sonar la canción "Sweet Child o' Mine"
- ¡Hey! - dijo Nicole mirando a Jimmy - ¿Lo recuerdas? - El asintió sonriendo apenas. - Esta es la canción que Jimmu me dedicó cuando se me declaró por primera vez - me dijo a mí. Y yo sonreí a pesar que estaba muriéndome de odio por dentro. - Primero me llevó a un fabuloso restaurante, y luego cuando iba a llevarme a mi casa en un auto alquilado, antes de despedirnos esta canción comenzó a sonar en la radio. Y ahí fue que me dijo que nunca podía dejar de pensar en mi cada vez que escuchaba esa canción. Y me dijo que me amaba, y que quería que forme parte de su vida.
- Pero eso sucedió hace mucho mucho tiempo ¿no es así? - le preguntó sin rodeos Val. Nicole la fulminó con la mirada, y luego sonrió.
- ¡Vaya! - gritó Nicole y se tocó la panza - Está pateando fuerte. ¿Quieres ver __?
- ¿Yo?
- Mira. - tomó mi mano y la colocó sobre su enorme barriga. Recibí una patada ninja del niño o niña que esperaba dentro. Miré a Jimmy a los ojos, el me miró apenado y bajó la mirada al suelo.
- Que lindo. - le sonreí a la futura mamá. - Espero que tengan un hermoso y sano bebé.
- Va a ser una niña ¿sabías?
- Eso es genial - sonreí y me levanté del sillón.
- ¿A donde vas? - me preguntó Zacky.
- Voy... al baño.

 Caminé y me encerré en el. Respiré profundo e intenté contar hasta diez para no romper a llorar ahí mismo. Definitivamente todo estaba perdido. Todo. De ahora en mas debería enfrentarme a esa lucha constante de saber que lo perdí y de tener que recordarme que fue una decisión mía de la cual no debo arrepentirme. Porque el será mucho mas feliz así. Su hija será mucho mas feliz así. Con un padre y una madre juntos. Que se quieren y se respetan, porque si alguna vez ellos se amaron pueden volver a hacerlo. Y así son todos felices... menos yo.
Salí del baño sin hacer ruido y decidí que quería salir a tomar un poco de aire. Entonces caminé hacia la cocina, y abrí la puerta trasera para salir al patio de atrás.
Abroché bien mi chaqueta porque hacía un poco de frío y subí a la terraza por la escalera. Me senté sobre el frió cemento y abracé mis piernas. La ciudad estaba silenciosa y tranquila esta noche, y las luces de las demás casas y edificios hacían una linda vista.
- Te fuiste.
Me volteé rápidamente y lo ví a unos metros de mí. Empecé a temblar. Le dí la espalda nuevamente.
- S-solo quise tomar un poco de aire.
- No me refería a eso. - se acercó y se sentó a mi lado a apreciar la vista conmigo. - Tampoco me has respondido los mensajes.
Mi corazón estaba latiendo a mil, y los nervios me paralizaron por todo el cuerpo. Es la primera vez que me encuentro sola con el, en persona desde que lo dejé. Sin responder sus mensajes, sin darle todas las explicaciones que merecía.
- Fue mejor así. - respondí con miedo.
- ¿Mejor así? - me miró extrañado. - ¿Mejor para quién? - rió - realmente no lo entiendo.
Comencé a sentir ese dolor en el pecho.
- Mejor para tu hija, y su futura familia. - musité. - sabes que quiero que sean felices.
- ¿Felices? - se acercó a mi frente a frente y me miró a los ojos, haciéndome paralizar. - Pequeña, yo jamas, jamas, seré feliz si tu no estas a mi lado. - sentí un nudo en la garganta. Ay mi amor, si supieras que siento lo mismo. Pero no debo demostrarlo. - Voy a amar a esa niñita, le daré mi apellido, haré que no le falte nada ni a ella ni a su madre. Pero no me pidas que le de una familia con Nicole, porque sabes bien que no la amo. Puedo darle una familia, pero esa familia es contigo y con los niños que tu y yo tendremos juntos.
Ahora mas que nunca era cuando debía reprimir todo el dolor.
La imagen de Jimmy y yo juntos con nuestros hijos era la imagen de la felicidad misma, la que ahora es imposible.

 - Estas loco. - le dije y mi mirada volvió a concentrarse en las luces de la noche de California. Si seguía mirando esos hermosos ojos por mucho tiempo mas, me pondría a llorar ahí mismo.
- No estoy loco. - puso su mano sobre mi mejilla y suavemente movió mi rostro para volver a mirarlo. - Regresa a mí, es casi fácil. - Comencé a parpadear confundida.
Esa frase, ya la había oído. Recordé entonces mi sueño en el avión, cuando me había dicho las mismas palabras. ¿Cómo es posible? Mis sueños a veces son tan extraños. Como cuando soñé el primer día de la universidad con ese niño que conocí en el parque de pequeña, y esa misma mañana volví a reencontrarme con él.
Me distraje otra vez en esa hermosa mirada. Santo cielo, sus ojos a la luz de la luna, es lo mas perfecto que he visto en mi vida. Las estúpidas mariposas estaban revoloteando dentro mío. Luego bajé mi mirada a sus suaves labios, a su piercing. Cuánto deseaba poder sentirlos otra vez sobre los míos, y sobre mi piel.
Pero no, no puedo rendirme.
- ¿Regresar a tí? - dije fría - Lo siento... es un poco tarde.
Me levanté y me fui de ahí, dejándolo solo. Sintiéndome la peor basura del mundo.

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