Me desesperé mientras una gran luz de esperanza surgió desde mi estómago.
- ¿Jimmy? - lo sacudí suavemente desde el hombro y me senté. - ¿Jimmy puedes oírme?
La luz de actividad cerebral seguía titilando y el número que aparecía a su lado iba en aumento. Tomé su mano y la apreté un poco.
- Vamos grandulón... - mis ojos estaban nublándose con lágrimas mientras miraba el número en la pantalla... - sé que puedes hacerlo mi amor... por favor, ¡vuelve a mi!
El aparato hizo un ruido extraño y miré a Jimmy. Entonces me paralicé cuando ví que su rostro ya no estaba relajado como antes... sus párpados se movían... haciendo un esfuerzo por abrir los ojos, hasta que por fín esos hermosos ojos celestes volvieron a ver la realidad, y luego a verme a mí. Ante mi mirada atónita esbozó una pequeña sonrisa y con una gran dificultad susurró.
- S-siempre...
- ¡Oh Dios mío! - me lancé sobre el, lo abracé con todas mis fuerzas y escondí mi rostro en su hombro sin poder creer aún que lo que estaba pasando era real. Y ahí comencé a llorar como si se acabara el mundo. - Gracias a Dios... gracias a Dios...
Todos renacimos en ese día. El doctor no podía creer que Jimmy haya despertado de un coma de agonizantes semanas sin dar señales de advertencia primero. Basto con mis palabras para hacerlo volver a esta realidad. Lloramos el alma entera, porque el doctor se apiadó de nosotros y dejó entrar a todos, nadie quería esperar para verlo mientras Jimmy solo sonreía burlón al vernos sufrir por él. Me he acostumbrado a las lágrimas de dolor durante toda mi vida.. las únicas lágrimas de felicidad que han recorrido por mis mejillas siempre han sido por causa de Jimmy. Y esta situación se sumaba a la lista, porque lo único que hice fue llorar y agradecer, en brazos de Val, luego de Matt, de Brian, de Zacky, de Johnny, y de la familia Sullivan.
Los días pasaban y los chicos me llamaban entusiasmados contándome que Jimmy se recuperaba de una manera increíblemente rápida. La rehabilitación de sus articulaciones y su caminata era todo un éxito, porque además del apoyo de sus amigos y su familia el no descansaba al hacer sus ejercicios, a pesar de el consejo de los médicos de que no debía sobrecargarse. Pero el era el baterista de una banda que estaba grabando un disco muy importante, y no podía tardar en recuperarse.
Todos los que me llaman me dicen que Jimmy no deja de preguntar por mí y no entiende porqué no he vuelto al hospital desde que despertó. También me dicen que ha comenzado a preguntar por Nicole y su pequeña hija que pronto vendría al mundo.
"Está tan confundido, tienes que verlo, pobre." me explicaba Val mientras yo me miraba al espejo poniéndome nerviosa con los comentarios de mi amiga. El motivo por el que no he ido a visitarlo desde que despertó, hace exactamente una semana, es porque decidí que sería yo quien le daría la noticia. Todos estos días estuve preparándome y dándole su tiempo para estar psicológicamente listo. Yo le diría que Nicole le mintió, le hizo creer que sería padre de una niña que resultó ser hija de un delincuente golpeador. Algo tan fácil.
- No tengo idea de cómo reaccionará con la noticia, estoy muerta de miedo... - me volteé para que Val vea mi ropa - ¿Estoy linda?
Val se puso a analizar mi look. Camiseta de Misfits, chaqueta de cuero, jeans, botas.
- Lo vas a matar, querida.
Sonreí y mi estómago se revolvió dentro mío. Era como si estuviera yendo a una primera cita con él, en vez de ir a visitarlo al hospital.
Salimos de mi departamento y Val fue a su casa. Eran las ocho de la noche, el hospital no permite más visitas a esta hora, excepto por una sola persona que se quede toda la noche junto al paciente. Subí al auto bus y me puse a escuchar música durante el viaje y no podía evitar sentirme tan bien. A pesar de la fea situación que tendría que hacerle pasar a mi Jimmy, esta noche podría verlo. Lo extrañaba tanto.
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Fiction
FanfictionHay recuerdos tan fuertes, que se quedan contigo toda tu vida. Hay momentos tan importantes, que sin quererlo, te transforman para siempre. Hay personas que te marcan tanto, que siguen contigo toda tu vida, incluso si nunca las vuelves a ver. Tengo...