~ Habla con tu alma. Otra vez ~

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Katelyn:





-¿Papá?- Pregunté confundida.- ¿Eres... tú?- Corrí a abrazarlo. Dios. Hace años que no lo veía.

-Hola, hermosa.- Él correspondió a mi abrazo y me estrechó fuerte contra su pecho. Estaba frío.

Un momento. Mi padre está... muerto.
No puede ser posible.

-¿Dónde estoy?- Pregunté, mirando para todos lados.- ¿Qué hago aquí? ¿Y Kendall?

-Él no puede venir aquí, cielo. Y cálmate. No tienes de qué preocuparte.- Masajeo mi espalda.

-¿Estoy... muerta?- Dije, recordando lo que sucedió en la habitación del apartamento de Kendall.

-No del todo.- Papá me tomó por los hombros.- Admiro el coraje de alguien como él. No te merece. Ninguno de los dos se merece el uno al otro. Pero lo que hizo por ti... Se arriesgó. Puso en peligro su identidad revelándose así...- Hablaba muy rápido y apenas podía oírlo.

Alguien del otro lado clamaba mi nombre.

Kendall.

El corazón se me estrujó por completo.

Y yo estaba aquí, en quién sabe dónde. Muerta.

-Aún no lo estás- Me sacó de mi ensoñación.- Por más que él ya de por sí no me agrade, confío en él- Soltó un suspiro de mala gana.- Tal vez pronto lo averigües.

-¿De qué hablas, papá?

-Si tu vida va a depender de él, sabrás qué hacer. Y él también lo sabrá.

-Mi final está escrito.- Suspiré, con la esperanza de que él supiera el significado de aquello.

-Sólo él...- Señaló a un punto lejos de mí.- ...sabrá qué hacer cuando llegue el momento...

-¿Papá?- Rogué para que escuchara mi súplica. No podía dejarme ahora.- ¡Papá!







***








Abrí los ojos de golpe, clamando por aire que respirar. Aquella sensación fue peor que estar bajo el agua y no tener oxígeno.

-Gracias a Dios, Kate.- Kendall me apretó contra su pecho. No pude evitar romper en llanto.

-Estuve muerta.

-Lo sé. Y volviste. Estás a salvo.- Y me estrechó más contra él.- No me lo hubiera perdonado.

Lo abracé con toda la fuerza posible. No quería despegarme de él. Había... algo que no me lo permitía. Era un ahnelo, un sensación rara entremezclada con deseo y anhelo.

-Vi a mi padre.- Gemí contra su pecho.- Por más extraño que suene...- Rogué para que me creyera.

-Adán.- Dijo su nombre a la perfección.

Pegué un brinco.
Mi padre se llamaba Adán... ¿Cómo lo...?

-Apuesto que no le agrado, ¿A que no?- Lo oí sonreír.

Lo miré a los ojos. Muchas cosas pasaron en tres días y apenas parezco conocerlo.

-Quiero saber qué está pasando...

-No es una buena idea.- Negó automáticamente con la cabeza.

-¿Porqué tengo el repentino deseo de querer estar junto a ti? Esto tiene que ser una broma. ¡Ni siquiera te conozco, Kendall!- Alcé la voz, señalándolo.

-Habla con tu alma. ¡Lo sé! Suena realmente estúpido.- Hizo una mueca.- Hay cosas...- Tomó una larga bocanada de aire.- ...que no me serán fáciles de explicarte. Si tu padre no lo hizo, es por algo. Y ambos sabemos- Me señaló.- Qué haremos cuando llegue el momento.

• Enamorada del diablo • EDD1 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora