~ Furia ~ (Parte IV)

138 14 9
                                    

¡Últimos siete capítulos!




Kendall:




















-No es por ello. Pero me alegra que estés aquí.

Alcé una ceja. Al parecer, todo el mundo se empeñaba en molestarme el día de hoy.

-No juegues con mi paciencia, Barba.- Le amenacé aún sin moverme.

-Adán te dijo sólo lo que necesitabas saber.- Entrelazó sus dedos entre sí y se acercó a mí. -Yo te diré el resto...









.....
















-Tiempo es lo que no tengo.- Bufé molesto. -Ella está en ese horrible lugar por mi culpa. Juré que la protegería una vez.

-Recuerdo ese día. Es una lástima que Kate no. Apenas tenía siete años...

-Ocho.- Le corregí. -Fue cuando tú, Adán y los Ángeles dieron con ella.

-Tu memoria no falla. Y eso que pasaron milenios.

-Dime de qué va todo esto.- Lo señalé, severo.- Pierdo tiempo.

-No puedes hacer nada por ella. ¿Adán no te lo dijo?- Oírlo de su boca, me ponía de los pelos.

No necesitaba que me lo recordara.

-Dímelo ya de una vez. Dispara.- Hice ese gesto. -Desde el principio.

-Tu padre quiere matarte.

-Wow. Suena cruel. Era de no esperarse.

-Eres una amenaza.

-¿Y Kate también?- Contraataqué. -¿Porqué?

-Porque eres lo único que puede derrotar a tu padre. Por eso quiere matarte. A ti y a Kate.

-Detente.- Lo interrumpí. -Vas muy deprisa.- Me quejé.

-Hijo, ¿te has preguntado...?

-Por favor, por lo que más quieras, no me llames hijo.- Negué con la cabeza, haciendo una mueca horrible. Como si esa palabra desde sus labios me dieran ganas de vomitar.

-Kendall.- Al oírlo me obligó a levantar la vista.- ¿Te has preguntado... qué te hace de diferente a tu padre? ¿El porqué quiere matarte? Tu padre creyó que hacía lo correcto queriendo tener su primer hijo con Eva. Me temo que ahora, las cosas van a cambiar.- Lo escuché atentamente. -Eres tan distinto a lo que tu padre creía que serías. A lo que voy es...- Caminó nervioso a mi alrededor. Le costaba elegir bien las palabras. Me ponía nervioso. -Cuando Adán hizo pecar a Eva, los expulsé del paraíso. Creí que ambos me habían desobedecido entonces. Y no. No fue así. Estuve tan enojado y decepcionado. Adán pecó por sí mismo y por Eva. Asumió aquella responsabilidad y ahora está pagando el precio. Cuando Eva quedó embarazada de Lucifer, la protegí. Porque sabía que algo bueno saldría de ella.- Y me señaló con un gesto de mano.

Tragué saliva: -No soy bueno.

-¿Qué crees que pasó contigo cuando finalmente diste con Kate?- Intentó hacerme recordar.

Hice memoria.
No recuerdo que...

-Cambiaste. -Rompió el silencio. -Cambiaste. Te sentías... raro. Confundido. Y más en su presencia. No lo niegues. Hiciste cosas buenas por ella.

Las imágenes de aquellos tres días de cuando la conocí, llegaron a mí con fuerza.

El haber chocado con ella en la escuela. Su luz me encandiló.
Mi intento patético de pedir disculpas por mi torpeza.
El incidente en la cafetería con aquellos chicos. Prácticamente los obligué a pelear entre sí y uno de ellos quedó herido. Recuerdo su pecho ardiente al caerle la sopa encima.
El hecho de... haberlo curado en la enfermería.

• Enamorada del diablo • EDD1 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora