~ No te vayas. Te necesito ~

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Kendall:

















-Te dije que no seas tan duro con ella...

-¿Y qué querías que hiciera, mamá?- Me quejé, al atravesar el gran salón y avanzar hacia ella. -Antes, no parecía preocuparle y ahora...- Tomé una larga bocanada de aire. -Será que tú le infundaste más dudas.- La acusé.

-Ah, no. No te la agarres conmigo, jovencito.- Protestó mamá haciéndose la ofendida. -Ella sola se creó sus propias especulaciones. No puedes culparla. Cualquier ser humano suele creer esas cosas.

-Kate no es tan humana. Es tan inmortal como yo, desde el principio del mundo.

-Eso no te da derecho a romper su corazón. ¡ERES SU HERMANO!

-Justamente. Su hermano.- Puse mis brazos en jarras y miré al techo. -Es mejor así. No quiero que siga confundida. No puede haber un nosotros si ella no me ve del mismo modo que yo.

-Y el querer echar todo por la borda, ¿te parece justo? La amas. Ella te ama. ¡LO VEO EN SUS OJOS! ¡ADEMÁS! Pareciera que no pensaras en ella en realidad.

-Sí que lo hago, mamá.

-¿Y qué me dices de tu hija?

Apreté los puños con fuerza.
¿Tenía que mencionarla?

-Está muerta, mamá. Como yo y mis sentimientos.- Di por finalizado el tema. Estábamos hablando de algo en concreto y ella menciona a Kira.

¿Se cree que no me duele?

-¡ERES CRUEL! ¿¡QUE NO VES LO QUE QUIERO DECIRTE!?- Mamá me golpeó el pecho con ahínco. -Si te haces a un lado, aún como su hermano, ¡LA LASTIMARÁS!

-Eso es lo que debería haber hecho en un principio.- Siseé.- Soy el diablo. Tengo poder. ¡Tengo todo! Si quiero, puedo chasquear mis dedos y volver el tiempo atrás, evitarme todo esto. A Kate, a mí. ¡EVITAR HABER DEJADO EMBARAZADA A MI MEDIA HERMANA! ¡EVITAR HABERLA CONOCIDO! ¡TAL VEZ ASÍ LE HUBIERA SALVADO LA VIDA! ¿Qué mejor que tenerla lejos de mí, de ti?- Me agité más hablando atropelladamente. Me sudaban las manos. -Sé que si quiero, puedo cambiar todo lo ocurrido en el último mes. Pero no. Barba me lo tiene prohibido.- Señalé por sobre mi cabeza. -No se puede alterar el tiempo. -El cielo retumbó sobre nuestras cabezas.

Suspiré pesadamente, sintiéndome agotado, cansado.
Y eso era extraño.
Tengo que...
Tengo que salir de aquí.

-Cálmate un poco, vas muy deprisa.- Mamá se acercó y me tomó por los hombros. Luego, miró mis pies.

El hielo se estaba quebrando debido a mi mal humor. Cerré los ojos y conté mentalmente hasta diez.

-Papá, Adán y tú... Sabían de esto.- Hablé con voz calmada. -¿Tú sabías... que mi padre me mandaría a buscarla?

-En realidad, no. No lo veía capaz.- Mamá soltó un suspiro. -Kate tenía un par de meses cuando tu padre me la arrancó de mis brazos. Adán, los ángeles y Dios la encontraron después de siete años y la pusieron a salvo.

-Espera.- Quedé en shock. -¿Dices siete años? ¿Kate tenía esa edad cuando...?

-Lo creas o no, sí.- Vi la tristeza en sus ojos. -Tu padre la tuvo cautiva mucho tiempo, muchos años, desde pequeña. No quisiera imaginar...- Mamá sorbió por la nariz. - ...el tormento por el que tuvo que pasar estando bajo las órdenes de tu padre. Adán y los ángeles la encontraron, y borraron su memoria. Sus... Recuerdos. Y Dios intercedió dándole otra vida, otra identidad. Lejos de todo y de todos. No sabes... Lo que me dolió todo eso...

La abracé. La abracé y froté su espalda mientras la veía llorar. Parecía una historia de lo más triste, sacada de algún cuento de fantasía.

-Años después, quise buscarla.- Murmuró contra mi pecho entre gemidos silenciosos. -Adán me lo prohibió.- La miré a los ojos cuando oí esa palabra. ¿Porqué Adán lo haría? -Me dijo que era mejor así. Que debíamos... esperar.- Mamá soltó un suspiro. -Cientos de años después, tu padre te manda a hacer su trabajo. Irónico.- Mamá se limpió las lágrimas, entre dolor y una sonrisa fingida. -Siente que mi hija, es una piedra en su zapato.

-¿Porqué?- Quise saber.

-Porque teme que ella, precisamente ella, sea la próxima reina.

¿La próxima reina?

-¿Kendall?- La voz alterada de Kate llegó desde lejos.

-Kate.- Se me formó un maldito nudo en la garganta. Mamá palmeó mi hombro y desapareció a mis espaldas.

-Kendall, no te vayas. Te necesito.- La oí gemir.

Quedé paralizado. ¿Cómo sabía que me iría?

-Quiero ponerte a salvo, yo...- Tartamudeé como un imbécil. -No hay nada que me ate a aquí. Estarás bien. Tengo que...

-No te vayas.- Volvió a repetir, esta vez, viniendo a mis brazos y abrazándome con fuerza. -Te amo. Te necesito. No me dejes...




















***






*😢😢😢*

¿La próxima reina? 😲
Hay mucha información aquí... 💔

• Enamorada del diablo • EDD1 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora