~ Un ángel guardián negro ~

269 23 2
                                    

Kendall:




A los pocos segundos, me vi rodeado de un frío gélido que es capaz de penetrarte hasta los huesos.
No era problema para mí. Ser el hijo de Satán, me daba la posibilidad de vivir ligero.

Podía transportarme a donde quisiera. Y esta opción era una.

-¿Kendall?

-¿Mamá?- Pregunté levantando la mirada.

Ella se levantó de su trono y me observó con ojos desmesurados. Aún seguía tirado en el suelo.
Sus guardias me rodearon y vi el temor en sus ojos.
Nadie del infierno tendría las agallas de pisar este lugar.
Sabedor de que... Puedo hundirlo sin pensarlo.

El calor de mi cuerpo y el frío de su fortaleza, hacen una mala combinación.

-Alejense de él.- Ordenó mi madre con voz grave.

-Mi señora- murmuró uno de ellos.- Puede matarnos a todos.

-¡Se alejan! ¡Y me dejan a solas con mi hijo! ¡No voy a repetirlo!

Mamá se arriesgaba a todo por mí. Jamás le haría daño.
Es mi madre.

-¡Mi pequeño!- Se acercó a mi lado y me acurrucó contra su pecho.- ¿Puedes bajar tu temperatura sólo para mí?- Vi sus ojos suplicantes.

Cerré los ojos y lo intenté. Pero cuando pensaba en el porqué de estar aquí...

Simplemente me safé velozmente de su agarre y trastabillé, a unos centímetros de su posición.

Mamá me miró, anonadada.

-¿Qué sucede, hijo?- Preguntó visiblemente preocupada.

Entonces, se lo dije, sin pelos en la lengua: -¿Cuándo ibas a decirme... que tengo una media hermana?- Mi corazón se agitó al recordarlo. Mamá se agarró el pecho a raíz de la sorpresa.- Hice el amor con ella. ¿Lo sabías?- Gruñí ante la ira que me invadió. -¿Quién me engañó? ¿Tú? ¿Mi padre? ¿¡Los dos!?

Mi temperatura subió y el suelo crujió a mi alrededor. Amenazaba con romperse y tragarme entero.

-Necesito... Que te Calmes, hijo.- Mamá quiso acercarse y yo retrocedí. -Te lo diré. Te juro que te lo diré. Sólo... Calma.

-¿Calma? ¿¡Que me calme!?- Me levanté rápido y sin pestañear.

-Kendall, yo...

-No, mamá.- La interrumpí. - Viví engañado toda mi vida.- Puse mis brazos en jarras y suspiré, mirando a lo que suponía llamarse cielo sobre mi cabeza.- ¿Porqué...? ¿Porqué mi padre la quiere a ella? ¿Para qué? ¿Con qué propósito? ¿Porqué él no fue capaz de decirme que tengo una... Hermana?

-Si te calmas, te lo diré.



***






-No puedo creer... que la hayas encontrado. Creí... Que había muerto. Y reencarnado en quién sabe quién.- Mamá tomó mis manos entre las suyas. Ni yo entendía nada de lo que me decía.

Me condujo a una habitación la cual yo conocía muy bien. La que alguna vez fue mi habitación cuando fui pequeño.
¿Olvidé mencionar que tuve un hospedaje aquí hace tiempo?

Creo que sí.

Me crucé de piernas arriba de la cama y ella hizo lo mismo frente a mí.

-Te diré todo desde el principio.- Apretó bien fuerte mi mano y continuó.- Cuando Adán y yo fuimos expulsados del paraíso, quedé embarazada. Me temo que dios no lo sabía. Lo del fruto prohibido no fue lo único malo que hicimos. Y todo a la vista de Dios.

• Enamorada del diablo • EDD1 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora