Capítulo XXIV

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-No - dije en un susurro poco audible. Ian aun mantiene su mirada fría e indescifrable, su mandíbula esta apretada -No debes estar aquí, no te necesito.

Una sonrisa con amargura se dibuja en sus labios.

-¿Por qué tengo la leve sospecha que esto te lo hicieron por mi culpa? - dice.

-Sera mejor que te vayas - digo, mi voz es temblorosa. Dicho esto trato de cerrar la puerta pero él me lo impide deteniéndola con su mano, solo le basto utilizar una para abrirla de nuevo.

-No me iré de aquí hasta que me digas que paso - dice, se adentra a mi apartamento. Me parece muy irrespetuoso de su parte, pero así es el. Y tal como es, es como lo extraño.

-¿Por qué lo haces tan difícil? -digo, mientras cierro la puerta y lo sigo hasta el mueble negro frente a la tv.

-¿Ya te viste en un espejo? ¿Viste como esta tu rostro? Apuesto y tu cuerpo está igual de golpeado. - dice, ahora con voz más tranquila.

-Ya no quiero más problemas - lo miro a los ojos - Ni contigo ni con ellos, solo necesitas alejarte y todo estará bien.

Una sonrisa acompañada de dolor brota de sus labios mientras se cubre el rostro con sus manos y se voltea, quedando de espalda hacia mí.

-Entonces si fueron ellos - dice en un tono tranquilo, pero puedo notar cómo se filtra la rabia en el.

-No mas... solo vete; entonces así, todo estará bien.

-¡No me iré a ninguna maldita parte! - grita, haciéndome sobresaltar. -No hasta que me digas quienes fueron exactamente. -dice en un tono más bajo al ver que estoy algo nerviosa.

Entonces me dejo caer en el mueble negro a mi lado. Estoy cansada de esto, de Ian, de sus amistades y de las consecuencias que habrán si llego abrir la boca de más. Por algunos momentos me arrepiento de haber salido de la burbuja donde me tenían mis padres para venir acá, solo a buscar problemas y a recibir la paliza de mi vida. Esto nunca me había pasado, apenas y había tenido algunas discusiones con las chicas que estudiaba y las cortaba al instante, nunca había recibido un golpe, y ahora me veo acá, de esta forma y todo esto por un chico.

-¿Qué paso? - Pregunta y exhala exasperado, se sienta a mi lado y pasa las manos por su cabello -No va a pasar nada, no voy hacer nada, te - se queda callado por unos segundos, como si estuviese pensando lo que va a decir -Te lo prometo... te lo juro.

-No quiero más problemas Ian, no más. Ya estoy cansada de esto, contándotelo no cambiaremos nada.

-Quiero saberlo. - dice, con la vista fija al suelo.

Exhalo.

-Me emboscaron - digo, cierro los ojos con fuerza, cuando los abro noto que Ian tiene sus ojos fijos en mi - Salía de la práctica de voleibol, cuando llegue a la entrada del edificio -me quedo callada -Tu amiga la rubia y sus compañeras me alcanzaron y empezaron a golpearme, si no fuera por Daniela y Jordán que iban llegando no sabríamos lo que hubiese pasado.

Su silencio es perturbador, pero la forma en la que entrelaza sus manos con tanta fuerza me dice que no le cuente mas, que me quede callada y no le cuente lo que dijo el medico. Me prometió que no diría nada y ahora estoy dudando que cumpla su promesa, ruego a dios para que no sea así.

--Me prometiste que no les harías nada - digo. El sigue callado.

Luego de unos segundos más, vuelve a mirarme y sus ojos están más oscuros de lo normal, no logro descifrar lo que hay en ellos, pero ahora más que hace unos segundos tengo miedo, miedo que valla hacer algo estúpido y que lo pueda meter en problemas.

Destino 《EDITANDO》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora