Capítulo XXXII

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—La chica a caído en coma —Dice el médico, mi corazón se detiene de solo escucharlo y toda la sangre abandona mi rostro. He quedado frio, en shock, paso las manos por mi rostro y jalo mi cabello en el acto.

La madre de Alana empieza a llorar y esta cae en los brazos de su esposo.

—Dios mío; ¿Y si no despierta? —Dice ella, en sollozos.

—Va a despertar, amor —Dice el padre de mi novia, que se ve aun peor que todos aquí, su dureza ya no está, aquí solo es un hombre más que ruega que la vida de su hija se salve.

No estoy llorando, pero las lagrimas en mis ojos amenazan con salir, necesito salir de aquí, necesito tomar un poco mas de aire, todos aquí dentro lloran o están a punto de hacerlo; no quiero ver esto, no quiero escuchar más cosas como las que acaba de decir el médico, pero por ella, por mi novia, por mi Alana estoy aquí, yo se que ella es muy fuerte, yo se que ella puede salir de esta; además, sabe que la necesito… sabe que ahora ella es mi vida.

—Solo haga lo necesario por salvarle la vida a mi hija. Pagare todo lo que sea necesario, le regalare esta puta clínica si lo hace —Dice Aarón acercándose al médico, ahora llorando, desesperado.

—Papá, por favor. Debes calmarte —Dice Lucas deteniéndolo y alejándolo del médico —Haga lo que sea, ¿Entiende? Lo que sea. —Agrega este, tratando de mantener la calma.

—Hare todo lo que esté en mis manos —Dice el médico asintiendo con la cabeza y se retira.

Después de que Natasha disparara, todo se salió de control. Los policías allí presentes dispararon contra ellos y la que solía ser mi «Amiga» termino muerta, mientras Adán está en estado crítico. No sé que sentir ante esta situación, me da tristeza porque muchas veces le ofrecí a Adán trabajo para que dejara esa vida atrás, la vida que yo deje cuando conocí a Alana. Por Natasha no se que sentir, puedo jurar que todo esto lo organizo ella, ella no soportaba Alana desde que la vio, solía ser así; si una chica no le caía bien le hacia la vida imposible hasta que huyera o simplemente desapareciera de su vida, también hubo una chica que termino ahorcada por su culpa, por las cosas que le hacía pasar donde la viese.

Cuando debí avisarle a su abuela, porque Natasha solo tenía a su abuela, esta se entristeció, pero las palabras que dijo después me hicieron saber que a ella también le hacía difícil la vida:

—Supongo que ahora podre descansar un poco —Dijo con tristeza en sus ojos.

Y pues; Adán es todo lo contrario, tiene una familia, sus padres aunque estén separados y a su hermana menor. El está en un hospital fuertemente custodiado por más de diez policías, porque si se salva de esta, estará al menos unos treinta años presos. Y bueno… el que más me afecta que haya participado en toda esta mierda es Jordán, lo que el alega es que casi lo obligaron, pero nadie le cree, ya que fue él, el que le dijo a Natasha y a Adán que Alana es hija de un magnate. En un principio no podía creerlo, joder, pasamos por tantas cosas juntos, era mí jodido mejor amigo, sabía lo que sentía por Alana; sabia que ella es mi vida. Cuando lo fui a ver ayer me pidió que lo ayudara, pero no sé si pueda hacer eso ahora mismo.

—¿Quieres un café? —Pregunta Daniela, cuando se sienta a mi lado.

—No lo sé —Digo pasando las manos por mi cabello —Creo que necesito salir un momento. —Ella asiente y ambos salimos de allí.

Cuando llegamos a la cafetería pude ver por la ventana que había un pequeño parque en la parte trasera y no dude en salir, antes diciéndole a Daniela que la dejaría por un momento.

Me senté en uno de los escalones que estaban al bajar, el parque estaba completamente solo, la brisa que golpeaba mi rostro me hacía sentir solo un poco mejor, no fue como creí, creí que al salir me sentiría mejor, pero esto apenas y está pasando. Un mareo repentino me ataca, pero no me preocupo debe ser porque tengo casi dos día sin comer, apenas y tomo un poco de café.

Destino 《EDITANDO》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora