Capitulo XIII

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Narra Ian:

han pasado 4 meses desde mi pelea con alana, Esa chica tiene mucho poder sobre mi,  puede hacerme enojar  y también puede calmarme como nadie. Ni siquiera las consultas  con mi psicólogo me calman tanto.

La veo en la universidad, en la cafetería y cuando va a sus prácticas de voleibol me acerco a observarla jugar,  pero me aseguro que ella no me vea.
En el edificio trato de no cruzarme con ella y cuando lo hago la ignoro o me limito a mirarla con frialdad, Nuestra discusión fue lo mejor que pudo pasar,  ya no sabia como alejarme de esa chica de ojos color miel que me atraparon el primer día que trate de molestarla.

Si seguía con ella la arrastraría a mi mundo de  mierda, Tengo enemigos y ellos no dudaría en hacerle daño, Sin contar a mi familia que la espantaría al momento de conocerla.

Es mejor estar así,  mujeres solo por una noche y no verlas mas,  me estaba volviendo un completo imbécil con ella. Luchando contra mi mismo para no besar sus hermosos labios.

Un suspiro entrecortado brota de mis labios.

Que salga con santiago, así como lo hizo la última chica que de verdad quería y cuando creí que ese pedazo de mierda era mi amigo.

Me he convertido en este hombre totalmente roto, inservible y sin sentimientos gracias a todos ellos, Gracias a las personas en las que creí que podía confiar, en las personas que depositaba lo bueno que tenia y lo tiraban a la mierda, Ahora que soy como soy.  las mujeres me sobran y todos en esta maldita parte de la ciudad quieren ser mis amigos porque saben que al hacerlo serán inmune a cualquiera, al menos eso creen ellos.

No quería meter a alana en este mundo de inservible, aquí solo hay putas,  drogas,  alcohol y peleas donde la mayoría de las veces muere alguien. No, Ella no se merece esto.

...

Doy vueltas en la desordenada cama que me encuentro; Ni siquiera se donde estoy, mi cabeza parece querer estallar y solo tengo mis bóxer puestos, miro a mi lado y veo el cuerpo de una rubia, No me sorprende esto pasa todo el tiempo,  fiestas, alcohol y te llevas a la chica que quieras, la follas y adiós.

Me levanto, coloco mis pantalones y me pongo mis botas, no se donde coño quedo la puta camisa,  la busco por todos lados,  luego de casi 5 minutos y a poco de perder la poca paciencia que tengo la rubia se remueve y veo que esta debajo de ella. ¡Que mierda!

La saco como puedo tratando de no despertarla lo menos que quiero es una charla ahora. Pero maldición mi paciencia se termina esta chica pesa más de lo que su cuerpo de Barbie aparenta.
Termino sacando la camisa con dureza, tanta que la chica fue arrastrada de un extremo de la cama al otro.

—Pero que mier... — dice ella quejándose. — ¿Ya te vas?— su tono de voz cambia uno mas amable.

La ignoro.

—¿Cuando te veré de nuevo? —habla nuevamente.

Un risa sarcásticas brota de mis labios.

—Nunca mas. —Respondo.

—¿Perdón? —dice, alarmada.

—¡Nunca mas!. —Termino de arreglarme la camisa —Adiós.

Dice algo pero no logro escuchar su molesta voz ya que azoto la puerta con fuerza al salir.

Camino hasta salir del mugroso hotel,  ¿Donde coño deje mi camioneta? Joder.
La logro divisar y camino lo mas rápido que puedo y me trepo a ella.

Me encamino hacia mi edificio, mi celular no para de sonar,  es papá pero no quiero hablar con el,  no quiero hablar con nadie. 

Miro por el retrovisor y puedo ver las grandes bolsas oscuras debajo de mis ojos, debo decir que no duermo bien de tantas fiestas a las que voy,  mi labio inferior está roto por las peleas en las que he estado con adán.

Destino 《EDITANDO》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora