Capitulo XXV

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Necesito investigar que esta pasando con lucas. ¿Acaso me esta siguiendo? ¿Sera por eso que dio con la dirección de daniela? No lo se, pero necesito saber que pasa. 

Por supuesto traje a daniela a mi apartamento luego de encontrármela así, estoy enojada con ella, si, pero no puedo dejarla sola en su cuarto aun estando mal, el alcohol y las drogas que consumió creo que no han salido totalmente de su cuerpo.

—Te preparare algo para comer —Le digo a mi amiga cuando la acuesto en mi cama. 

—¿Podría ser una sopa? Te recompensare por esto que estas haciendo, lo prometo. —Termina.

—Yo te debía una daniela, no debes recompensarme nada. Solo debes prometerme que no volverás hacer una tontería como esta.

—Tu rostro se ve mejor —Emboza una sonrisa.

—Estoy mejor.

La sopa que le preparo ya esta casi lista. Estoy en la barra de la cocina revisando unos trabajos que debemos entregar la próxima semana. En mi cuarto no se ha escuchado algún ruido hace un rato y eso hace que me preocupe, bajo de la silla y camino hacia el; abro la puerta con cuidado sin poder evitar así que esta haga un ruido, daniela esta dormida, las ojeras bajo sus ojos son mas oscuras de lo normal, me quedo observándola por unos momentos hasta que algo suena en la cocina y recuerdo la sopa, entonces salgo disparada hacia allá.

Mi amiga despertó y la sopa ya estaba lista, la mayoría del tiempo; mientras comíamos, estamos en silencio. No quiero presionarla y si ella no quiere hablar del tema de Jordán, yo no la voy a obligar.

Terminamos viendo dos temporadas completas de una serie y cuando fue hora de dormir, ambas nos fuimos a la cama.

Los días siguientes la pasamos ente la universidad, trabajos, algunas salidas tranquilas al cine.  Daniela me acompaño a la clínica para mi último chequeo. El médico me dijo que todo estaba bien, mis moretones habían desaparecido y los grandes golpes habían sanado.

—Mantente alejada de las calles tan tarde por las noches. —me aconseja el médico cuando la consulta había terminado.

—Lo hará, lo haremos. —Contesta Daniela.

Han pasado dos semanas, desde lo que paso entre Daniela y Jordán, y ese imbécil ni siquiera a tratado de hablar con ella. De todas maneras; ¿Para qué, no? No creo que mi amiga lo perdone.

La puerta principal suena, haciéndome saltar en mi lugar. Dejo lo que estoy haciendo y camino abrirla.

Es Ian.

—¿Que haces aquí? —Las palabras salen de mi boca antes de poder detenerlas, el pasa las manos por su cabello. 

—Es que no tenia nada que hacer, y quise pasar a ver como seguías. 

—Ya estoy bien —Digo —¿Quieres pasar?

Daniela se nos une unos minutos después, contándole a Ian lo que paso con Jordán:

—¿No te lo ha contado? —pregunta mi amiga incrédula.

—No lo he visto, tengo días que no los veo. Ni a él ni a los chicos. —Responde Ian. Coloco frente a Ian y Daniela un pedazo de torta de chocolate que prepare hace un par de días.

—No quiero volver a verlo, para mí se termino.

—Te entiendo. —Responde Ian y fija su mirada en mí, por supuesto como la cobarde que soy bajo la vista a mi plato; de alguna manera siento que lo ha dicho por mí, porque yo le mentí con respecto a mis padres. —¿Y no sabes quién era la chica con la que estaba?

Destino 《EDITANDO》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora