Capitulo XXVII

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Conducía a una velocidad aproximada de 110-120 km/h, nos dirigíamos a la cabaña de mi padre que esta aproximadamente a cuarenta minutos del pueblo. Ian lleva su mirada fija al frente; aun no a preguntado a donde vamos y eso me tiene tranquila, no quiero que se incomode porque vamos a una propiedad de mi padre.

Al salir de casa de tiffany le informe a jeremías que hablaría un momento con Ian, que me cubriese y que no se fuera a casa sin mi, mientras lo hacia varios chicas se le acercaron a este ultimo para preguntar su numero y si era del pueblo, por primera vez en mi vida las quise golpear. 

—¿Estas bien?—Susurro. 

—Estoy contigo, eso me hace bien.

Unos minutos después estamos frente al gran portón que da entrada a la cabaña, me doy cuenta que no traigo llaves para abrirlo. 

—Debemos bajar y trepar la cerca, no traje llaves. —Digo un poco avergonzada. 

—¿Donde estamos? —Pregunta al fin.  

—Es una cabaña, propiedad de mi familia. —Digo, para no decirle directamente que es de mi padre. El asiente con la cabeza y baja del auto. 

Primero trepe yo con su ayuda y luego el, caminamos aproximadamente unos diez minutos ya que la cabaña estaba un poco alejada de la entrada. Su mano estaba entrelazada con la mía y mis sandalias iban en mis manos ya que no las soportaba.  

Al llegar caminamos directo a la cocina y le ofrecí algo de tomar pero negó en respuesta. Los vigilantes y la señora de servicio están fuera, normalmente tienen el fin de semana libre. Camino al refrigerador por un vaso de agua, Ian me sigue con la mirada, esta callado, su mirada se ha oscurecido varios tonos y su serenidad me pone la carne de gallina.

Al momento de cerrar la puerta del refrigerador sentí su cuerpo detrás de mí, su perfume llego a mis fosas nasales y tarde unos segundos en volverme hacia él; pero al final lo hice, sus manos se posan en mi cintura y me pega a su cuerpo, su mirada esta fija en la mía y luego la posa fugazmente en mis labios para luego juntarlos con los suyos, su beso es desesperado pero cuidadoso al mismo tiempo, no dudo en responder de la misma forma porque yo también quería esto, quiero que el este conmigo y no se vaya nunca. Mis manos están enredadas en su cabello y apenas soy consciente de que estoy sobre la barra de la cocina, sus manos hábiles han ido quitando mi vestido poco a poco, pero no lo ha sacado por completo, su camisa yace en el piso de la cocina y el deseo y la lujuria se reflejan en su mirada.

Bajo de la barra y lo tomo por la mano conduciéndolo al cuarto que me corresponde en la cabaña, subimos las escaleras y él me sigue, sin quitar la mirada de mí. Cuando entramos al cuarto me vuelvo de nuevo para besarlo

—¿Estás segura de esto? — Susurra contra mis labios —No voy a poder parar cuando empiece, no contigo. —No digo nada porque no soy capaz de confiar en mi voz, así que me limito a asentir con la cabeza.

Me toma por el cuello y me acerca a él devorando mis labios, un jadeo sale de mi boca y deja de besarme para voltearme dejándome de espalda hacia él, hace mi cabello a un lado y empieza a besar mi cuello, ladeo mi cabeza para darle espacio mientras cierro mis ojos y disfruto de los efecto tan agradables que Ian me hace sentir. Coloca las manos en mis hombros y empieza a bajar mi vestido dejando besos suaves y mojados; cuando este cae al piso vuelve a voltearme para quedar frente a él,  besa mis labios mordiendo el inferior, deja los mismos para pasar de nuevo a mi cuello y poco a poco fue yéndose a mis senos. El clip de mi brasear me hace ser consciente que estoy casi desnuda frente a él y no quiero parar esto. Me hace retroceder hasta caer en la cama y se coloca encima de mí, tomando con su boca uno de mis senos y con su dedo pulgar da masajes circulares al otro, un gruñido brota de mi boca y vuelve a besar mis labios, deja besos en mi abdomen, mi cintura y va bajando hacia mi parte más intima

Destino 《EDITANDO》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora