Ese comienzo de semana fue mítico, primero con la fiesta sorpresa de toda la familia, con el castigo de mis hermanos hasta nuevo aviso, las continuas quejas de Nina y Chloe hacia mis hermanos, el comienzo de verano y próximamente entrar a la universidad. Este año entrare a la universidad y mis dos hermanos también, yo he decidido hacer criminología gracias a las influencias de mi abuela paterna y mis hermanos que están un poco loco, han decidido seguir finanzas internacionales porque según ellos van a crear su propio negocio y serán súper poderosos, ya os iré contando como llevan la carrera.
Después de estar con toda la familia, en la tarde noche he quedado con mis amigos, según mi padre, dice que eso es genética de mi madre, ya que tengo amigos un poco locos y vándalos por decirlo de alguna forma, así es como los llama mi padre, pero yo los veo normales, lo único que tenemos mucho en común es que nos gusta las motos y puede que haya hecho alguna que otra carrera ilegal. Y como lo habéis leído anteriormente, si, son solo amigos, no me gusta mucho llevarme con chicas, porque les encanta criticar y pensar solo en cosas de moda, bueno, no me malinterpretéis pero a mi también me gusta esas cosas, no en exceso pero puedo hablar de estas cosas con Jess, Ade, Chloe y Nina. No me hace falta mas "amigas", así que tengo como una mezcla muy rara, mi madre me dice siempre que tengo que mantener mi feminidad, que puedo buscar el equilibrio con el gusto de las motos, mis clases de kit boxing, jugar a videoconsolas y otras cosas con lo de ser chica. De momento lo llevo bien con el equilibro que os he comentado.
Mi teléfono empieza a sonar...
–¿si?– hablo
–se que eres chica y todo eso, pero date prisa– habla mi amigo Erik..., bueno mi ¿novio? O algo por el estilo.
–que si, ya bajo– miro mi reloj– voy a mandarles la dirección a mis primas para que lleguen.
–si son así de guapas como tu...
–tonto, estoy saliendo– cuelgo y me doy un ultimo vistazo en el espejo, voy sencilla, vaqueros, una camiseta básica, mi chaqueta negra y unos tacones. La verdad es que no me he considerado guapa, nunca de los nuncas pero según Erik y puede que algún novio anterior de instituto me dicen que lo soy. Para mi, la belleza es muy relativa.
–¿ya te vas?– escucho a mi madre, la miro y sonrió.
–si mamá, voy a salir con mis amigos y con las chicas, querían también salir conmigo por el cumpleaños así que pensé en juntarnos.
–ten cuidado, ¿de acuerdo?– se acerca y me abraza– se que estas tonteando con tu amigo Erik, no quiero ser abuela hasta dentro de unos ocho a diez años.
–¡mamá!– levanto la voz y siento como me sonrojo– sabes que aun sigo siendo virgen y de momento no me molesta seguir siéndolo, te lo aseguro.
–nos vemos dentro de unas horas– sonríe y me suelta.
–¡Camile!– escucho ahora a mi padre, de toda la vida ha sido muy sobreprotector conmigo, según cuenta mi madre que eso es muy normal en la familia. Porque mi bisabuelo Aarón protegía a mi abuela Valentina, después mi abuelo Diego protegía a mi madre y ahora mi padre me protege a mi.
–¡dime!– levanto la voz y aparece en mi habitación.
–ten cuidado con lo que haces, no quiero sorpresas de ningún estilo, solo porque eres mayor de edad que no se te active el chip de viva la vida loca– levanta sus brazos y empiezo a reírme, me acerco y le doy un beso en la mejilla.
–tranquilo papá, no te daré ninguna sorpresa y nos vemos en unas horas.
–una cosa...–miro a mi padre– ¿de verdad no quieres ser monja?– me pregunta.