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Empiezo a despertarme porque siento como si estuviera aprisionada, voy abriendo los ojos poco a poco y me encuentro a mis hermanos, uno a lado del otro.
–dejadme dormir por favor– logro decir– marchaos de mi habitación.
–Mimi– escucho a Matías, pero no respondo– estábamos pensando que vas a ser monja.
–¿qué?– obro mis ojos– ¿por qué pensáis eso?– pregunto.
–no nos malinterpretes Mimi– escucho a Sebas, porque estoy mirando al techo y ellos también– nos alegra por una parte como hermanos que no tengas a ningún idiota como novio, pero la ultima vez que has tenido algo fue con Erick y desde entonces no has tenido nada y creemos que algo te ocurre...
–no me ocurre nada– suspiro, ¿soy tan notoria en como me encuentro?– tan solo quiero pensar en mi y terminar la carrera.
–por eso creemos que serás monja– dice Matías.
–a veces pienso que voy a quedarme sola...– digo en un susurro y lo que siento luego es a los dos tontos que tengo como hermanos dándome un abrazo.
–¡tu no te vas a quedar sola!– grita Matías.
–¡el amor es lo mejor!- grita Sebas. Me muevo para que me suelten, al hacerlo me siento y los miro.
–quien diría que estos don juanes estén enamorados– sonrío.
–¡calla!– dice Sebas y levanta los hombros– la verdad no me importa, soy feliz con Chloe y sus locuras– Matías se pone de pie.
–estoy con Sebas pero ahora vamos a desayunar– sale de la habitación y Matías le sigue, me pongo de pie haciendo un gran esfuerzo, me hago un moño desordenado y baje con cuidado de comerme el suelo por el sueño que llevo encima, cuando entro a la cocina.
–¡quiero desayunar!– levanto la voz mientras me estiro– muero de hambre...– cuando estoy bajando los brazos sentí que uno de mis brazos no bajo a la par que el otro y seguido de un quejido– lo siento– digo, pero cuando veo quien es y le miro con odio– no lo siento, ¿qué haces aquí?– pregunto.
–siempre vengo a tu casa– dice– desde siempre creo yo– sonríe.
–te odio– digo y me siento para desayunar. Estamos todos los jóvenes, los padres están trabajando y Esteban se sienta a mi lado, le quedo viendo.
–no es mi culpa que quede el único sitio a tu lado, no seas egocéntrica Camile– empieza a comer y también lo hago, muero de hambre y por el tonto de Esteban no voy a dejar de comer. Un buen café con cosas dulces es el mejor desayuno, así que estas deliciosas tortitas con mermelada es lo mejor– ¿en serio que no has engordado?– pregunta pero no le respondo- seguro que te gano en una carrera...– dejo de comer y le miro.
–no seas tan arrogante– le miro– ten por seguro que te gano, he quedado segunda varias veces y un par de ellas primera en las competiciones.
–y yo soy el arrogante– dice.
–olvídame ser del mas allá– digo.
-¡hagan una competencia!- escuchamos a Ade emocionada, le miramos– si hacéis una carrera se podrá ver quien es el mejor de vosotros dos.
–por mi estupendo– escucho a Esteban.
– ¿y tu Cami?– pregunta Jessie.
–por mi estupendo también– digo– ¿corremos en dos horas?– pregunto.