Varios meses después...
Will me ha pedido un par de veces de que nos vayamos a vivir juntos a su apartamento, pero todas de ellas las he declinado, una de esas veces que me lo pedía apareció de la nada mi padre. Diciendo: << ¡ni pienses que te la llevaras antes de tiempo a mi querida niña, suficiente que te la vas a llevar dentro de poco!>>, todo esto diciéndolo de la manera más trágica posible, así que desde entonces ha disminuido el número de peticiones por semana.
Aunque ha habido momentos que si he tenido ganas de decirle que sí, pero para no complicar ese intento de que Will se lleve bien con mi padre, siempre digo que no.
- troll, ¿en serio tenemos que esperar tanto tiempo para vivir juntos?- pregunto indignado.
- si sólo son ocho meses más para vivir juntos, nos casamos y ya.
- en realidad, sólo falta que te quedes a dormir en el apartamento, estamos viviendo casi juntos. Se podría decir que estamos en un ochenta por ciento.
- no es cierto- respondo, mientras como una deliciosa tarta de queso. Le mire y tenía una de sus cejas levantadas- ¿qué?.
-tienes ropa, pijama, cosas de aseo personal, te he visto con las caras más feas de todos los tiempos y tantas cosas más- me miro y puse los ojos en blanco.
- está bien , tu ganas. Pero tienes que esperar a que me vaya a vivir al cien por ciento contigo, después de la boda.
- eres de lo peor.
- tu deberías aprovechar de que sólo tienes ocho meses para ti solo, cuando nos casemos no me separare de ti en ningún momento- di otro mordisco a la tarta- seré como una hermosa garrapata- le guiñó un ojo.
- yo quiero que no te separes de mi desde ahora, en realidad lo quería desde que te pedí que seas mi esposa- cuando termina de decir eso, mi corazón empieza a latir como si nunca lo ha hecho y en mi cerebro se escucha un; "aww, que tierno". Dejo a un lado a mi deliciosa tarta de queso y me acerco lentamente a el, meto mis dedos en su hermosa cabellera (que suave lo tiene) y le acerco a mi, le beso, el se queda sorprendido ya que por lo visto no esperaba esta reacción por parte mía. Pero en milésimas de segundos, me sigue en el beso, tan tierno, tan suave y tan lleno de amor. Cuando nos separamos, mirándonos fijamente.
- en serio, por cosas así, haces que te ame cada día más- le doy un beso veloz. Sin más me alejó y vuelvo a mi misión, terminar mi deliciosa tarta de queso. Cuando doy otro mordisco y le miro, tiene sus ojos llenos de lujuria- ¿qué?- pregunto.
- creo que necesito una ducha con agua muy fría- le miro extraña, porque quiere ahora una ducha fría si estamos en un restaurante. Seguro, descifro la cara que acabo de poner, esa cara que dice: no entiendo lo que dices.
- que por culpa de tus reacciones tan espontáneas, haces que mi amiguito se despierte en cuestión de segundos- dice de lo más tranquilo, haciendo que me ruborizara- por eso quiero una ducha muy fría.
- lo siento, no pienso cuando me dices cosas tan tiernas, tan sólo quiero besarte hasta cansarme y arrancarte esa camiseta...- ¿espera?, no me digan que lo último lo pensé en voz alta. Cubro mi rostro, ¡qué vergüenza!.
- así que no soy el único pervertido de la pareja, por lo que veo- dice con aquel tono de voz para molestarme. Tomo airé y lo miro.
- yo también tengo hormonas, ¿sabes? Y tu también me vuelves loca. Pero yo no lo demuestro como otras personas - le digo con una sonrisa triunfal.
- pequeña troll- le guiñó un ojo.
- así me amas- le digo ahora con una sonrisa inocente.
- en eso tienes toda la razón del mundo mi pequeña troll, pero yo se que tu también me amas con una locura incurable- me sonríe.