Empiezo a caminar de un lado a otro para relajarme pero no funciona.
–¿Camile?– escucho a Nina, me detengo.
–Nina sabes que he estado evitando a toda costa a tu hermano, he tenido que estar metida en cosas de la Universidad para poner excusas y no venir a casa, así he estado dos años enteros Nina, dos años enteros para que ahora todo se desmorone. ¡Estoy cabreada!.
-no sabia que iba a venir Cami, no se lo había dicho ni a mis padres.
–lo se, perdóname si te sientes ofendida pero no puedo, mi cerebro no le da la gana de asimilar que tu hermano esta aquí y que tenemos que estar en la misma habitación, no me apetece fingir– me siento en un banco– parezco tonta lo se, no hace falta que me lo digas pero no estoy bien–suspiro– simplemente– la miro y sonrió.
–acabas de hacer una mueca– dice– pero lo tomare como una sonrisa– se que lo dice para que me anime un poco pero cuesta. Me pongo de pie.
–voy a intentarlo y si me sale mi lado borde al máximo nivel me empujas o algo así, ¿entendido?- ella asiente.
–vamos que empezarán a preguntar donde estamos.
–vamos– respondo resignada. Tenia razón, justo cuando llegamos empezaron a preguntar por nosotros, tomamos asiento para empezar a comer y sentía como Esteban me miraba pero no quería darle importancia. Empezamos hablar de la universidad y de lo mucho que he estado ocupada por su culpa, les comente que era por tantos clubes que estaba metida pero que haría un esfuerzo para venir mas seguido.
-¿y como esta Erick?– pregunta mi madre y cuando iba a responder, Esteban se pone de pie excusándose para ir al servicio. ¿por qué?, ¿qué ha pasado?, lo mas seguro que coincidio.
–esta muy bien, os manda saludos- digo y sigo comiendo.
–seria estupendo que venga, hace mucho que no lo vemos– responde mi madre.
– se lo diré– sonrió. Volvimos hablar de mas cosas, Esteban apareció después de un par de minutos. Cuando entro al comedor me fije mas en el, esta mas guapo que antes, se ha dejado barba y que le sienta de maravilla, tiene un aire hippster, siento que mi corazón empieza a ir mas deprisa, dejo de verlo porque si lo sigo viendo seguro tendré un colapso. Con este simple momento acabo de darme cuenta que aun sigo enamorada de Esteban.
Después de casi dos horas sentados hablando nos dispusimos a recoger la mesa, mas bien lo padres dijeron que nos tocaba recoger a nosotros, así que empezamos hacerlo y mientras lo hacia, evitaba a toda costa estar cerca de Esteban pero por lo visto el destino, karma o lo que sea esta en mi contra. Cuando entre en la cocina a poner los platos en el lavavajillas sentí una presencia y sabia quien era.
–hola Camile– escuchar pronunciar mi nombre con su voz, mi piel se erizo en milésimas, no le hice caso y continúe guardando los platos- ¿vas a seguir ignorándome?.
–como te dije aquella vez cuando me llamaste, solo te hablare cuando estén nuestros padres o nuestros tíos delante y aquí no esta ninguno– no dije nada mas y continué con mi trabajo, pero como dije hace poco el mundo esta en contra de mi porque apareció Tio Chad.
–¿cómo estas Camile?– pregunta Esteban y lo odio, seguro tendrá estampada una sonrisa en su cara.
–perfecta, no podría estar mejor– digo y no me da la gana de hablar con el– gracias Esteban por seguir poniendo los platos en el lavavajillas– le miro fijamente porque estoy enfadada– me marcho– digo y paso por su lado– Tío Chad, ¿dónde esta tu nuevo ligue?- le pregunto.