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Sólo basta decir, que el tiempo pasó rápido, los minutos parecieron segundos, y las horas minutos, él y yo no lo notabamos. La conversación fluyó tan natural, hablando, bromeando, riéndonos, discutiendo por temas tontos. Era la primera vez, que hablábamos tan bien, tenía la impresión de que la conversación fluía bien. Demasiado bien.

Fue extraño, porque cada que él sonreía, reía o hablaba, no podía evitar mirar sus labios, pero luego me sentía un poco nerviosa. ¿Se habrá dado cuenta de mis tontas acciones?

Mierda, me tuve que ver muy obvia.

Aún seguía lloviendo. Jungkook no quería que me fuera hasta que parará la lluvia. Está era muy engañosa, cuando creías que iba acabar de llover, volvía más recio. La luz se fue dos veces. Hubo uno que otro trueno, haciendo que me diera un ataque del susto, y terminaba aferrandome a Kook.

Jungkook hizo dos veces, chocolate caliente, pero está vez puso una película y galletas Oreo.

De nuevo, nos sentamos abajo del sofá, pero está vez, Kook puso almohadas. La película nos pareció aburrida, pues terminabamos hablando de otras cosas. Hubo un momento donde, nos quedamos dormidos a mitad de la película, tendidos en el alfombrado suelo.

ㅡDos horas habían pasado desde entonces. ㅡ

Todo estaba en silencio, acepción de las gotas de lluvia, que aún caían y chocaban contra el vidrio de la ventana, haciendo que está, hiciera eco, en todas las habitaciones, la televisión ya no se escuchaba. Aún sin abrir mis ojos, estire mis brazos y pude sentir algo cómodo, debajo de mi cabeza. No hice ningún movimiento. No sentía frío, todo era cálido, pero mi espalda se sentía dolorida.

Dios, qué pereza, no quiero moverme.

Escuché una respiración, profunda y tranquila. Un aliento cálido chocaba con mi nuca y mi cabello, haciéndome estremecer.
Abrí mis ojos lentamente, lo primero que pude ver, era el hermoso y pálido rostro de Jungkook dormido, parpadee dos veces, creyendo que estaba soñando algo hermoso. Con la visión mejor, noté que está no era la habitación, giré mis ojos hacía abajo y pude notar, que estaba acostada del lado izquierdo, mis brazos y mi cabeza, posaban en el pecho de Jungkook, sus musculosos brazos, rodeaban mi cintura, miré de reojo mis piernas, la derecha estaban casi en la altura de mi cintura, estaba arriba de la pierna de Kook, era como si lo estuviera abrazado con está, lo cuál su mano, estaba posada en mi muslo y la mi otra pierna, en su tobillo.

Mierda. Su presencia me tomó por sorpresa.

Con esfuerzo, me safe rápido de él.

Qué.
Quedé.
Dormida.
En.
Su.
Pecho.

Jamás había dormido con un chico. Y lo peor, estar así con un chico. Dios que vergüenza... Desperté en los brazos de Kook...

Lo miré por un momento, estaba acostado boca arriba. El rostro de Kook, dormido, reflejaba otro tipo de belleza, que jamás haya visto. No podía negar, que se veía hermoso. Aún usaba la pijama de Pikachu, aguanté las ganas de reírme de la ternura. Tenía su boca casi abierta, mostrando un poco de sus dientes, sus labios carnosos tenían un color rosa, ㅡsentí el impulso de besarloㅡ tenía unos pómulos preciosos, su pecho subía y bajaba, y podía escuchar su respiración. Me estremecí. Aún sentía el cálido aliento de Kook en mi nuca.

Retrodecí un paso, y tiré de mi vaso, lo poco que quedaba del chocolate caliente, en la alfombra.
ㅡMierda ㅡsalté un grito, que a la vez, Kook despertaba, de su profundo sueño.
ㅡ¿Qué sucede? ㅡdijo él aún somnoliento.
ㅡLo siento, derrame chocolate en la alfombra.
Kook se levantó y miró el pequeño charco café.
ㅡNo te preocupes, es sólo una simple alfombra ㅡdijo desinteresadoㅡ No hay porqué, disculparse.
ㅡ¿Dónde hay toallas para secar esto?
ㅡHay toallas limpias, en la penúltima puerta, que está antes de llegar al baño.
Corrí y me dirigí a la puerta nombrada.

Giré el cerrojo, y jale la puerta. Era un armario.
Había muchas cosas dentro de esa puerta: libros viejos, algunos hojas de partituras, y una que otra cajas con un poco de polvo.
Miré hacía arriba y ahí estaban las toallas, en el último estante. ¿Cómo se suponía que alcanzaría las toallas?

ㅡKook no alcanzó ㅡgrité para que me notará.
ㅡHay una banquito, al lado de las toallas ㅡgritó él a lo lejos.

Saqué el banquito y subí en él, con cuidado, pero no era lo suficiente grande para alcanzarlo, así que me puse de puntitas.

Jale la toalla y al mismo tiempo, por el rabillo del ojos noté, que cayó al piso, un objeto.

Bajé con cuidado, sosteniendo la toallas y miré que tenía forma rectangular.
Tomé aquel objeto. Era una fotografía. Era una chica, con un vestido blanco, con flores azules en ellos, usaba un sombrero, lo cual ella lo tenía sujetando con su mano, pues parecía que el viento era algo fuerte, tenía el cabello negro hasta los hombros, de piel blanca, pálida y linda, una sonrisa que reflejaba felicidad.

¿Quién es ella?

Adagio ➳ j.kDonde viven las historias. Descúbrelo ahora