XXVI

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La brillante luz del baño, me había cegado. Estaba cansada. Mis piernas se sentían pesadas.
Miré mi reflejo en el espejo y sin darme cuenta, había sonreído.
Había olvidado entregarle la cazadora y la bufanda a Kook.
Me quedé viéndome un momento.
Después, abrí el grifo para qué el agua cayera en la tina. De mientras qué la tina se llenaba, con cuidado me quite la bufanda y la cazadora, hasta quedarme sólo con mi ropa.
Tomé un listón y amarré mi cabello.
Sin embargo, al girarme para mirarme al espejo, me di cuenta el porqué Jin, me había dado la bufanda. En diferentes lugares del cuello, tenía 3 chupetones, pequeños círculos, de color azul con distintos matices. Con un movimiento veloz, me quité la blusa y vi qué sobre el pecho tenía marcas similares. Menos mal que la blusa no era de escote.
¿Jin miró las marcas? Y sí, así fue ¿porqué no me dijo?
«Tonta, tonta, tonta, tonta...»
ㅡMaldita seas Kook ㅡsusurré molesta, a la vez qué desabrochaba mi pantalón.

...


El baño había ayudado muchísimo, mi cuerpo ya no sé sentía a dolorido. Pero no había ayudado mucho, a conciliar el sueño.
Seguía despierta.
Está noche de insomnio, no eran como las otras. Era distinta.
Ya había dado vueltas en la cama, pero seguía sin poder dormir. Quitaba y abrazaba la fina sábana.
Me tumbé de lado, mordiéndome los labios.
Odiaba a Kook.
La verdad, era que no.
Había sido un día largo. Había conocido un hermoso lugar, casi me ahogo, Kook me rescató, lo besé, conocí a sus amigos, me enteré de algunas cosas de Kook qué no sabía, cantó, hasta tomó mi mano ㅡcuando la tomaba sentía que podía con todoㅡ y ahora miro que tengo chupetones algo visibles.
Me sentía satisfecha, pero a la vez no.
Me había dejado con las ganas de besarlo por más tiempo.
De nuevo de espalda, me quité la sábana por octava vez.
Estiré las piernas, y abracé la almohada y traté de poner la mente en blanco, pero en lo único en lo que podía pensar era en sus labios. En ése beso desenfrenado. En cómo me había hecho sentir; su forma de sentirlo sobre mi piel, sus caricias, ese calor. Cómo había sentido sus labios contra los míos, en como su lengua había estado adentro de mi boca.
Me quedé sin aliento ante el vivido recuerdo.
«Era un éxtasis lujurioso»
Todo lo qué sentía, era totalmente novedoso para mí.
Pero no era tonta. Sabía qué me había puesto cachonda.
Reí por el pensamiento tan patoso.

El anhelo seguía creciendo entre mis muslos. Abrí mis ojos y me quedé mirando a la oscuridad del techo. Tenía que hacer algo para quitar esa sensación en mí.
«Piensa, piensa, piensa, piensa»
Rodeé toda la cama y caí al suelo, en un golpe seco.
ㅡ¡Auchhh! ¡Mierda!~
Olvidenlo.

Adagio ➳ j.kDonde viven las historias. Descúbrelo ahora