XV

385 31 0
                                    

Sus manos se deslizaron por mi cuerpo. Y su cálidos dedos, estaba en mi barbilla. Acariciándola.
Me mordí más fuerte el labio.
La manera en me acariciaba, me impedía, no alejarme. Dejé de morder mi labio, y con las yemas de sus dedos, con delicadeza recorría la comisura de mis labios.
Moriría ese momento.
Levantó mi barbilla, lentamente.

¿Qué va hacer? No quiero mirarlo. ¿Si me besa? Y ¿sí lo miro y retrocedo? ¿Y si detengo su acción? Bueno... no pero si. Joder. No encuentro un pero, para detenerlo.

Sentí que arqueó la espalda, se inclinó un poco hacía delante.
Será un beso breve, con la boca cerrada. Me prometí.

Pero cuando sentí sus labios cálidos, abrí la boca un poco.
Sentí una oleada de placer y siguió besándome.
Él respondía dulcemente.
Mi corazón comenzó a golpearme con fuerza en el pecho, cuando sentí el roce de la lengua de Kook, sobre mis labios abiertos.
Quería devorarme sus labios.
Hundí mis manos en su cabello, mientras que él, con un brazo, me rodeaba de la cintura y su otra mano, en mi nuca, haciendo que inclunará hacía atrás.
El beso se intensificó.
Nuestras respiraciones empezaron a hacerse cada vez más entre cortadas.

Perdí la cabeza en ese momento.
Me besaba de una manera desenfrenada. Cómo sí, él también deseará el beso, como yo. Él jugaba sucio. Yo lo haría también.

Él mordió mi labio inferior y un gemido se escapo de mis labios, y eso lo prendió muchísimo. Fue bajando y besando hasta mi cuello, mientras que con sus manos calientes, me levantó y en ese momento mis piernas lo abrazaron. Sin dejar de besar mi cuello, caminó despacio hacía al auto. Antes de llegar, giró y retrocedió, tomó mis caderas y con un movimiento ágil, me colocó a horcajadas sobre él, en el asiento donde yo me encontraba, hace unos momentos. Él se deslizó en el asiento, para entrar en el auto. La piel de Kook ardía, su respiración estaba agitada, sus manos y sus brazos fuertes, me sostenían. Desde mi cuello, subió hasta encontrar mis labios. El sabor de sus besos era delicioso. Su lengua buscó la mía, estaba esperándolo. Con mis manos comencé a acariciar sus mejillas hasta su nuca, enredando ahí, mis dedos en su hermoso y mojado cabello y tirando de el, ligeramente. Sentí todo caliente, mi corazón latía a mil por hora, y nuestras respiraciones se aceleraban más a cada segundo, que pasaban.

¿Acaso, el también moría de ganas de besarme? ¿Cómo fue que llegamos a éste punto? ¿Porqué no lo detengo? Pero... Sabía que había deseado tanto, esto... éste beso, con cada poro de mi cuerpo. Su pelo. Su boca. Sus ojos. Todo. Él.

Él me estaba besando de una manera... de una manera... ¡Dios!.. me besa de un modo que debería ser ilegal... Se siente tan bien el roce de su lengua con la mía. No puedo explicar esto. Ni de lo que está pasando y cómo sucedió esto. No sabía que alguien pudiera besarte de está manera... tan... tan...

Mientras me besaba con esas ganas, mordía mis labios con suavidad. Sus manos se deslizaron muy despacio, por debajo de mi blusa, acariciándome así, cada rincón desde el cuello, hasta las caderas, dejándome a su paso, la piel de gallina.
Yo también aproveché aquella intimidad que nos daba aquel lugar, tocando todo su cuerpo. Tal y como lo había imaginado, era perfecto, fuerte, musculado, pero sin exageraciones.
Sus manos se deslizaron abajo de mi blusa y después de mi sujetador deportivo. Lo sentí caliente.
Solté un gemido.
Lentamente, fui dejando pequeños, y marcados rasguños en su espalda.
Kook gruñó.
Mi cuerpo se tenzaba y sentía un extraño cosquilleo entre mis piernas, cada vez que él, acariciaba despacio mi seno y apretaba mi muslo.
Pasé mis manos por su pecho, deslizándolos hacía abajo. Sintiendo la estructura de su abdomen.
Él cuerpo de Kook se tenzo.
ㅡMe haces cosquillas ㅡ murmuró y mordió mi labio.
Está vez, fui yo la que se apretó contra él y noté satisfecha su erección.

Él sonrió a medio beso.
Quería leer su mente. Saber el motivo de su sonrisa, saber que esto no era algo físico, sino que realmente sentía éste jodido sentimiento, que yo siento. Felicidad por besarlo. Ese sentimiento de no querer separarte de esa persona. Ése jodido sentimiento.

Separó sus labios de los míos.
ㅡHmm ㅡsolté un ligero gemido que había tratado de callarlo.
¿Porqué coño, te detienes? ¿Acaso no sabes, que no quiero que te detengas? Nunca.
¿Me estás torturado, acaso? Sería yo la iniciaría está vez.

Al cuerno la inexperiencia.

Tomé su rostro y lo besé más apasionado, tomando su cuello. Kook me apretó más hacía el.
El beso, hizo despacio.
Quería que no acabará pero...
ㅡHoy no ㅡsusurró contra mis labios.
Esas palabras, me hicieron poner los pies en la tierra.
Mierda.
Los ojos de Kook estaban más oscuros, llenos de deseo, pero tenía razón. Íbamos muy rápido.
Desvíe la mirada, sin dejar de tocar la comisura mis labios. Aún sentía sus beso.

Vamos muy rápido. Pero sus besos eran, cómo un perro, que prueba por primera vez la sangre humana. No puede detenerse.

Sentí su mirada en mí, levantó mi barbilla y volvió a besarme. Una cariacia muy dulce, tierna y suave, que se acabó demasiado pronto.

No me saciaba de él.

Adagio ➳ j.kDonde viven las historias. Descúbrelo ahora